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En Estados Unidos subsisten la prostitución y la esclavitud

Fuentes: World Data Service

«Quien tenga de vidrio l tejado no debe tirar piedras», según un viejo refrán español.Sin embargo, la administración de George W. Bush, en Estados Unidos, no parece conocerlo, pese a sus autoproclamados estrechos vínculos con los hispanos.La Casa Blanca se ha embarcado en una intensa campaña para tratar de convencer al mundo de que en […]

«Quien tenga de vidrio l tejado no debe tirar piedras», según un viejo refrán español.Sin embargo, la administración de George W. Bush, en Estados Unidos, no parece conocerlo, pese a sus autoproclamados estrechos vínculos con los hispanos.
La Casa Blanca se ha embarcado en una intensa campaña para tratar de convencer al mundo de que en Cuba existe una amplia prostitución «promovida por el
régimen». El inquilino del 1600 de la Avenida Pennsylvania incluso llegó a manipular palabras del presidente cubano Fidel Castro para tratar de demostrar sus puntos de vista.
Esa campaña es apenas la punta del témpano para lograr una llamada «transición democrática» en el menor plazo posible.
En esos planes se inscriben las recientes medidas para separar a la familia cubana dividida por el Estrecho de la Florida, con más restricciones de visitas y remesas.
Bush llegó, en ese sentido, a definir lo que considera «familia» para los cubanos, en una definición muy alejada de lo tradicional para los nacidos en la Isla.
El plan incluye todo un conjunto de pasos para devolver sus privilegios a los desplazados del poder en 1959.
Pero, volviendo al tema de la prostitución, resulta que en la Florida, cuartel general de los grupos de fundamentalistas, esa práctica está generalizada junto con la esclavitud.
Un informe del Centro para el Adelanto de los Derechos Humanos, de la Universidad Estatal de la Florida, acaba de poner en evidencia esa realidad.
El documento describe que miles de personas en ese territorio están forzadas a trabajar como prostitutas, trabajadores agrícolas y sirvientas. El centro calcula
que cada año miles de personas son llevadas a Estados Unidos por traficantes de seres humanos.
Según cálculos conservadores de las propias autoridades estadounidenses, entre 18 mil y 20 mil personas fueron llevadas por la fuerza a ese país para una «esclavitud moderna».
La Florida está entre los tres primeros estados en este sentido, junto a Texas y Nueva York, señaló el estudio de ese órgano.
La agencia Associated Press (AP) citó al director ejecutivo del Centro, Ferry Coonan, acerca de que varios casos de tráfico humano sido presentados en los tribunales floridanos.
Sin embargo, aclaró, se desconoce el número real de individuos que se encuentran bajo el control de los traficantes.
Entre los conocidos, el documento indicó a cientos de trabajadores ilegales en la agricultura, cuarenta mexicanas ubicadas en una red de prostitución y una joven sometida a esclavitud por una familia pudiente.
Para Robin Thompson, director de investigación del proyecto, estas prácticas son comunes entre los sectores económicos vinculados a alta demanda de mano de obra barata.
«Es allí donde pueden encontrarse los lugares donde se desarrollan tales prácticas», precisó. Una buena parte de las víctimas de los traficantes de seres humanos son inmigrantes pobres y desconocedores del idioma inglés.
Por esas dos razones -puntualizó el informe- esas personas son explotadas por elementos criminales.
Pero, no son los únicos en esta situación, que afecta también a ciudadanos estadounidenses en la pobreza,sin domicilio, drogadictos o fugitivos de la ley.
Florida, en particular, también ha sido escenario de cubanos llevados a raíz de perder sus privilegios en Cuba hace 45 años, pero con recursos, que promovieron esas prácticas.
En Miami, entre los cubanoamericanos es familiar el concepto de «trabajar por la izquierda» (ilegal) en un estado que hasta carece de salario mínimo. Muchos de los cubanoamericanos llegados sin recursos tuvieron que aceptar empleos en los que reciben salarios incluso aún menores de lo normal, debido a que carecen de derechos legales.
En la Florida, entre 2001 y 2003, fueron acusadas 106 personas de tráfico humano y 74 de ellos con cargos adicionales de abuso sexual.
La magnitud del hecho todavía es imposible de calcular, según un artículo publicado en el St. Petersburg Times Mohamed Matar, del Proyecto Protección de la Universidad Johns Hopkins, en Washington, afirmó al rotativo que «muchas cosas ocurren en la Florida».
El académico atribuyó ese panorama floridano de prostitución y esclavitud a su ubicación geográfica, el turismo y las conferencias.
Todos esos factores, opinó, provocan una alta demanda de prostitución, mientras muchas jóvenes y hasta niñas son traidas a burdeles dedicados a ilegales empleados en la agricultura durante las cosechas.
Entre los casos citados está el de los hermanos Ramiro y Juan Ramos, condenados a 12 años de prisión en 1999 por importar miles de trabajadores ilegales
para grandes propiedades del sudeste.
También el de José Tecum, condenado a nueve años por secuestrar a una niña guatemalteca que obligó a trabajar en la recogida de tomates y a quien violó en repetidas ocasiones.
En 1997, seis prostíbulos con 40 mujeres, en su mayoría mexicanas, fueron cerrados en la Florida. Las mujeres habían sido atraídas con falsas promesas de que en el «Estado del Sol Brillante» iban a tener buenos empleos.
La realidad que encontraron fue bien distinta, con golpes, violaciones y la obligación de atender como promedio hasta 20-30 clientes en los prostíbulos en jornadas de 12 horas.
En ese caso, un tribunal de Palm Beach condenó a Rogelio Cadena a 15 años de prisión.
Por otra parte, en Fort Lauderdale, la familia de Marie Pompee mantuvo como esclava a una muchacha haitiana, a quien el «niño» de la casa violó en reiteradas oportunidades.
Este caso, según se reveló a mediados de julio pasado, se prolongó durante tres años. Pompee confesó que mantuvo en su residencia de Pembroke Pines (un barrio exclusivo de Miami) a la niña desde que tenía nueve años.
Allí, la menor recibía una pobre alimentación y tenía que dormir en el suelo, pese a estar en el siglo 21. En el condado de Okaloosa, el detective George Collins refirió al St. Petersburg Times que en el llamado «mango de la cazuela floridana» descubrió cientos de este-europeos que trabajaban más de 90 horas semanales en diversos hoteles de playa.
Esos individuos -explicó- estaban bajo vigilancia de organizaciones para que no escaparan de ese «trabajo forzado». Las autoridades floridanas (encabezadas por Jeb, el hermano menor del presidente) han prometido en este año electoral que se ocuparán del problema.
Pero, el asunto es espinoso y resulta difícil de conjurar, en particular, porque ha llegado hasta un punto que parece fuera de control.