Ningún despojo más brutal de los derechos a la paz y existencia de un pueblo que el cometido en dos siglos por Israel contra Palestina.
La historia comenzó en 1948, hace 75 años, con la división de un territorio donde debían convivir pacíficamente dos pueblos, en sus respectivos estados, el israelita y el palestino. Pero el plan de la potencia colonizadora en vez de ser solamente dádiva generosa para el sufrido pueblo hebreo pronto se convirtió en un crimen mayor que el del holocausto contra el pueblo palestino.
Sobre el sufrimiento experimentado por el valeroso pueblo palestino fueron estas denuncias de Fidel hace 44 años, en la sesión inaugural de la VI Conferencia Cumbre del Movimiento de Países No alineados.
«Ningún despojo más brutal de los derechos a la paz y existencia de un pueblo se ha cometido en este siglo. Entiéndase bien que no somos fanáticos. El movimiento revolucionario se educó siempre en el odio a la discriminación racial y los pogromos de cualquier tipo, y desde el fondo de nuestras almas, repudiamos con todas nuestras fuerzas la despiadada persecución y el genocidio que en su tiempo desató el nazismo contra el pueblo hebreo. Pero no puedo recordar nada más parecido en nuestra historia contemporánea que el desalojo, persecución y genocidio que hoy realizan el imperialismo y el sionismo contra el pueblo palestino. Despojados de sus tierras, expulsados de su propia patria, dispersados por el mundo, perseguidos y asesinados, los heroicos palestinos constituyen un ejemplo impresionante de abnegación y patriotismo, y son el símbolo vivo del crimen más grande de nuestra época.»
“¿Por qué los agresores sionistas pueden igualmente bombardear a diario los campamentos de refugiados palestinos y las poblaciones del Líbano? ¿Quién les ha dado ese derecho? ¿Quién les ha dado ese poder? ¿Por qué pueden usar las armas más sofisticadas de destrucción y muerte? ¿Quiénes las suministran? ¿No vemos acaso en ello una prueba irrefutable del papel agresivo del imperialismo y el tipo de orden y paz que desean para nuestros pueblos? ¿O es que cuando se mata un niño, un anciano, una mujer, un adulto negro, un palestino, un libanés, no se comete un crimen? ¿Se pueden diferenciar estos métodos y estas concepciones de la concepción y los métodos que practicó en su tiempo la Alemania fascista? Sin embargo, día a día, las noticias de actos genocidas de este tipo nos llegan en los cables, incluso a través de las agencias de prensa imperialistas, como si quisieran acostumbrarnos a la aceptación resignada y mansa de los hechos”.
Sobre las soluciones para la paz justa entre los dos pueblos palestino y hebreo, expresó:
«La base de la paz justa en la región comienza por la retirada total e incondicional de Israel de todos los territorios árabes ocupados y supone para el pueblo palestino la devolución de todos sus territorios ocupados y la recuperación de sus derechos nacionales inalienables, incluido el derecho de retorno a su patria, a la libre determinación y al establecimiento de un Estado Independiente en Palestina, de conformidad con la Resolución 3236 de la Asamblea General. Ello implica la ilegalidad y nulidad de las medidas adoptadas por Israel en los territorios palestinos y árabes ocupados, así como del establecimiento de colonias o asentamientos en tierras palestinas y en los demás territorios árabes, cuyo desmantelamiento inmediato es un requisito para la solución del problema.»
Cuatro años después en su discurso en la VII Cumbre de los Países No alineados celebrada en Nueva Delhi, India, denunció y sentenció:
“Jamás la causa palestina pareció más justa que en el contraste con la brutalidad repulsiva de sus adversarios. La humanidad no olvidará ni el heroísmo de los agredidos ni la barbarie de los agresores. Es dramático que el pueblo hebreo, que suscitó compasión y simpatías universales cuando Hitler amenazó con su exterminio, haya sido conducido por el sionismo a comprometerse en este insano genocidio. Se explica, por ello, que en el propio Israel haya surgido un clamor de paz y el reclamo de castigo para los responsables de aquellas matanzas”.
