Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
En este Día Internacional de la Mujer hay 43 mujeres palestinas encarceladas en cárceles y centros de detención israelíes, incluidas 16 madres, 8 presas lesionadas, 12 presas enfermas y 4 presas en detención administrativa sin cargos y sin haber sido juzgadas. Esas presas también sufren largas condenas que llegan a un máximo de 16 años. Desde noviembre de 2018 todas las presas palestinas están encarceladas en la cárcel de Damon.
La detención de mujeres y niñas palestinas
Desde el inicio de la ocupación hace más de 50 años, en 1967, las fuerzas de ocupación israelíes han detenido y encarcelado a más de 10.000 mujeres palestinas. En el último año y al igual que en años anteriores se detiene rutinariamente a mujeres y niñas palestinas en las calles, en los checkpoints militares israelíes y durante las violentas redadas nocturnas en sus hogares. Esas incursiones militares van acompañadas de la presencia de soldados, de agentes de los servicios inteligencia y perros policía israelíes, y en ellas se destruyen artículos domésticos y se producen daños materiales.En un jeep militar se llevan por la fuerza a las mujeres y niñas palestinas con los ojos vendados y esposadas. Las mujeres también siguen sufriendo torturas y malos tratos en los centros de interrogatorios, además de unas duras condiciones de encarcelamiento en la deteriorada cárcel de Damon, que en su día fue un establo de caballos y un almacén de tabaco.
Entre los casos de mujeres detenidas el año pasado se incluyen (aunque no son los únicos) los casos de defensoras de los derechos humanos como Khalida Jarar y Widad Bargouthi. Khalida Jarar, que fue miembro del Consejo Nacional Palestino (CNP [el Parlamento palestino]), fue detenida el 31 de octubre de 2019. Los soldados irrumpieron en su casa sobre las 3 de la madrugada para detenerla. Era la tercera vez que la detenían en los últimos cinco años, de hecho había sido puesta en libertad en febrero de 2019.
Widad Bargouthi, que es profesora de la Universidad Birzeit, fue detenida el 1 de septiembre de 2019 bajo unos cargos que eran en su mayoría incitación a través de facebook. Además, mientras Widad estuvo detenida la llevaron al centro de interrogatorios de al-Mascobiyya con el fin de presionar a su hijo, Qassam Bargouthi, al que estaban interrogando en ese momento. El 16 de septiembre de 2019 se le concedió la libertad condicional a Widad con una fianza de 40.000 NIS y la detención domiciliaria en su casa de la Zona C de Cisjordania. Posteriormente fue juzgada en el tribunal militar de Ofer.
El objetivo son las estudiantes universitarias
El objetivo de las fuerzas de ocupación israelíes el año pasado fueron los y las estudiantes universitarias. Las estudiantes fueron detenidas en sus casas después de medianoche, llevadas a centros de detención e interrogatorios, y algunas de ellas fueron sometidas a graves torturas y otros tipos de malos tratos. Todo ello les impide acceder a la educación y supone una violación de su derecho a recibir una educación adecuada. También se acusó a la mayoría de las y los estudiantes detenidos de activismo universitario, lo que no solo criminaliza su activismo como estudiantes sino que también supone una violación de su derecho a la reunión y asociación pacífica.
• Mais Abu Gush, de 23 años
Mais, estudiante de cuarto año de periodismo en la Universidad de Birziet, fue detenida el 29 de agosto de 2019 en una redada en su casa. Gran cantidad de soldados de las fuerzas de ocupación israelíes fuertemente armados y escoltados por perros de seguridad adiestrados irrumpieron y registraron la casa de la familia de Mais y después se la llevaron al centro de interrogatorios de al-Mascobiyya donde durante un mes fue sometida a graves torturas y malos tratos físicos y psicológicos. Al cabo de un mes aproximadamente Mais fue trasladada a la cárcel de Damon donde le comunicaron los cargos de los que se le acusaba, entre ellos el haber participado en actividades de la universidad y haber coordinado un campamento de verano. Está en espera de juicio.
• Samah Jaradat, de 23 años de edad
Samah se graduó en sociología en la Universidad de Birziet en el verano de 2019. El 7 de septiembre de 2019 fue detenida por las fuerzas de ocupación. Una unidad de las fuerzas especiales irrumpió y registró su casa a media noche y la detuvo. Después la llevaron al centro de interrogatorios de al-Mascobiyya donde sufrió un mes de interrogatorios antes de ser trasladada a la cárcel de Damon. Durante los interrogatorios Samah sufrió torturas y malos tratos, incluido el ser obligada a mantener posiciones forzadas, amenazas a su familia, el aislamiento y tener que asistir a las torturas e interrogatorios de otras mujeres detenidas. Se le comunicó de qué era acusada, entre otras cosas de activismo universitario, y permanece en la cárcel en espera de juicio.
