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Notas introductorias para un debate de ecología anticapitalista en Chile

Emancipar el trabajo y la naturaleza

Fuentes: Rebelión

1.- Los conflictos medioambientales son, en rigor, una expresión de las contradicciones del desarrollo capitalista, por lo mismo, un momento concreto en la lucha de la clase trabajadora por su emancipación. A pesar que estos conflictos en ocasiones sean conducidos por sectores y clases sociales con objetivos e intereses ajenos a la clase trabajadora, lo […]

1.- Los conflictos medioambientales son, en rigor, una expresión de las contradicciones del desarrollo capitalista, por lo mismo, un momento concreto en la lucha de la clase trabajadora por su emancipación.

A pesar que estos conflictos en ocasiones sean conducidos por sectores y clases sociales con objetivos e intereses ajenos a la clase trabajadora, lo cual, en apariencia, provoca la impresión de ser un conflicto «pequeño-burgués», expresa, sin embargo, dos cosas: primero, las deficiencias a la hora de acercarse, analizar, comprender y explicar las dinámicas actuales del capitalismo por parte de un sector organizado de la clase trabajadora, manifestando los límites a la hora de afrontar políticamente una situación realmente existente.

Segundo, que sectores y clases sociales, con intereses opuestos, divergentes o incluso coincidentes con la clase trabajadora, sean muchas veces actores protagónicos al interior de estos conflictos, no quiere decir que sean en exclusividad los afectados ni muchos menos quienes puedan resolverlos.

2.- No obstante, se requiere analizar, caracterizar, comprender y explicar sistemáticamente la relación medioambiente y clase trabajadora, para así sintetizar programáticamente una dimensión específica de los antagonismos de clase, señalando vías alternativas y contra-hegemónicas respecto de las diferentes perspectivas teóricas, políticas e ideológicas que argumentan a favor del sistema capitalista como conjunto orgánico.

Al estar regulado por la lógica de la ganancia, la competencia y la necesidad de auto-expansión para reproducirse, el capitalismo ha demostrado su incapacidad de ofrecer soluciones a la crisis ambiental (cambio climático, agotamiento de recursos básicos para la vida, contaminación, etc.), la cual es, además, otra faceta de la crisis económica que afecta actualmente la economía mundial.

A su vez, los recurrentes intentos de «humanizar» un sistema orgánico basado en la explotación y opresión (capitalista-trabajador, latifundista-campesino, hombre-mujer, centro-periferia, capital-naturaleza, etc.) son condenados al fracaso una y otra vez. No puede humanizarse aquello que requiere transformar constantemente todo aspecto de la vida humana en un bien transferible como valor mercantil, aun en sus aspectos más esenciales, como la salud, educación, vivienda, alimento…

Por lo mismo, el avance teórico, político e ideológico de una alternativa real al capitalismo es una tarea central de las luchas actuales, aunque ella no es una disputa política más, puesto que se trata, sin exageraciones, de detener y terminar un proceso que hunde y aniquila a la humanidad.

Ese proyecto-alternativa emanará desde y para la clase trabajadora, única clase que al emanciparse a sí misma lo hará concretamente y de forma universal, racionalizando el intercambio orgánico ser humano-naturaleza.

 

3.- Existen otras manifestaciones de las contradicciones del capitalismo y sus ámbitos de expresión concreta. Una de ellas es la que se desarrolla en la dimensión trabajo-salario-sindicalismo v/s los requerimentos del capital para acumular y autoexpandirse. La continua, acelerada y cada vez más aguda presión por sobre los salarios y otras formas de ingreso del trabajo explotado, repercute en la precarización laboral y la lucha antisindical, fenómenos presentes a escala mundial y agudizados de forma dramática en Chile [1].

Por otro lado, es factible de constatarse que esta disposición del capital sobre el trabajo-salario-sindicalismo es también otra manifestación de la crisis mundial [2], la misma que obliga al capital a controlar, monopolizar y expoliar los recursos naturales a niveles nunca antes vistos.

Concretamente, el sector del capital de carácter rentista [3], es aquel que cumple este papel en el marco de la economía mundial y es, al mismo tiempo, el principal responsable de los conflictos medioambientales, al menos en Latinoamérica y nuestro país [4].

De esta manera, la consecuencia político-social de esta situación debería ser la alianza estratégica del sector de la clase trabajadora orientado a la lucha sindical, con aquel cuya lucha se despliega en el plano medioambiental. Esto, al menos en Chile, lugar de origen de este análisis, no sucede así.

No es este el lugar para indagar en las causas de este hecho, basta decir que la centralidad que tiene la lucha sindical de la clase trabajadora vuelve imprescindible la alianza mencionada. Es por ello que develar el contenido fundamentalmente clasista de la lucha medioambiental, así como también el ejercicio de la hegemonía en su interior, debe ser un objetivo prioritario para favorecer esa confluencia político-social.

4.- Pero ¿por qué clase trabajadora como sujeto de emancipación? A continuación algunas orientaciones filosóficas, éticas y políticas tomadas de la obra de K. Marx.

4.1 El trabajo es el concepto inicial: «toda producción es apropiación de la naturaleza por parte del individuo en el seno y por intermedio de una forma de sociedad determinada« [5]. El trabajo es la actividad mediante el cual el ser humano produce. No es una mera técnica, sino la condición indispensable para su existencia como especie.

4.2 «El trabajo es, en primer término, un proceso entre el hombre y la naturaleza, proceso en que el hombre realiza, regula y controla, mediante su propia acción, su intercambio orgánico con la naturaleza. El hombre se enfrenta a la materia natural como una potencia de la naturaleza. Pone en movimiento las fuerzas naturales que pertenecen a su corporeidad, los brazos y las piernas, la cabeza y la mano, para apropiarse de la materia natural de una forma útil para su propia vida. Al actuar por medio de este movimiento sobre la naturaleza exterior y transformarla, modifica a la par su propia naturaleza« [6].

