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Estados Unidos intensifica sus bombardeos sobre el ISIS en el este de Siria tras el anuncio de retirada de Trump

Fuentes: The Intercept /

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández


Consecuencias de la campaña de bombardeos de EE. UU. en Al Kashmah, de donde huyeron los civiles debido a los incesantes ataques. (Foto obtenida por The Intercept)

Después de que el presidente Donald Trump anunciara la retirada de 2.000 soldados de Siria el mes pasado, el ejército estadounidense ha incrementado su campaña de bombardeos sobre el territorio restante del Estado Islámico en la parte oriental del país, según fuentes sobre el terreno y como atestiguan las fotografías que obtuvimos.

Los ataques más feroces de la semana pasada se produjeron en Al Kashmah, una aldea en el río Éufrates cerca de la frontera con Iraq, según la información facilitada por tres fuentes en el este de Siria. En medio de los ataques aéreos y de artillería por parte de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) respaldadas por Estados Unidos, los civiles y familiares de los combatientes de ISIS huyeron a las aldeas situadas al sur, según dichas fuentes. Si bien Al Kashmah aún no ha caído, las únicas personas que quedan allí son combatientes luchando en lo que se ha convertido en la primera línea de la guerra contra el ISIS en la provincia de Deir al-Zour.

Los combatientes del ISIS se agrupan en aldeas a lo largo del Éufrates, desde la frontera con Iraq hasta el sur de Hajin, un antiguo bastión suyo que cayó a mediados de diciembre ante las FDS, una milicia integrada por kurdos. Permanecen aún en esas zonas alrededor de 50.000-60.000 personas, según un activista civil en Deir al-Zour que documenta los abusos de los derechos humanos y pidió no ser identificado por razones de seguridad. «Los civiles de estas zonas no tienen dónde ir ni dónde esconderse del bombardeo de sus aldeas por parte de EE. UU.», dijo el activista, señalando que los residentes han sufrido daños por igual a manos del gobierno sirio, de EE. UU. y del ISIS.

Las aldeas controladas por el ISIS a lo largo del Éufrates están siendo objetivo de las incursiones de bombardeos de EE. UU. desde noviembre como parte de la Operación Roundup. Además de los objetivos militares, la Operación Roundup bombardeó zonas civiles, incluido un hospital , según informaron The Intercept y Al Jazeera el mes pasado.

La repentina decisión de Trump del 19 de diciembre pasado, de retirar rápidamente las tropas terrestres de EE. UU. involucradas en la lucha contra el ISIS en Siria, cogió por sorpresa incluso al Departamento de Defensa. Al hablar con los periodistas durante aquel día, el presidente se negó a dar un calendario de retirada diciendo que se produciría «a lo largo de un período de tiempo determinado». Sin embargo, el aumento en la intensidad de los bombardeos contradice las afirmaciones de Trump y otros respecto a que el ISIS ha sido derrotado o que la guerra de EE. UU. en Siria, que en gran parte se ha llevado a cabo desde los cielos, ha terminado. No está claro si proseguirán los ataques aéreos de EE. UU. una vez que las tropas se hayan marchado.


Bombardeos en Al Kashmah (Foto obtenida por The Intercept)

Durante los últimos días de 2018, la campaña de EE. UU. estuvo bombardeando los pueblos situados arriba y abajo del Éufrates, centrándose principalmente en Al Kashmah. En la noche de la víspera de Año Nuevo, las bombas cayeron implacablemente sobre el lugar; a la mañana siguiente, la aldea estaba en gran parte destruida, según un combatiente del ISIS allí presente. (Para este artículo, y a través de los servicios de mensajería, entrevistamos a miembros del ISIS y de las FDS, así como a un líder tribal, aceptando su anonimato para evitar que todos ellos puedan convertirse en blanco de las diversas facciones en conflicto por el hecho de hablar con periodistas).

Según dos fuentes en el terreno, la coalición contra el ISIS parece estar atacando los cibercafés, lugares que civiles y combatientes del ISIS utilizan por igual en los pueblos. Según las fuentes, no forman parte de la infraestructura de comunicaciones tácticas del ISIS, pero los militantes suelen utilizarlas para comunicarse con el mundo exterior, especialmente con sus familias en otros países.

«Sencillamente, les gusta trastornar y desordenarlo todo», dijo un combatiente del ISIS en una entrevista. «Bombardearon los lugares donde venden gasolina para los motores, o aceite de cocina, o donde filtran el agua, atacan todos estos lugares. No solo la red, lo bombardean todo para que tu vida sea horrible».

El riesgo de víctimas civiles de los bombardeos en Deir al-Zour es alto porque las aldeas rurales se han convertido en zonas densamente pobladas con las familias de combatientes del ISIS y los civiles que huyen en los últimos meses desde ciudades y pueblos más grandes que han caído ante las fuerzas lideradas por los kurdos. «Aquí no hay ningún edificio que esté vacío», dijo el combatiente del ISIS, refiriéndose a las aldeas restantes controladas por su grupo en Deir al-Zour. Los combatientes y los civiles en las aldeas han descrito la campaña de bombardeos de los EE. UU. como una política de tierra quemada, usando un término árabe que se traduce como «quemar la tierra».

