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Entrevista con Roberto Espinoza

«La realidad andina está preñada del fracaso del estadocentrismo y es una estupidez pensar el cambio social desde arriba»

Fuentes: Desinformémonos - Imagen: Foto: Cuencas Sagradas

En el mundo indígena peruano late la demanda autonómica

Lleva más de cuatro décadas acompañando al movimiento indígena amazónico. Deja en claro que habla como aliado o amigo, porque no quiere usurpar las voces de los pueblos. En una larga conversación en una plaza de Lima, Roberto Espinoza aborda en profundidad cómo se vienen construyendo hasta quince gobiernos autónomos en la selva norte, centro y sur, lejos de las «izquierdas eurocéntricas” que siempre miran al Espato y a contrapelo de un sistema oligárquico y represivo. También repasamos los cambios que se están produciendo en el mundo andino, donde el pueblo aymara está debatiendo los caminos a seguir luego de la masacre con la que el estado respondió al levantamiento andino de 2022-2023.

– ¿Qué razones llevaron a los pueblos amazónicos del norte del Perú a establecer gobiernos territoriales autónomos? En el pensamiento crítico no son contemplados como sujetos destacados y a veces se los tilda de «atrasados» o «bárbaros», pero en América Latina se destacan por sus autonomías y autogobiernos.

La idea de autonomía es muy antigua, se nombraba décadas atrás como autodeterminación o libre determinación, que en ciertos momentos empieza a evolucionar hacia estructuras de autogobierno. En el caso amazónico peruano un momento decisivo fue el conflicto de 2008-2009, mal llamado Baguazo porque se pone el foco en el aspecto violento pero en realidad fue un Amazonazo que duró dos años porque se bloquearon ríos, como el Urubamba, y hubo movilizaciones en muchos lugares porque desde Lima querían privatizarlo todo.

– ¿Cómo fue que ese Amazonazo influyó en los procesos de autonomías?

– Hubo movimientos permanentes durante esos dos años. Desde 1983 acompaño al movimiento amazónico y siempre escuché hablar de autonomía, ya que la desconfianza en el Estado es congénita porque felizmente allá no llegó el eurocentrismo y estado centrismo de la izquierda y cierta intelectualidad. Para los amazónicos el Estado es la mentira permanente. El Amazonazo fue además, el aplastamiento del Estado, porque ya no era sólo cuestionar a un Estado lejano y ausente sino responder a la agresión violenta. La masacre de Baguá el 5 de junio de 2009, no tenía ninguna razón aparente, ya había terminado el conflicto y se derogaron las cuatro normas legales que lo provocaron y que facilitaban la privatización de bienes comunes. La única “razón” es que este Estado no podía admitir un triunfo de los pueblos amazónicos. Fue la única lucha que logró derrotar al poder neo liberal completo (Estado, empresarios, TLC, medios, “intelectuales”, etc), algo que no habían podido hacer los obreros; tenían que ser escarmentados y por eso les dispararon desde helicópteros.

A partir de ahí, las semillas del pasado empiezan a germinar y emergen, por enésima vez. Pero también debe mencionarse el papel de la intensa capacitación y formación que hubo antes del Amazonazo por parte Pedro García Hierro, Perico, abogado que llegó al Perú rechazando al franquismo y se dedicó a capacitar en derechos a los pueblos indígenas, en especial los del norte que es donde empezó el autogobierno, en Condorcanqui, Datem del Marañón y Alto Amazonas. Allí están los nueve pueblos que contagiaron a otros en otras regiones, y ahora ya son 15 gobiernos autónomos en proceso.

La zona es muy lejana y las raíces y el orgullo cultural son muy fuertes. Tenían títulos comunales que eran difíciles de conseguir, pero aún con ellos se enfrentaba la invasión extractivista y ahí empiezan a discutir la idea de territorialidad, a principios del actual siglo. Reconstruir territorios integrales, de eso se trataba, que era mucho más que los pedazos comunales. Las agresiones allá son el petróleo, madera, minería, porque el titulo comunal no permite controlar el suelo, el subsuelo y las aguas y los territorios integrales avanzan a superar el dominio y tutela del Estado colonial “moderno”.