• Shatha Hassan, de 20 años de edad
Shatha Hassan, una estudiante de la Universidad de Birziet, fue detenida el 12 de diciembre de 2019. Los soldados irrumpieron en su casa pasada la media noche y la detuvieron. Tras permanecer detenida tres días se le impuso una detención administrativa de tres meses que debería terminar el 11 de marzo de 2020. No obstante, la detención administrativa puede ser indefinida de modo que se podría renovar.
• Leen Awad, de 22 años de edad
Leen Awad, una estudiante de la Universidad Politécnica Palestina, fue detenida en su casa de Bait Omar, Hebrón, el 25 de febrero de 2020. Las fuerzas de ocupación israelí registraron su casa pasada la media noche, causaron daños entre sus pertenencias y confiscaron varios ordenadores y teléfonos móviles. Después llevaron a Leen al centro de detención de Etzion y más tarde a la cárcel de Hasharon donde la interrogaron acerca de su activismo en la universidad. El 3 de marzo el tribunal militar israelí de Ofer le concedió la libertad condicional con una fianza de 20.000 NIS y una multa de 1.500 NIS.
También hay que indicar que la presa Bayan Azzam de al-Ezarrya fue detenida el 11 de marzo de 2017 y condenada a 40 meses de cárcel. Bayan es una estudiante universitaria de la universidad abierta de al-Quds y es la estudiante de más edad entre las presas palestinas.
Tortura y malos tratos a las presas palestinas
Una vez que las mujeres palestinas detenidas son llevadas a centros de detención e interrogatorios de forma rutinaria se les deniega una explicación acerca de sus derechos y la razón por la que han sido detenidas. A menudo se les niega el acceso a un abogado y se las somete durante varios días a interrogatorios en los que sufren torturas y malos tratos. Los métodos de tortura y malos tratos que se utilizan contra las mujeres palestinas detenidas les causan graves sufrimientos físicos y mentales. Los métodos de interrogatorio incluyen el mantenerlas aisladas de forma prolongada del mundo exterior, unas condiciones de detención inhumanas, el uso excesivo de vendas en los ojos y de esposas, la privación del sueño, la negación de comida y agua durante períodos prolongados, la denegación del acceso a los retretes, la denegación del acceso a las duchas o a cambiarse de ropa durante días o semanas, el ser obligadas a adoptar posturas forzadas, los gritos, los insultos y el acoso sexual.
El año pasado el caso de Mais de Gush fue uno de los más extremos de presas palestinas sometidas a tortura y malos tratos. Mais estuvo aproximadamente un mes en el centro de interrogatorios de al-Mascobiyya donde sufrió graves métodos de tortura física y psicológica.
Otro caso fue el de Hiba al-Labadi, que fue detenida el 20 de agosto 2019 en el checkpoint situado en la frontera entre Jordania y Cisjordania. Hiba fue trasladada al centro de interrogatorios de Petah Tikva donde sometida a interrogatorios durante un mes aproximadamente. En una visita del abogado de Addameer Hiba al-Labadi le informó de las condiciones de encarcelamiento que sufría. La visita del abogado se produjo después de que a Hiba se le prohibiera la visita de su abogado durante un total de 25 días. Hiba fue sometida a largas sesiones de interrogatorio, privada de sueño, humillada y se utilizó a su familia para presionarla. Después de los interrogatorios fue condenada a seis meses a detención administrativa sin cargos ni juicio, lo que provocó que Hiba iniciara una huelga de hambre en protesta por su detención arbitraria. Estuvo en huelga de hambre 40 días, durante los que sufrió mucho. Puso fin a la huelga de hambre cuando las autoridades israelíes decidieron ponerla en libertad.
Otro caso es el de la presa Halima Khandaqji que fue detenida el 1 de enero de 2020. Halima informó al abogado de Addameer acerca de las condiciones de encarcelamiento mientras estuvo sometida a interrogatorios en el centro de interrogatorios de al-Mascobiyya. Halima sufrió largas sesiones de interrogatorio, fue obligada a mantener posturas forzadas, sufrió humillaciones y fue amenazada con que iban a detener a su hijo de 10 años y a sus dos hijas.
Mujeres en detención administrativa
Hay cuatro presas palestinas en cárceles israelíes en situación de detención administrativa. Estas cuatro presas están encarceladas sin cargos y sin haber sido juzgadas y, de hecho, están en la cárcel en base a un “expediente secreto” al que no pueden tener acceso ni ellas ni sus abogados. La primera de estas presas es Shuruq al-Badan de Bait Fajar, Belén. Fue detenida el 15 de julio de 2019 y encarcelada en detención administrativa de seis meses que fue renovada por otros seis. Otra presa es Alaa’ Basir from Qalqilia que fue detenida el 24 de julio de 2019 y encarcelada en detención administrativa de cuatro meses que fue renovada dos veces. Las fuerzas de ocupación israelíes también detuvieron a la periodista Bushra al-Taweel el 11 de diciembre de 2019 y la encarcelaron en detención administrativa. Por último, la estudiante universitaria Shatha Hassan está encarcelada por una detención administrativa de tres meses.
