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Estudiante pierde su ojo por la acción de un soldado israelí

Fuentes: zajel.org

El domingo 9 de abril de 2006 comenzó como cualquier otro día para Shireen y Ruba, estudiantes de 20 y 21 años en la Facultad de Tecnología de la Información. ¿Cómo podrían saber ellas que este día ocurriría un incidente que podría cambiar sus vidas para siempre? Ese día, las dos chicas salieron de la […]

El domingo 9 de abril de 2006 comenzó como cualquier otro día para Shireen y Ruba, estudiantes de 20 y 21 años en la Facultad de Tecnología de la Información. ¿Cómo podrían saber ellas que este día ocurriría un incidente que podría cambiar sus vidas para siempre?

Ese día, las dos chicas salieron de la universidad hacia el centro de la ciudad a comprar unas cosas antes de dirigirse a sus casas, en las aldeas de Nisf Jbeel y Beit Mreen, cerca de la ciudad de Tulkarem. Incluso antes de comenzar sus compras, se habían esparcido noticias de que las fuerzas de ocupación israelíes, FOI, habían invadido la calle Faysal, al este de la ciudad. Esto hizo que las chicas se apresuraran para dejar la ciudad antes que la situación se vuelva crítica.

En su camino al garage del oeste, donde se suponía que ellas tomarían su bus, pasaron por la calle Falasteen – conocida por ser una calle muy concurrida y comercial -, donde la presencia de más de 8 vehículos del ejército las tomaron por sorpresa. Sin quererlo, ellas se encontraron entre las fuerzas israelíes, las que comenzaron a disparar al azar sobre los chicos que les arrojaban piedras. Sin comprender qué les estaba pasando, esas balas convirtieron a las dos chicas en nuevas víctimas de las incesantes y brutales violaciones de las FOI de los derechos de los civiles palestinos. Shireen nos cuenta la historia con sus propias palabras: «De pronto sentí algo golpeando mi mano. No sé qué me pasó después de eso, me desmayé solo por el inmenso dolor en mi mano. Nosotras estábamos cerca de la Tienda de Deportes. Ellos me metieron dentro y luego el dueño de la tienda me llevó en su automóvil al hospital de Rafidia. No sabía que Ruba había sido herida también, solo escuché sobre ella en el automóvil, cuando el hijo del encargado del negocio nos dijo que la chica de vestido largo recibió una bala en su ojo. Entonces me di cuenta que esa chica era mi amiga Ruba».

Sin embargo, Shireen no sabía exactamente qué había pasado a Ruba hasta que ella comenzó a despertar del shock. Ella recibió tratamiento en su mano herida y comenzó a sentirse mejor, pero en su mente estaba con Ruba, ya que muy dentro ella sabía que la herida de Ruba era mucho más seria que la suya: «Yo cuidaba de ella más que a nadie, incluso más que a mí misma. Me permitieron verla más tarde en el hospital, ella estaba en la sección de urgencias». La familia de Ruba había sido llamada, aunque diciéndoles que la verdad entera no sería fácil. En un comienzo, la familia no había sido informada que la herida estaba ubicada muy cerca de su ojo derecho, mientras sus papeles estaban listos para ser transferida al Hospital Oftalmológico Saint John en Jerusalén.

El mismo día por la tarde Shireen llamó a la familia de su amiga para saber sobre su estado, pero hasta ese momento ellos no sabían que su hija había perdido su ojo derecho para siempre.

Ruba dejó el hospital un par de días después. Como Shireen comenta tristemente, «No puedo creer que esta ambiciosa chica haya perdido su ojo, pero si creo que Ruba tiene una moral muy fuerte y aceptará el destino y la voluntad de Dios».

Este es sólo un ejemplo de las agresiones a los estudiantes de la Universidad Nacional de An-Najah que diariamente enfrentan en su camino hacia y desde la universidad… en los puestos de control, en los duros caminos, incluso dentro de las instalaciones de la universidad. En los últimos cinco años docenas de estudiantes han sido insultados, acosados, detenidos y heridos sólo porque trataban de ejercer su derecho básico de ir a la universidad. Debido a las dificultades económicas y restricciones a la circulación, así como por los constantes asedios e incursiones, la educación en Palestina se está volviendo en un privilegio, no en un derecho. Un total de 52 estudiantes de An-Najah han perdido sus vidas mientras luchaban por su derecho a la educación.

 
Preparado por: Diana, Mira y Cristina Traducido al castellano por: E Abedrapo.