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El transporte ocasiona daños a la sociedad del 9,6% del PIB, siendo el ferrocarril el medio de transporte menos problemático

Fuentes: Ecologistas en Acción

Un reciente estudio de la Universidad alemana de Karlsruhe y del instituto INFRAS, resulta muy revelador de los costes externos que ocasionan los diferentes medios de transporte al resto de la sociedad. Los costes externos son aquellos que no pagan los usuarios de los distintos medios de transporte, pero que repercuten sobre el resto de […]

Un reciente estudio de la Universidad alemana de Karlsruhe y del instituto INFRAS, resulta muy revelador de los costes externos que ocasionan los diferentes medios de transporte al resto de la sociedad. Los costes externos son aquellos que no pagan los usuarios de los distintos medios de transporte, pero que repercuten sobre el resto de la sociedad.

Efectivamente, en el estudio se cuantifican los costes asociados a los accidentes, el ruido, la contaminación atmosférica (daños a la salud, daños materiales y daños a la biosfera), los riesgos asociados al cambio climático, los daños para la naturaleza y el paisaje, los costes adicionales en áreas urbanas y los costes derivados de la congestión. El estudio se realiza sobre los anteriores 15 países de la Unión Europea, junto a Suiza y Noruega.

Mientras que este completo estudio concluye que los costes externos, excluyendo los asociados a la congestión, suponen nada menos que un 7,3% del PIB europeo, en el caso de España la situación es mucho peor, y equivalen al 9,56% de nuestro PIB. Pero la distribución no es ni mucho menos homogénea: mientras que la carretera es responsable del 83% de este enorme gasto y la aviación de un 16%, el ferrocarril sólo ocasiona el 1% de estos costes.

Es decir, que el transporte por carretera genera unos costes anuales en España de 48.297 millones de euros, frente a 9.320 de la aviación y 545 millones de euros imputables al ferrocarril.

Si preferimos los datos por viajero o por tonelada de mercancía, nos encontramos que genera 3,3 veces más costes el desplazamiento de una persona por carretera frente al que ocasiona en ferrocarril. En el caso de las mercancías, la diferencia es aún mayor, resulta 5 veces más costoso para la sociedad desplazar una tonelada en camión que en tren.

Estos datos chocan fuertemente con la creencia habitual de que la carretera genera ingresos al Estado y que el ferrocarril es deficitario. De hecho la situación es la opuesta: los ingresos por carburantes e impuestos a los vehículos apenas cubren el coste sanitario y social de los accidentes (pérdida de horas de trabajo, etc.) y vienen a ser equivalentes al gasto en infraestructuras, mientras que las ventajas ambientales del ferrocarril no se cuantifican de forma monetaria en los análisis económicos habituales. Si así se hiciera, como se hace en el estudio de la universidad de Karlsruhe al que nos venimos refiriendo, se comprueba la rentabilidad social, económica y ambiental de las inversiones en ferrocarril.

Sin embargo, según Ecologistas en Acción, nuestros administradores hacen oídos sordos a estas evidencias. De hecho, los kilómetros de autopistas y autovías se han multiplicado por 5 entre 1989 y 2004 (hemos pasado de algo menos de 2.000 km a más de 10.000) y apenas ha aumentado las líneas ferroviarias. Además, cuando éstas han aumentado, ha sido para ferrocarriles de alta velocidad, exclusivos para viajeros, que tienen una gran cantidad de inconvenientes desde el punto de vista ambiental y económico.

Los Presupuestos Generales del Estado para 2005 también reflejan esta situación: frente a una inversión en carreteras de 2.981 millones de euros, se dedican 964 millones a la construcción de líneas AVE, mientras que se emplearán en el ferrocarril sostenible, las mercancías, cercanías y mejoras en la seguridad sólo 325 millones de euros.

Ante esta situación, y con el horizonte de privatización del servicio ferroviario que se implantará con la puesta en vigor de la Ley del Sector Ferroviario, el próximo 1 de enero, Ecologistas en Acción junto con un gran número de colectivos y organizaciones han convocado una manifestación en Madrid el domingo 28 de noviembre bajo los lemas «Que no nos quiten el tren» y «Por un ferrocarril público, social, seguro y sostenible».