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Integrará el nuevo diccionario de la Real Academia Española previsto para 2010

Fue reconocida la palabra okupa

Fuentes: Rojo y negro

Desde hace varios años, la Real Academia está abriendo el abanico hacia muchos regionalismos de culturas hispanoparlantes y a las nuevas tecnologías que impregnan el habla. Cada vez que incorpora un término nuevo, recuerda que el idioma es un constructor social en permanente mutación y que el habla castellana tiene las particularidades propias de la […]

Desde hace varios años, la Real Academia está abriendo el abanico hacia muchos regionalismos de culturas hispanoparlantes y a las nuevas tecnologías que impregnan el habla. Cada vez que incorpora un término nuevo, recuerda que el idioma es un constructor social en permanente mutación y que el habla castellana tiene las particularidades propias de la variada gama de culturas que la adoptan.

La institución prevé para 2010 la publicación de su próximo Diccionario de la Lengua Española, y ya adelantó una próxima incorporación: la palabra «okupa», y sus derivados «okupar» y «okupación». El significado que tendrá según el nuevo texto de la RAE será el de «persona que se instala en una vivienda deshabitada sin consentimiento del propietario», mientras que al derivado verbal se lo significará como «tomar como propio, y sin consentimiento del dueño legal, una vivienda o local desocupados». Las tres palabras aparecerán en el diccionario de la RAE precedidas por el apartado «España», para explicar a los usuarios que se trata de un uso particular del español de ese país, aunque en Argentina estas palabras son utilizadas de manera similar.

En la última actualización oficial de su diccionario, en octubre de 2001, junto a una edición renovada a mediados de 2005, el aggiornamiento de la RAE tuvo la impronta de las nuevas tecnologías, incorporando palabras como «correo electrónico», «internet’, «chat» y «digitalización», además de «alzheimer», «barman», «parapente», «liposucción», «gay», «insolidario», «transgénico», «opa», «neoliberalismo» y «vox pópuli». Son en total 12 mil modificaciones en términos de la lengua española, entre los que se encuentran 6 mil americanismos y 2343 argentinismos: aceptación del voseo y del «che», junto con la aprobación de «jetazo» (beso efusivo), «huevada» (tontería o idiotez), «evasor» (que elude el pago de impuestos), «grasa» (adjetivo despectivo coloquial para referir a personas y hábitos vulgares), «tanada» (acción atribuida al italiano). Antes de este reconocimiento académico, la palabra «okupa» y sus derivados se utilizaba en España tanto en el habla coloquial como en los medios de comunicación, además de figurar en los diccionarios bilingües como equivalente español del inglés «squat». En el habla habitual se la utiliza tanto en castellano como en catalán, euskera, gallego y otras lenguas de territorio español, mientras que la prensa la ha utilizado para hablar de un «movimiento okupa», queriendo reunir bajo esta acepción todas las manifestaciones relacionadas con esta actividad.

Okupación

La okupación tiene una connotación fuertemente política, no sólo significa apropiarse de un edificio o lugar abandonado sin consentimiento del dueño sino que tiene que ver con destinarlo a lugar de reunión y distintas actividades de carácter social y político. Una vez okupado el lugar, se le suele dar el nombre de «centro social okupado» en Madrid y Valencia, mientras que en la región del País Vasco se lo llama en euskera «gaztetxe» (casa de la juventud) y en Barcelona y otras regiones catalanas se lo denomina «casal». Al término «centro social» en cualquier lengua se le agrega un nombre propio que le da identidad al lugar y que generalmente tiene que ver con la calle donde se ubica (Seco, Lavapiés 15) o con el uso anterior del edificio (Minuesa o El Laboratorio). Allí se desarrollan actividades culturales de todo tipo (música, pintura), se dictan talleres y se establecen comedores populares. También se organizan dentro medidas para pedir por la libertad de presos políticos o por desalojos inminente.

La ocupación de viviendas abandonadas siempre fue un hecho recurrente en la historia del mundo, y en España tuvo un gran auge durante los ’60 y ’70, resultado de la gran demanda generada por la migración de población del campo a las ciudades. A mediados de los ’80 surgen los okupas, a imagen y semejanza de los squatters ingleses, y al no existir en castellano ninguna palabra para nombrar la ocupación de viviendas y locales adoptan ese nombre con una k tomada de la contracultura psicodélica yanki de los ’60 y del punk-rock de filiación anarquista. Para los okupas españoles, la diferencia entre ocupar y okupar reside en el carácter político de esta última acción, en la que la toma de un edificio abandonado no es sólo un fin sino también un medio para denunciar las dificultades de acceso a una vivienda .

No sólo en España son fuertes, sino que registran un notable crecimiento en varios países europeos: Italia, Alemania, Holanda, Noruega, Suecia y Dinamarca. Sea cual fuere el país, los anarquistas de todo el mundo dicen que los okupas tienen una clara inspiración anarquista, ya que se desecha la noción de propiedad privada, justificando las okupaciones desde el derecho de todos a poseer una vivienda. Estos movimientos suelen adoptar dos posturas también típicamente anarquistas: la igualdad de sexos y la autogestión. Uno de los movimientos okupas más importantes de España es el madrileño Eskalera Karakola, un centro social autogestionado de Madrid, dirigido por mujeres, signado por consignas feministas, que buscan siempre diseñar algún modelo por el estilo en la elaboración de comidas y la creación de otros trabajos o talleres dentro de los centros, sin recurrir a ningún tipo de financiamiento institucional, por considerarlo amoral.