El domingo 30 de diciembre, el ejército estadounidense admitió haber matado a 1.139 civiles en Iraq y Siria desde el inicio de su campaña contra el ISIS en 2014. Esa cifra es significativamente menor que las estimaciones de víctimas civiles reunidas por grupos de vigilancia como Airwars, que ha declarado que la cifra de civiles asesinados fluctúa entre los 7.308 y los 11.629.

En respuesta a una lista de preguntas sobre los bombardeos en Siria, un portavoz del Departamento de Defensa dijo en un comunicado que la coalición dicta «el ritmo de nuestros ataques contra objetivos del ISIS de forma deliberada y tras considerar cuidadosamente su impacto en los civiles. El aumento de los ataques a finales de diciembre tuvo como objetivo específico degradar las capacidades de ISIS y no estuvo relacionado con ninguna otra variable».

Tras el anuncio de retirada de Trump, los kurdos, que lideraban las fuerzas sobre el terreno que se habían asociado con EE. UU. en la lucha contra el ISIS en Siria, contactaron con el presidente Bashar al-Asad de Siria buscando protección. Al sentirse traicionados por EE. UU., los kurdos están preocupados ante un posible ataque de Turquía, que desde hace mucho tiempo teme que su propia población minoritaria kurda pueda envalentonarse por la existencia de un Estado kurdo o una región autónoma al sur de Turquía. (En marzo de 2018, las Fuerzas Armadas turcas y las milicias aliadas les arrebataron a los kurdos el control de la ciudad siria de Afrin).

Por otra parte, tras la evacuación de civiles de Al Kashmah, el ISIS negoció un alto el fuego de tres días con los kurdos, según tres fuentes en el terreno. El lunes, siete camiones que transportaban alimentos y ayuda humanitaria entraron en las áreas controladas por el ISIS en función de ese acuerdo, según una fuente del ISIS y una de las FDS. El alto el fuego estaba programado inicialmente para que finalizara el 31 de diciembre, pero los responsables del ISIS están hablando de una posible extensión a seis meses, según un combatiente del ISIS que tiene conocimiento de las conversaciones aunque no interviene en ellas. Durante el alto el fuego temporal, algunos combatientes y desertores del ISIS huyeron de Deir al-Zour hacia otras partes de Siria, según dos fuentes que habían hecho ellos mismos esos viajes.

Un alto el fuego duradero permitiría que los tan necesarios suministros llegasen a los civiles en las aldeas, aunque el ISIS lo utilizaría también para reagruparse. Los kurdos conseguirían una salvaguardia ante una posible guerra con dos frentes en caso de que los turcos les atacaran.

Un alto el fuego entre el ISIS y los kurdos, junto con la potencial protección de los kurdos por parte del gobierno sirio, socavarían en gran parte las justificaciones públicas de Trump para retirar las tropas estadounidenses de Siria. En un tuit, Trump describió que Turquía podría «encargarse fácilmente de lo que quede» del ISIS. En un tuit posterior, el presidente habló de su conversación con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan:

«El presidente @RT_Erdogan de Turquía me ha informado con toda firmeza que va a erradicar lo que quede del ISIS en Siria… y es un hombre que puede hacer eso y más, Turquía está justo en la «puerta de al lado». ¡Nuestras tropas están volviendo a casa»

Pero la posibilidad de que Turquía complete un trabajo de limpieza contra el ISIS en Siria parece ser cada vez más improbable debido a que las alianzas cambian allí rápidamente.

***

Mientras tanto, el ejército estadounidense continúa lanzando bombas sobre Deir al-Zour a pesar del hecho de que los kurdos, recientemente abandonados por EE. UU., no están actualmente enfrentándose a los combatientes del ISIS.

«Han apuñalado por la espalda a todos sus aliados y ahora están matando a la gente de aquí», dijo el combatiente del ISIS, refiriéndose a EE. UU. «Al final, el Estado Islámico sobrevivirá y se extenderá o caerá, pero aquí habrá personas que recordarán lo que ha sucedido y lo contarán y se difundirá por todo Oriente Medio».

Ali Younes es un destacado periodista de Al Jazeera.

Trevor Aaronson es colaborador de The Intercept y director ejecutivo del Florida Center for Investigative Reporting. Es asimismo autor de «The Terror Factory: Inside the FBI’s Manufactures War on Terrorism«. Ha sido finalista en dos ocasiones de los Premios Livingston, y ha ganado los premios Molly National Journalism, Data Journalism y John Jay College/Harry Frank Guggenheim Excelence in Criminal Justice Reporting. Sus trabajos para The Intercept han conseguido menciones honoríficas en los Premios Online Journalism.

Fuente:http://theintercept.com/2019/01/03/syria-bombing-troop-withdrawal/  

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a los autores, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la misma.