Hace 22 años, en su discurso en la Conferencia Mundial celebrada en Durban, Sudáfrica, indicaba y esclarecía:
“Póngase fin cuanto antes al genocidio del pueblo palestino, que tiene lugar ante los ojos atónitos del mundo. Protéjase el derecho elemental a la vida de sus ciudadanos, de sus jóvenes y sus niños. Respétese su derecho a la independencia y a la paz, y nada habrá que temer de los documentos de las Naciones Unidas”.
Y hace apenas 9 años, el 20 de agosto de 2014, en su texto La verdadera amistad, denunciada el genocidio que se llevaba a cabo en Gaza:
“Nuestro mundo está viviendo un momento excepcional y único, cada día es mayor el número de personas que está pendiente de ello. Entre tales acontecimientos, uno de los más dramáticos es el genocidio que se lleva a cabo en la Franja de Gaza, donde 1,8 millones de seres humanos viven acorralados entre el desierto, el mar y el poderío militar de un país del Oriente Medio, donde el imperio más poderoso que ha existido nunca ha creado a lo largo de más de medio siglo, y a un costo, según algunos estimados, que se aproxima a cien mil millones de dólares, una potencia militar nuclear sofisticada y a la vez irresponsable. Muchas personas se preguntan: ¿Quién gobierna a quién, Estados Unidos a Israel o Israel a Estados Unidos?
Los hechos son visibles. Cohetes con blancos programados, bombarderos veloces y precisos, artillería blindada y tanques modernos, atacan edificios repletos de personas, así como a hospitales, escuelas e instalaciones de servicios, matando niños, jóvenes, ancianos, madres y padres indefensos.
Antes ocurrían hechos atroces. Sin remitirnos desde luego a pasados milenios, sino a luchas que sucedían antes de la Segunda Guerra Mundial… hechos que causaban conmoción, pero que en nada se parecían a las espeluznantes escenas que hoy se observan en las imágenes que cada ciudadano ve en sus hogares por televisión. Los políticos se turban y el caos se hace evidente en la política mundial.”
Después de meditar sobre estas ideas de Fidel cabe preguntarse qué más se puede señalar y añadir en la actual encrucijada en que la ciudad superpoblada de Gaza es prácticamente convertida en escombros sin respetar viviendas, albergues, hospitales, instituciones de organismos internacionales, etc. Hoy que el genocidio contra la población civil se practica con misiles, bombardeos con aviones, tanques y todo el arsenal militar israelí. Ahora que Israel viola todo lo establecido internacionalmente sobre el Derecho Humanitario en los conflictos bélicos. En este momento en que es más evidente que las potencias patrocinadoras del poderío hebreo, Estados Unidos y los países europeos, son partidarias de tal genocidio y llegan a ser tan infames y criminales que no aceptan aprobar en el Consejo de Seguridad una simple resolución que plantee una pausa en el combate para ser factible el suministro de materiales y equipos médicos para los hospitales y agua, combustible, y alimentos para contribuir a remediar problemas “de vida o muerte” entre la población civil, lo cual está acorde con el Derecho humanitario de las Naciones Unidas.
Qué se puede esperar del gobierno de los Estados Unidos que fue capaz de cometer el mayor genocidio en Japón, lanzando no una, que bastaba como disuasión, sino dos en grandes ciudades con población civil. Qué se puede esperar del gobierno israelí que lleva a cabo sus proyectos de despojo, persecución y genocidio de la población palestina desde hace 75 años.
Esta guerra de “tierra arrasada” tiene el propósito claro de invadir todo el territorio de Gaza, plantar sus botas y pisotear, someter y expulsar a la población palestina, y anexarlo y apropiárselo como botín de guerra.
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