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Gaza 2009: el momento de la verdad

Fuentes: Znet

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Gaza ha vuelto a su situación de asedio anterior a la masacre y se enfrenta a la habitual y cómplice indiferencia «internacional» tras 22 largos días y noches durante los cuales su valiente pueblo fue abandonado frente a uno de los ejércitos más poderosos del mundo, un ejército que tiene cientos de cabezas nucleares, miles de soldados rápidos en disparar por cualquier motivo y armados con tanques Merkava tanks, F-16, helicópteros Apache, barcos de guerra y bombas de fósforo. Gaza ya no es noticia. Su pueblo muere lentamente, sus niños están desnutridos, su agua contaminada, sus noches son oscuras y se les priva incluso de palabras de simpatía de personas como Ban Ki Moon y el presidente del «Cambio; sí, nosotros podemos».

Sin la autorización de la comunidad internacional Israel no hubiera podido llevar a cabo su guerra genocida, precedida y seguida de un asedio medieval y hermético. Durante la masacre un soldado israelí comentó: «Esto es lo que supuestamente es tan estupendo de Gaza: ves a una persona por la carretera, caminando. Él no tiene que llevar un arma, tú no tienes que identificarlo con nada y, simplemente, le puedes disparar».

Cuando el Israel del apartheid decidió atacar el norte de Gaza a finales de febrero y principios de marzo de 2008, el vice-ministro de la guerra, entonces Matan Vilnaii, nos amenazó con una shoah (Holocausto) aún mayor. Fueron asesinados unos 164 palestinos, incluyendo 64 niños. ¿Cuál fue la reacción de la comunidad internacional? Absolutamente ninguna. De hecho, la Unión Europea decidió premiar al opresor emitiendo declaraciones acerca de su intención de intensificar y mejorar sus acuerdos comerciales con Israel, lo que, no hay ni que mencionarlo, sirvió de autorización para las actuales atrocidades. El domingo 18 de enero el primer ministro israelí Olmert, a todas luces un criminal de guerra, expresó su deleite a seis dirigentes europeas por su «extraordinario apoyo al Estado de Israel y su preocupación por su seguridad». Visto en retrospectiva, la intensificación y mejora de relaciones entre la UE e Israel a principios de 2008 fue una autorización para la aún mayor masacre en Gaza de 2009. A pesar de los crímenes de guerra cometidos por las Fuerzas Defensivas Israelíes [el ejército israelí, IOF en sus siglas en inglés] y a pesar de la composición obviamente fascista del actual gobierno israelí, la UE seguirá fortaleciendo las relaciones bilaterales con Tel Aviv.

Dentro de este contexto, el ex-luchador por la libertad y contra el apartheid Ronnie Kasrils afirma:

«Lo que [Hendrik] Verwoerd [el artífice del apartheid] también admiraba era la impunidad con la que Israel ejercía la violencia y el terror de Estado para salirse con la suya, sin impedimentos por parte de sus aliados occidentales, entre los cuales el papel de Estados Unidos se hacía cada vez más crucial. Lo que Verwoerd y los de su calaña admiraban de Israel… era la manera cómo las potencias occidentales permitían a un Israel imperialista utilizar con impunidad su desenfrenado ejército para expandir su territorio y contener la creciente marea de nacionalismo árabe entre sus vecinos».

Así pues, marzo de 2008 fue un ensayo de Gaza 2009. Israel sabía que podía seguir cometiendo crímenes de guerra completamente pertrechado con una conspiración internacional del silencio. La comunidad internacional no reaccionó en marzo de 2008: ¿por qué iba a ser de otra manera en 2009? Ésta era y sigue siendo la lógica israelí. El fascista ministro de Exteriores de Israel es de la opinión de que Gaza debería haber sido bombardeada con armas nucleares. No es de extrañar que Adolf Hitler dijera una vez: «¡Qué suerte para los dirigentes que los hombres no piensen!».

A aquellos que nos acusan de suscribir teorías conspiradoras les tenemos que recordar lo siguiente: en 2004 el profesor israelí Arnon Soffer, Presidente del Instituto Nacional de Defensa de las IOF y uno de los consejeros de Ariel Sharon, explicó detalladamente en una entrevista en el Jerusalem Post los resultados que se esperaban de la desconexión unilateral de Gaza por parte de Israel:

» … cuando un millón y medio de personas vivan en una Gaza cerrada, esto va a ser una catástrofe humana. Estas personas se convertirán en animales aún mayores de lo que lo son hoy,… La presión en la frontera será espantosa. Va a ser un guerra terrible. Así que, si queremos seguir vivos, tendremos que matar y matar. Todos los días, cada día…Si no matamos, dejaremos de existir …La separación unilateral no garantiza la «paz», garantiza un Estado sionista con una abrumadora mayoría de judíos…».

Después hubo otro punto de vista expresado en 2002 por el entonces jefe del Estado mayor de Israel, el general Moshe Yaalon, y que en mi opinión resume el objetivo del hermético asedio medieval y de la masacre: «Hay que hacer entender a los palestinos hasta los rincones más recónditos de su conciencia que son un pueblo derrotado».

