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Es hora de que el pueblo palestino unifique su voz

Fuentes: Rebelión

Hace unos días escribí en las redes sociales: «Casi todas las mañanas y desde hace unos meses me pregunto: ¿Tengo derecho a decir a mis hermanos palestinos lo que deben o no deben hacer por su lucha contra la ocupación sionista? Pero no encuentro una respuesta, porque ando entre la prudencia y el hartazgo. Prudencia […]

Hace unos días escribí en las redes sociales:

«Casi todas las mañanas y desde hace unos meses me pregunto: ¿Tengo derecho a decir a mis hermanos palestinos lo que deben o no deben hacer por su lucha contra la ocupación sionista? Pero no encuentro una respuesta, porque ando entre la prudencia y el hartazgo. Prudencia para no crear más controversia en la división interna del movimiento de liberación palestino, hartazgo porque me siento abatido cada vez que veo cómo jóvenes palestinos son asesinados a manos del ocupante, mientras los políticos palestinos discuten o no sus diferencias. Soy infeliz de saber que esto no tiene fin y que una lucha de liberación se desvanece por culpa de unos líderes que están instalados en la indefinición y en dejar pasar el tiempo, creyendo que del cielo llueven soluciones, algunos incluso creen en su propia reencarnación, como eternos en la tierra. La mayoría de ellos son ya ancianos, incapaces de pensar más allá de un pedazo de rincón, en un virtual Estado palestino.»

Hoy y después de recibir muchos apoyos a mí anterior reflexión, me animo a exponer mis ideas sin tapujos ni prudencia que me lo impidan, escribiendo este artículo con la esperanza de que sea tomado como propuestas a discutir, entre mis hermanos palestinos, para salir del inmovilismo.

Ya han pasado dos décadas desde la división geoestratégica en la política palestina, donde aparecen como factores principales opiniones diversas en cómo afrontar las consecuencias de los acuerdos de Oslo. Al día de hoy esta división hace mella en la población palestina, tanto en la del interior de Palestina como la del exterior, en este sentido se constata una división según la simpatía que se tiene para una u otra visión política. Aunque al margen de estas visiones, existe una amplia mayoría que no les agrada la situación actual y culpan a los líderes de uno y otro bando del estancamiento de la situación y la parada forzosa del tren, del que habló en su día el líder Yasser Arafat, diciendo que el tren de la revolución palestina no para, en su trayectoria suben unos y bajan otros. Esa parada forzada por muchos obstáculos, está dañando en mucho la causa palestina, por lo que el pueblo palestino ha de tomar la locomotora y poner el tren en marcha con un solo trayecto, el que acuerden con una sola voz, todos a una, y dejar atrás en los andenes del inmovilismo a los políticos, que han demostrado que no son capaces de moverse de sus posiciones, unos por privilegios y otros por ideologías, «y la casa sin barrer».

Reproches de muchas partes del mundo se están produciendo hacia este inmovilismo, causado por la división política; los que más daño hacen son los que vienen del lobo con piel de cordero (el sionismo), acusando a los palestinos de que no tienen un interlocutor ni proyecto unificado para negociar con ellos. Alguien podría decir que lo que diga el sionismo no puede ser determinante, puesto que es la parte que se beneficia de dicha indefinición política palestina. Cierto es, pero lo utiliza como propaganda a su favor en prolongar la situación actual y seguir en su plan de dejar al mínimo la presencia palestina, tanto sobre el terreno como en la escena internacional. A todo esto ¡ni fu ni fa! en los discursos grises de los mandatarios mundiales ante la Asamblea General de la ONU, que estos días se reúne, …se dice que tiene a la causa palestina como telón de fondo, una retórica que insulta la inteligencia humana.

El pueblo palestino ha de firmar el acuse de recibo y ponerse manos a la obra, declarando inviables las dos corrientes políticas que inmovilizan la toma de decisiones y el avance hacia una posición unificada. Es decir, el pueblo palestino adoptaría una posición unificada a través de asambleas populares, serían asambleas sin ningún vínculo partidista con las actuales corrientes. De esta forma, se abriría el debate, basándose en la inviabilidad de la situación actual, por lo tanto ningún proyecto de los que se han expuesto hasta el día de hoy, serían válidos. Con ello se abriría un debate para operar al paciente (situación política actual) a corazón abierto y cortar por lo sano con dos décadas de política errónea e ineficaz de dar una solución, ni siquiera una esperanza de futuro y mucho menos a la usurpación de derechos del pueblo palestino, para dar una solución ni siquiera una esperanza de futuro y mucho menos a la usurpación de derechos del pueblo palestino, que no solo lo produce el ocupante, que es el causante mayor, sino también las posiciones encontradas de las facciones palestinas.

Nada puede durar eternamente, como es natural todo tiene su principio y su fin (nacimiento y muerte) por lo que a mi juicio, Palestina está atrapada en un remolino artificial que lo producen infinidades de intereses, y todos juegan en contra de los del pueblo, pero ha demostrado que no tiene la fuerza suficiente para dejar cao al palestino, que sigue en pie de guerra, pidiendo su derecho a vivir y ser el amo de su destino. Mientras, la escalada de armarse, no para en «Oriente Medio». Armas nucleares que tiene el Estado sionista (200 ojivas nucleares) y misiles de largo alcance en Irán etc. y muchas más armas para terminar con la población cientos de veces, es un polvorín que se autoalimenta de políticas geoestratégicas que no tienen otro objetivo que aquel de dominar la zona y Palestina sigue siendo su eje.

Las y los palestinos sintiendo a diario la muerte muy de cerca; viendo el goteo de caídos a manos de la fuerza ocupante y que arriesgan su vida por el simple hecho de cruzar los checkpoints para ir al colegio, al trabajo, a la compra, a cosechar sus campos o los dos millones de seres encarcelados en la franja de Gaza, tienen moralmente la licencia más alta de los estatus políticos para tomar sus decisiones como pueblo soberano, decisiones que le saquen de su estado actual bajo la ocupación, la represión y el apartheid sionista.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.