“Somos varias naciónes dentro de la nación peruana”, decían los amazónicos. Con el Baguazo se asienta la convicción de que no había nada que esperar del Estado. El movimiento indígena sabía de otros procesos autonómicos, porque están informados de lo que sucede en otras latitudes. Y en 2015 surge el Gobierno Wampis.

– ¿Podrías decirme los nombres de los nueve pueblos?

Achuar, que es una federación pero funciona como autogobierno. Kandoshi que manejan un lago gigantesco. Kukama, Chapra, Wampis, Awajún, Shiwilo, Inca del Pastazay Shawi. Estos nueve son los que lanzan la propuesta de la territorialidad integral, que conlleva la demanda de titularidad o personería jurídica como pueblo o Nación, y además, la construcción de la estructura de autogobierno. Es la unidad entre Territorialidad-Titularidad-Autogobierno. Además están en el Norte los Matsés, y también los que están en la selva central como los Shipibos y en la selva sur donde están los Harakbut, pueblo guerrero, que son los primeros en avanzar hacia su autogobierno. Ellos fueron a ver a los wampis y volvieron muy animados. Hay que sumar a los Ese-ejae, Yine y Matsigenka.

Cada uno toma su camino aunque todos tienen el mismo horizonte. El gran problema de la intelectualidad eurocentrista es querer unificar todo, homogeneizar todo. Por ejemplo en el Concejo Shipibo-konibo-shetebo emergen las guardias de autodefensa, no contra la minería como los wampis, sino contra los menonitas que son los que están expandiendo el agronegocio en la selva, y afrontarán también la ofensiva minera aluvial.

– ¿Cómo toman la decisión de construir o expandir los primeros autogobiernos?

Los wampis demoraron seis años en crear su autogobierno, entre el 2009 al 2015. Y en los demás están en procesos de resistencia a los diversos extractivismos, pero ya por ejemplo en el norte. ninguna petrolera entra en esa zona aunque el Estado insiste en intentarlo.

Los wampis decidieron que no tiene sentido seguir titulando comunidad por comunidad, sino reivindicar el millón 300 mil hectáreas de las cuales les han titulado sólo 400 mil. No van a esperar más, dicen los wampis, esto es nuestro y punto. Pero los otros pueblos tienen sus tiempos, procesos, estrategias, donde algunos combinan la titulación comunal con advertencias de que solo es una parte, un adelanto, de su territorialidad ancestral

Posteriormente, en 2017 los wampis que ya tenían su autogobierno, van a la asamblea nacional de Aidesep (Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana) que articula a 2.400 comunidades que se asocian en 109 federaciones y en nueve organizaciones regionales. En esa asamblea hay un debate sobre los gobiernos autónomos, territorialidad integral y titularidad colectiva como pueblos, los tres conceptos que se van manejando. En 2024 se toma ya una decisión nacional, en un encuentro nacional de AIDESEP, de que ese es el camino: los 51 pueblos amazónicos tendrán 51 autogobiernos, el tiempo que demore. Por ahora hay 15. Me parece una decisión histórica caminar en ese horizonte

– Me gustaría hablar sobre el papel de las ONGs en los autogobiernos, ya que he visto que tienen una presencia importante. ¿Pueden llegar a ser un problema?

Hasta ahora no son un problema. Es claro que en otros lugares sí lo son, por ahora son aliados que respetan a quien toma las decisiones que son los wampis u otros pueblos que tienen su estructura, su consejo de gobierno y así. Por ejemplo, los wampis no tienen cuenta bancaria lo que es todo un problema para alguna cooperación, pero otros no se han hecho problema y siguen apoyando.

– Un tema central es si las experiencias de autonomías amazónicas pueden tener un contrapunto entre quechuas y aymaras, que por cierto tienen una experiencia muy diferente y se han relacionado desde siempre con el Estado, participando en estructuras como los municipios. ¿Hay diálogo entre amazonia y sierra?

Ese diálogo ya existió y se interrumpió hace tiempo. Fue una interacción entre Aidesep y Conacami (Confederación Nacional de Comunidades del Perú Afectadas por la Minería) que abarcó a una importante parte de las las cinco mil comunidades llamadas “campesinas” y que fue creada en 1999. A comienzos de siglo hubo un proceso por el cual Conacami iba a cambiar hasta su nombre para denominarse como confederación de pueblos indígenas andinos. En el proceso había quechuas, aymaras, chancas, que son los pueblos de la sierra. En la lucha contra la minería la cuestión de la identidad generó un enfrentamiento con parte de la izquierda que sólo los veía como “clase campesina”. La Conacami estaba en ese proceso pero esa parte de la izquierda lo bloqueó ya que controlaba algunas ONGs que podían cortarles el financiamiento si daban ese paso que, en los hechos, abría toda una perspectiva autonómica.

