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Entre los juicios de Nuremberg y el «glorioso» poder judicial egipcio (en cifras)

Fuentes: Counterpunch.org

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

«Nos sentimos orgullosos del glorioso poder judicial egipcio«. Mariscal de Campo Abdelfatah Sisi, líder del golpe militar en Egipto.

Los Juicios de Nuremberg (Nuremberg, Alemania)

Acusaciones: Guerras de agresión, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

Cifra de víctimas declaradas en el juicio por la Fiscalía: Al menos 40 millones, sólo en Europa.

Jueces (4): Un británico, un estadounidense, un francés y un soviético.

Período del juicio: 20 de noviembre de 1945 – 1 de octubre de 1946 (316 días).

Número de sesiones del tribunal: 38 días completos.

Número de acusados: 23 (Más de 200 dirigentes nazis fueron después juzgados en Nuremberg).

Número de acusados condenados: 20.

Número de acusados condenados a muerte: 12. 

 

Los Juicios de Minya (Al-Minya, Egipto)

Acusaciones: Asaltar una comisaría, matar a un agente de policía, disturbios y protestas masivas en Al-Minya (a unos 120 kilómetros al sur de El Cairo) tras las masacres de la Mezquita de Raba’a Al-Adawiya y la Plaza Al-Nahda perpetradas en El Cairo el 14 de agosto de 2013, en las que murieron más de 1.000 manifestantes bajo el fuego del ejército y los agentes de la seguridad.

Número de víctimas declaradas en el juicio por la Fiscalía: 1 (un agente de policía).

Jueces (3): Presididos por el juez Said Yusef Sabri [Sabri es el mismo juez que absolvió a todos los oficiales y agentes de policía acusados de asesinar a unas dos docenas de manifestantes en la región de Bani Swaif, en el Alto Egipto, durante los 18 días revolucionarios que siguieron a las protestas masivas del 25 de enero de 2011].

Período del juicio: 22-24 de marzo de 2014 (2 días).

Número de sesiones del tribunal: 2 (100 minutos en total). [La primera sesión, celebrada el 22 de marzo y en la que se presentó oficialmente la acusación, duró 45 minutos. La segunda sesión, en la que fueron sentenciados los acusados, se celebró el 24 de marzo y duró menos de una hora].

Número de personas acusadas: 545.

Número de acusados identificados como miembros de los Hermanos Musulmanes: 122.

Número de acusados no identificados como miembros de los Hermanos Musulmanes: 423.

Número de páginas sobre las investigaciones policiales entregadas por la Fiscalía al Juez y a los equipos de la defensa el primer día de juicio, el 22 de marzo: Alrededor de 14.000.

Número de testigos del gobierno escuchados por los jueces: 1 [1 agente de policía fue el único testigo del gobierno en ofrecer testimonio en el juicio, pero no se permitió que se efectuara un contrainterrogatorio].

Número de acusados presentes en el juicio: 128.

Número de acusados procesados por el juez que presidía el tribunal: 51 [los restantes 77 se encontraban en el juicio metidos en una jaula con los otros acusados pero ni siquiera fueron reconocidos por el presidente del tribunal].

Número de abogados de la defensa permitidos por el juez-presidente del tribunal para todos los acusados: Menos de tres docenas [No se permitió la presencia de más abogados].

Número de testigos ofrecidos por los equipos de la defensa: Cientos.

Número de testigos de la defensa a quien el juez-presidente del tribunal permitió testificar: Ninguno.

Número de acusados condenados a muerte: 529 [incluidos todos los acusados presentes en el juicio].

Número de acusados condenados a muerte identificados por los abogados de la defensa que ya estaban muertos antes de las protestas de agosto: Al menos 3.

Número de acusados condenados a muerte identificados por los abogados de la defensa y que estaban fuera de Egipto durante las protestas de agosto: Al menos 5.

Número de acusados condenados a muerte pero identificados como menores por los abogados de la defensa durante las protestas de agosto (es inconstitucional sentenciar a muerte a un menor en Egipto): Al menos 2.

 

Reacciones ante las sentencias de muerte  

(Nótese la débil reacción y falta de condena o de indignación por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.)

Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto: Las sentencias de muerte fueron «sólo el primer veredicto del proceso de juicio… Se llegó al mismo tras un cuidadoso estudio del caso».

