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Zanjan la polémica en torno a la reaparición en televisión de antiguos funcionarios

Escritores y artistas cubanos cierran filas con el gobierno en defensa de la revolución

Fuentes: Efe/Rebelión

La Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), oficialista, se sumó a la «indignación» de los intelectuales tras la reaparición de censores ligados a purgas de los años 70, pero advirtió también que la política cultural revolucionaria es «irreversible».  La polémica surgió la pasada semana, cuando reconocidos intelectuales expresaron por escrito su indignación por […]

La Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), oficialista, se sumó a la «indignación» de los intelectuales tras la reaparición de censores ligados a purgas de los años 70, pero advirtió también que la política cultural revolucionaria es «irreversible».

 La polémica surgió la pasada semana, cuando reconocidos intelectuales expresaron por escrito su indignación por la aparición en la televisión local -controlada por el Gobierno- de varios funcionarios asociados con la censura de los años 70, entre ellos Luis Pavón Tamayo, ex presidente del Consejo Nacional de Cultura (CNC) entre 1971 y 1976.

 Pavón es recordado como uno de los ejecutores de las «cazas de brujas» contra decenas de intelectuales y artistas por su homosexualidad, su supuesta falta de compromiso con la revolución o su «desviacionismo ideológico», durante una de las etapas más negras que ha vivido la cultura cubana.

 Las polémica, en la que participaron, entre otros, escritores de la talla de Antón Arrufat, Reynaldo González, César López, Reina María Rodríguez, y cineastas como Senel Paz, se extendió a través de internet y logró unir en sus críticas a intelectuales de dentro y fuera de la isla, como Abilio Estevez o Eliseo Alberto.

 El ministro de Cultura, Abel Prieto, altos funcionarios del Partido Comunista de Cuba y del Instituto Cubano de Radiodifusión (ICRT) -presidido por teniente coronel Ernesto López- se reunieron la pasada semana con más de una veintena de intelectuales para tratar de zanjar la discusión.

 El Secretariado de la UNEAC divulgó anoche una declaración en la que intenta zanjar la polémica, reconoce la «justa indignación» de los intelectuales e informa de que el ICRT admitió que fue un «error» difundir esos programas.

 La UNEAC lamenta que en este «intenso intercambio de opiniones», algunos intelectuales desde fuera de la isla, «trabajando obviamente al servicio del enemigo, han querido manipularla y sacar provecho de la situación creada».

 «Quedarán definitivamente frustrados, una vez más, quienes pretenden ver en el debate entre revolucionarios posiciones ambiguas, fisuras u oportunidades para su agenda anexionista», insiste la declaración, titulada «La política cultural de la Revolución es irreversible».

 «No nos dividirán ni las torpezas ni los que quieren aprovecharse de ellas para dañar a la Revolución», señala el documento.

 «La política cultural martiana, antidogmática, creadora y participativa, de Fidel y Raúl, fundada con ‘Palabras a los intelectuales’, es irreversible», concluye.

 En el discurso «Palabras a los intelectuales», pronunciado en junio de 1961 en La Habana, Fidel Castro marcó los límites de la política cultural revolucionaria y fue tajante al advertir: «Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada».

 Para Antón Arrufat, galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 2000, tras cerca de 15 años de ostracismo por su homosexualidad, a partir de ahora se debería «abrir un debate sobre aquella etapa del pavonato», como se conoce a la gestión de Pavón.

 «Creo que esto es mucho más profundo que una disculpa y abre una posibilidad de juzgar ese momento de la historia y me parece que sería muy sano», dijo en declaraciones a Efe.

 La declaración, insistió, «debe tener sus consecuencias: el juicio y la valoración crítica de aquella etapa, que hasta hoy no se ha hecho».

 En opinión de Miguel Barnet, también purgado en los años negros por su homosexualidad y luego reconocido con el Premio Nacional de Literatura (1994), la declaración de la UNEAC es «justa y necesaria» tras el debate sobre unos acontecimientos «desagradables y negativos».

 Barnet opinó que la polémica «no debe trascender a otras latitudes ni ser caldo de cultivo para quienes no quieren a la revolución cubana».

 «Los que estamos aquí y hemos vivido estos años, somos los indicados para lavar nuestros trapos sean cuales sean», afirmó.

 También el escritor y crítico de cine Frank Padrón expresó su satisfacción con la declaración de la UNEAC, aunque advirtió que sería «inadmisible» que la cultura cubana volviera a vivir un periodo similar de oscurantismo.

 «Esos fueron errores de la propia revolución, que la propia revolución rectificó», añadió Padrón.