– ¿Se puede decir qué partidos de izquierda eran?

Eran personas o grupos que venían de la izquierda “leninista” gente de un eurocentrismo y de un marxismo muy tradicional. Luego se arrepintieron cuando vieron la fuerza que tenía por ejemplo la CONAIE en Ecuador. No querían salir del marco de la confederación campesina. Hugo Blanco fue el que daba la pelea para asumir una perspectiva distinta a la estrechamente clasista.

– Es claro que decirle campesino a un indígena es una imposición colonial.

Exactamente. Hubo un temor financiero porque los grandes debates aquí son por la “intermediación” financiera lamentablemente. El encuentro entre amazónicos y andinos si se produjo, y se llamó COPIP (Coordinadora de Pueblos Indígenas del Perú), cuyas dos columnas eran Aidesep y Conacami. Era algo importante, grandioso, y la izquierda en vez de sumarse pensó que sus bases se le iban de las manos, le dieron prioridad al centrolismo ante el desarrollo de los pueblos. Eso fue en 2009, poco después del Baguazo. El caudillismo interno de Conacami fue tremendo y el resultado es que se partió en muchos pedazos. Crean la CAOI (Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas) con Ecuarunari de Ecuador, Conamaq de Bolivia y ONIC de Colombia. Un tremendo proceso que termina con la ruptura interna de Conacami, muy mediado por ONGs y parte de la izquierda como te dije.

– Me interesa profundizar en los caminos del pueblo aymara después de los levantamiento de 2022 y 2023 que se saldó con una masacre que costó 50 vidas y cientos de heridos graves.

– Se comportan como aymaras y no solo como campesinos, por eso dicen que no quieren saber nada con el Estado limeño. Están fortaleciendo sus autoridades originarias. Hay otro hecho. El teniente gobernador es o era parte de la estructura del Ministerio del Interior y son los informantes de lo que sucede en la sociedad a la vez que trasmiten demandas, siendo subordinados al prefecto departamental1. Después de la revuelta y la masacre las comunidades los echan y eligen a sus propios tenientes gobernadores y ya no aceptan siquiera el sello oficial.

¿Como te imaginas el camino de pueblos como el aymara, de la sierra, en las próximas décadas?

– La realidad andina está preñada del fracaso del estadocentrismo y es una estupidez pensar el cambio social desde arriba. Además de un error político o una traición, es una tontería. Eso se va a profundizar, por eso en el mundo andino se están procesando cambios de fondo. Tenemos el problema de la “distracción” minera, como hubo una “distracción” marxista de tomar el poder por las urnas o las armas. Ahora esta cuestión de la minería es la distracción del enriquecimiento.

Mi expectativa es que esas semillas autonómicas tan potentes que tienen los aymaras desde Tupac Katari y antes, puedan germinar, que eso vuelva a emerger. Cada emergencia fue aplastada. Cuando resurge el movimiento andino, Sendero Luminoso la aplasta. Ahora tenemos una emergencia adentro de un Estado racista, colonial y asesino, de modo que espero que los jóvenes se alimenten de la experiencia de los amazónicos y de los kataristas bolivianos que no apoyan a Evo y de los que creen que se puede superar la colonialidad ocupando un ministerio de asuntos indígenas. El sueño es que encuentren un camino vinculado a sus raíces. Enfrentan el mismo peligro que los amazónicos, esa juventud que se distrae con el consumismo, la minería o el narcotráfico.

Pero para que estos horizontes se movilicen es importante despejar las telarañas de quienes están en los medios, en la academia, en la izquierda, o sea el estadocentrismo, el patriarcado, eurocentrismo, “desarrollismo”, . Porque hay cárceles de larga duración que deben ser limpiadas.

1 Un teniente gobernador en Perú es una autoridad local que representa al Estado en un centro poblado o comunidad, con funciones como informar sobre eventos políticos, sociales y económicos, apoyar la seguridad ciudadana y la defensa civil, y promover la integración comunal.