4.3 El trabajo es una actividad que realiza la sociedad, «individuos que producen en sociedad, o sea la producción de los individuos socialmente determinada« [7]. La producción es posible mediante el uso de trabajo pasado acumulado y objetivado, contenido en las herramientas, ideas, relaciones e instituciones sociales, etc.

4.4 El capitalismo se caracteriza por el trabajo alienado: «Este hecho supone simplemente que el objeto producido por el trabajo, su producto, se opone ahora a él como un ser ajeno, como un poder independiente del productor. El producto del trabajo es trabajo encarnado en un objeto y convertido en cosa física; este producto es una objetivación del trabajo. La realización del trabajo es, al mismo tiempo, su objetivación. La realización del trabajo aparece en la esfera de la economía política como una invalidación del trabajador, la objetivación como una pérdida y como servidumbre al objeto y la apropiación como enajenación» [8]. Este hecho es en todo momento una relación entre seres humanos, en el cual la propiedad privada de los medios de producción implica una apropiación privada del trabajo humano realizado, sin embargo, socialmente. He allí una contradicción fundamental del capitalismo.

4.5 La producción capitalista aliena también al trabajador de la naturaleza, su cuerpo inorgánico, y de su vida como especie. Esto quiere decir que «la afirmación de que el hombre se enajena de su vida como especie significa que cada hombre está enajenado en relación con los otros y que cada uno de los otros está, a su vez, enajenado de la vida humana« [9]. Por otro lado, «la afirmación de que la vida física y mental del hombre y la naturaleza son interdependientes significa simplemente que la naturaleza es interdependiente consigo misma, puesto que el hombre es parte de la naturaleza« [10]. Por lo tanto, «decir que el hombre vive de la naturaleza significa que la naturaleza es su cuerpo, con el cual debe permanecer en continuo intercambio para no morir« [11].

4.6 El metabolismo capitalista que regula al ser humano y la naturaleza, se caracteriza por la necesidad de acumular, competir y auto-expandirse, subordinando a ambos a esa racionalidad.

4.7 De esta manera, el régimen capitalista somete a la naturaleza, que en este caso es lo mismo que el ser humano, a un orden de auto-destrucción.

4.8. El metabolismo actual, es decir, las dinámicas generales y particulares de intercambio orgánico ser humano-naturaleza capitalistas, debe ser transformado radicalmente si es que no se pretende perpetuar la condición alienada y la auto-destrucción.

4.9 En estos términos, la no alienación ser humano-naturaleza, trabajo-producción-producto, y del ser humano con otros seres humanos, son los intereses de la clase trabajadora cuando su objetivo es su emancipación total y concreta. Su interés emancipador, por su carácter universal, es el único capaz de libertar a la humanidad en general. Hacia aquello debe avocarse el socialismo.

En síntesis, se trata de constatar que por medio del trabajo humano la sociedad apropia y modifica la naturaleza, transformándose, por añadidura, a sí misma. Por lo mismo, el desarrollo de la sociedad capitalista no puede entenderse únicamente como destrucción de la naturaleza, sino más bien como destrucción de sí misma, auto-destrucción del ser humano. Es por eso que la emancipación del trabajo y la naturaleza implica un metabolismo sociedad-naturaleza radicalmente distinto al impuesto por las necesidades del capitalismo para reproducirse. Por consiguiente, la clase trabajadora debe asumir por sí misma la lucha medioambiental como un momento concreto de su proceso de emancipación.

En suma, la lucha por la emancipación del trabajo y la naturaleza implica una nueva relación entre losas trabajadores y su producción; entre trabajadoresas y los propietarios de los medios de producción; y entre el trabajo, la producción y la naturaleza.

En conclusión, en el marco de la situación económica mundial y las (re)configuraciones del capitalismo, las luchas sindicales y medioambientales tienen puntos en común no solamente desde el plano económico-político abstracto, sino también a partir del ámbito de lo concreto, lo cual implica la posibilidad de recurrir a alianzas no tan sólo coyunturales sino también estratégicas y programáticas en función del diagnóstico, análisis, caracterización, comprensión y explicación del periodo y su correlación de fuerzas en vistas de la superación histórica del capitalismo.

Notas

[1] Véjar, D.J. (2012). Tendencias de un sindicalismo fracturado. Sindicalismo autoritario v/s sindicalismo movimientista. Actuel Marx Intervenciones, 13, 95-113.

[2] Caputo, Orlando. (2010). Crítica a la Interpretación Financiera de la Crisis y Nuestra Interpretación. 2010, de Rebelion Sitio web: http://www.rebelion.org/docs/114318.pdf

[3] Revisar las precisiones y características de la operación de este sector del capital en: http://ciperchile.cl/2014/09/30/extractivismo-versus-valor-agregado-el-rol-de-la-ciencia-en-el-desarrollo-economico/

[4] Sobre los procesos que inciden en la consolidación del sector rentista-financiero en Chile, ver: Riesco, M. (2011). Marx, el más grande entre los grandes. Marx en el siglo XXI. La vigencia del(os) marxismo(s) para comprender y superar el capitalismo actual, 1, 135-158.

[5] Marx, K. (1971). Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política. P. 7. México: Siglo XXI.

[6] Marx, K (2010). El Capital Tomo I. p. 185. Chile. LOM.

[7] Marx, K (1971). El Capital…, op cit., p. 3.

[8] Marx, K (2012). Manuscritos económico-filosóficos. P. 105. México. Fondo de Cultura Económica.

[9] Ibid. p. 113.

[10] Ibid. p. 110.

[11] Ibidem.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de las autoras mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.