Marie Harf, una de las portavoces del Departamento de Estado de EEUU: «Sencillamente, no parece posible que pudiera conseguirse una revisión de las pruebas y testimonios del juicio que fuera acorde con los niveles internacionales. Es una relación importante [con Egipto]… por tanto, no queremos cortar completamente la relación…»

Catherine Ashton, Alta Representante de la Unión Europea para la Política Exterior: «Me he quedado muy preocupada al conocer que el tribunal de Minya, en el sur de Egipto, ha sentenciado a muerte a 529 simpatizantes de los Hermanos Musulmanes. A pesar de la grave naturaleza de los delitos de los que fueron acusados, la pena capital no puede justificarse nunca».

Sarah Leah Whitson, Directora para Oriente Medio de Human Rights Watch: «Es terrible que un tribunal haya sentenciado a muerte a 529 personas sin darles la más mínima oportunidad de defenderse, incluso en medio de la profunda represión política puesta en marcha en Egipto. El tribunal de Minya no ha cumplido con su deber más fundamental, que es valorar la culpa individual de cada uno de los acusados, violando así los derechos más básicos de un juicio justo. Estas sentencias a muerte deberían ser inmediatamente anuladas».

Hasiba Hadj Sahraui, Directora Adjunta del Programa para África del Norte y Oriente Medio de Amnistía Internacional: «Este es el mayor lote de sentencias simultáneas a muerte en un único juicio que hemos visto en los últimos años, no sólo en Egipto, en cualquier lugar del mundo. Los tribunales de Egipto se dan mucha prisa para castigar a los partidarios de Mohamed Mursi pero ignoran las graves violaciones de los derechos humanos de las fuerzas de seguridad. Mientras miles de simpatizantes de Mursi se pudren en las cárceles, no se ha llevado a cabo ninguna investigación adecuada de las muertes de cientos de manifestantes. Y sólo hay un agente de policía condenado a sentencia perpetua por la muerte de 37 detenidos».

Sahraui se estaba refiriendo al asesinato deliberado, mientras estaban detenidos, de 37 personas que el pasado agosto se habían manifestado contra el golpe. Les arrestaron tras la masacre de Raba’a y les dejaron abandonados, esposados y con grilletes, durante seis horas en un furgón de la prisión en el que sólo cabían 20 personas y a una temperatura de 43º. Cuando empezaron a gritar en protesta, los agentes de policía les gasearon y después quemaron los cuerpos. A primeros de mes, tras enjuiciar a once agentes, se absolvió o se suspendió la sentencia de diez de ellos.

Mientras tanto, hoy se abrirá en el mismo tribunal de Minya, y el mismo juez presidirá el tribunal, otro juicio masivo contra quienes se oponen al golpe militar, incluidos importantes líderes de los Hermanos Musulmanes, con 683 acusados enfrentándose a acusaciones similares.

A la vez que el régimen militar golpista exhibe su fuerza y muestra su desprecio ante cualquier noción de justicia o de derechos humanos, el mundo mira hacia otro lado. Para muchos gobiernos es hora ya de volver a negociar como siempre con los regímenes autoritarios. El Presidente Barack Obama está recompensando esta semana al Rey Abdullah de Arabia Saudí con una visita de estado.

Atrás quedaron, en 2009, los días en los que Obama declaraba en El Cairo que «… la capacidad de expresarse libremente y de tener voz y voto sobre la forma de gobierno; la confianza en el estado de derecho y en una justicia igual para todos; en un gobierno que sea transparente y que no le robe al pueblo; en la libertad para vivir como elijas, no son sólo ideas estadounidenses, sino que son derechos humanos y por esa razón los apoyaremos en todas partes». Teniendo en cuenta la tímida respuesta de su administración ante las graves violaciones de los derechos humanos en Egipto y su abierto apoyo a regímenes autoritarios como los de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, que financiaron el golpe militar en Egipto, las palabras del Presidente Obama suenan ahora totalmente huecas.

Esam Al-Amin es un escritor y periodista independiente experto en temas de Oriente Medio y de política exterior estadounidense que colabora en diversas páginas de Internet. Puede contactarse con él en [email protected]. Su último libro es The Arab Awakening Unveiled: Understanding Transformations and Revolutions in the Middle East.

Fuente: http://www.counterpunch.org/2014/03/25/between-the-nuremberg-trials-and-the-glorious-egyptian-judiciary/