Negligencias médicas con las presas palestinas
Hay ocho presas lesionadas y 12 enfermas que padecen las negligencias médicas de los Servicios Penitenciarios Israelíes (SPI). Las presas palestinas informan continuamente al abogado de Addameer acerca las negligencias que sufren y del trato discriminatorio y poco profesional que reciben de médicos y enfermeras. Por ejemplo, algunas presas afirmaron que un médico o una enfermera pueden utilizar una jeringuilla con más de una de las presas. También informan continuamente de que la mayoría de las veces no reciben su medicación.
La presa Israa Ja’abes sigue sufriendo las heridas y quemaduras ocasionadas durante su detención. Por otra parte, el mes pasado la presa Ansam Shawahneh informó al abogado de Addameer que tenía fuertes dolores en los huesos. Informó varias veces al médico de la enfermería de la cárcel, pero sólo le dieron medicación para los músculos. Al cabo de un tiempo fue trasladada al hospital donde le hicieron varias pruebas y comprobaron que tiene inflamación en los huesos y que debe tomar vitaminas, a pesar de lo cual hasta ahora no le han dado el tratamiento adecuado.
Además de esto, varias presas palestinas tienen la tensión alta, diabetes y otras enfermedades diferentes que requieren una atención médica adecuada y constante.
Las mujeres palestinas en el contexto de las leyes de ocupación
Israel es responsable de sus acciones en el territorio ocupado, en particular de los malos tratos que sufren las mujeres en el momento de su detenciones y en los traslados. El Artículo 12 de la Recomendación General 28 del Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer acerca de las Obligaciones fundamentales de los Estados partes estipula lo siguiente:
“[…] aunque, con sujeción al derecho internacional, la jurisdicción de los Estados se ejerce fundamentalmente en su territorio. Ahora bien, las obligaciones de los Estados partes se aplican sin discriminación tanto a los ciudadanos como a los no ciudadanos, incluidos los refugiados, solicitantes de asilo, los trabajadores migratorios y los apátridas que se encuentren en su territorio o bajo su control efectivo, incluso cuando estén fuera de su territorio. Los Estados partes son responsables de todos sus actos que afecten a los derechos humanos, independientemente de que las personas afectadas estén o no en su territorio” (1).
Además, el apartado c del párrafo 1 del Artículo 3 del Cuarto Convenio de Ginebra (1949) prohíbe “los atentados contra la dignidad personal, especialmente los tratos humillantes y degradantes”. Las presas palestinas los sufren regularmente, particularmente durante los traslados y los cacheos desnudas. Además, según el derecho internacional humanitario, los cuatro Convenios de Ginebra y sus protocolos adicionales, la potencia ocupante está obligada a proteger a las presas. De hecho, las autoridades de ocupación israelíes tiene la obligación de mantener a las presas en instalaciones diferentes de las de los hombres, de que la vigilancia de las presas la ejerzan solo mujeres y de proporcionarles los artículos higiénicos y médicos que necesiten. Además, como la mayoría de los presos palestinos, las presas están encarceladas en el territorio histórico de Palestina y fuera del territorio ocupado. Esto está en contradicción directa con los Artículos 49 y 76 del Cuarto Convenio de Ginebra, que prohíbe a la potencia ocupante deportar a las personas protegidas, y específicamente a las personas presas, del territorio ocupado.
Los testimonios de mujeres y niñas palestinas destacan la brutalidad del proceso de detención, así como las condiciones dentro de los centros de interrogatorios y de detención, y de las cárceles israelíes, e incluso dentro de los hospitales mientras están bajo custodia. Los abusos, los malos tratos y la tortura de las mujeres y niñas palestinas se producen en el contexto de la actual ocupación y anexión de tierras palestinas desde hace más de 50 años. En la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, los Estados Partes destacan que “la eliminación del apartheid, de todas las formas de racismo, de discriminación racial, colonialismo, neocolonialismo, agresión, ocupación y dominación extranjeras y de la injerencia en los asuntos internos de los Estados es indispensable para el disfrute cabal de los derechos del hombre y de la mujer” (2).
Notas:
(1) UN Committee on the Elimination of Discrimination Against Women (CEDAW), General Recommendation No. 28 on the Core Obligations of States Parties under Article 2 of the Convention on the Elimination of All Forms of Discrimination against Women, 16 December 2010, CEDAW/C/GC/28. [Tomamos la traducción al castellano de https://documents-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/G10/472/63/PDF/G1047263.pdf?OpenElement, N. de la t.]
(2) UN General Assembly, Convention on the Elimination of All Forms of Discrimination Against Women, 18 December 1979, United Nations, Treaty Series, vol. 1249, p. 13. [Tomamos la traducción al castellano de https://www.ohchr.org/sp/professionalinterest/pages/cedaw.aspx, N. de la t.].
Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.