Ahora es la total deshumanización de los palestinos de Gaza. Y éste es el mensaje para vosotros, cisjordanos: deberíais aceptar vuestro destino como cucarachas, preparadas para ser aplastadas por voluntad propia bajo la bota de un fanático o si no, ya veréis…

El compañero Kasrils ha expresado recientemente el parecido que tiene la campaña de racista odio tribal de Israel tanto con el apartheid sudafricano como con el régimen asesino de Hitler:

«Sin duda, nosotros, sudafricanos, podemos identificar la causa patológica, que exacerba el odio, de la elite político-militar y del público en general de Israel. Para cualquier persona conocedora de la historia colonial tampoco es difícil comprender la manera cómo el odio racial cultivado deliberadamente inculca una justificación para las más atroces e inhumanas acciones, incluso contra civiles indefensos, entre ellos mujeres, niños y ancianos. De hecho, ¿acaso no fue esto la ideología patológicamente racista que alimentó los apetitos de guerra de Hitler y la implementación del Holocausto?».

En hechos actuales, si hay algo que aprender de Gaza 2009 es que el mundo estaba completamente equivocado al pensar que el nazismo fue derrotado en 1945. ¡El nazismo ha ganado porque finalmente ha logrado nazificar las conciencias de sus propias víctimas! No hay más que pensar en los episodios de las camisetas de los soldados. El valiente escritor israelí Gideon Levy ha escrito que Israel hoy se parece mucho a la Alemania de 1933.

Pero la pregunta urgente hoy es cómo hacer a Israel responsable ante el derecho internacional y los principios básicos de los derechos humanos para impedir la inminente escalada. Las preguntas más urgentes e inmediatas en este contexto son cuál debería ser la naturaleza de la solidaridad internacional y cómo puede apoyar mejor la lucha palestina por la autodeterminación.

El régimen de apartheid de Sudáfrica cayó bajo una constante presión por parte de la comunidad internacional y de organizaciones multilaterales como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que aprobó incontables resoluciones contra él debido a su trato inhumano a los negros. Esto supuso un muy necesitado socorro para los oprimidos, mientras que a nosotros se nos priva hasta de este pequeño consuelo porque Estados Unidos sigue usando su derecho a veto para garantizar que Israel escapa a la censura del organismo mundial.

La oposición de los movimientos de base al brutal apartheid acabó por obligar a Estados Unidos y Gran Bretaña, así como a otros gobiernos del mundo, a aislar al apartheid sudafricano. Sin la presión que ejercieron sobre ellos sus propios pueblos nunca lo hubieran hecho. Israel tiene que ser aislado exactamente de la misma manera que lo fue el apartheid sudafricano. Hoy existe una lucha de masas cada vez mayor dentro de Palestina, así como otras formas de lucha, exactamente como hubo dentro del apartheid sudafricano. Un fortalecido movimiento internacional de solidaridad con una agenda común puede hacer que la lucha por Palestina resuene en cada país del mundo y cierre así el mundo a los israelíes hasta que ellos abran el mundo a los palestinos. Nuestro objetivo ahora, como organizaciones de la sociedad civil, es levantar el mortal bloqueo hermético impuesto a Gaza que está causando un genocidio a cámara lenta; se ha intentado hacer marchas hacia las seis puertas de la cárcel de Gaza y se debe intensificar. Esto es lo que están planeando muchos activistas, palestinos e internacionales. Nuestra campaña de BDS [boicot, desinversión y sanciones a Israel] sobre el modelo de la campaña global contra el apartheid sudafricano está ganando impulso como movimiento democrático basado en la lucha por los derechos humanos y en la implementación del derecho internacional. Nuestra lucha NO es religiosa ni étnica ni racial, sino universal: una que garantiza la rehumanización de nuestro pueblo ante una máquina genocida dirigida por lo que Moshe Dayan habría llamado «un perro rabioso».

Los palestinos de Gaza han perdido la fe en el fallido «proceso de paz» y en la solución de los dos Estados, de ahí la desesperada necesidad de un nuevo programa nacional que pueda movilizar a las masas, un programa que es necesariamente de naturaleza democrática, uno que respete la resistencia en sus diferentes formas y, en última instancia, garantice paz con justicia. Sin embargo, el nuevo y muy necesario programa debe establecer la relación necesaria entre todas las luchas palestinas: la ocupación de Gaza y de Cisjordania, la discriminación de base étnica de Israel y las violaciones de los derechos de más de un millón de ciudadanos palestinos, así como los refugiados desplazados externos de 1948.

Lo que siempre se no ha dicho es o bien aceptar la ocupación israelí en sus peores formas (esto es, la actual presencia del Muro del apartheid, las colonias, los checkpoints, las carreteras en zigzag, las matrículas con un código de color, las demoliciones de casas y la coordinación de la seguridad supervisada por un general estadounidense retirado) o bien tener un hermético asedio medieval, pero aún así morir con dignidad.

Pero la lección que aprendimos de Gaza 2009, exactamente igual que en Sharpville 1960 [1], es aprovechar todos los esfuerzos para luchar contra los resultados de los Acuerdos de Oslo y formar un Frente Unido sobre una plataforma de resistencia y reformas. Esto no se puede lograr sin darnos cuenta de que los ministerios, primeros ministros y presidencias en Gaza y Ramala son una fachada no diferente de aquellas falsas estructuras en los Homelands Independientes de Sudáfrica. En un relato corto del escritor sudafricano Najbuolu Ndebel, una mujer negra joven comenta la generosa oferta hecha por el gobierno racista: «Así es como los han planeado, que se os dará un poco de todo a un precio tan pequeño nosotros nos olvidamos de la LIBERTAD».

Esto es exactamente lo que Steve Biko, el héroe de la lucha contra el apartheid (que pagó con su vida la libertad de todos los sudafricanos) quería decir cuando afirmaba:

«Los blancos no sólo han sido culpables de haber pasado a la ofensiva sino que por medio de algunas maniobras habilidosas han conseguido controlar las respuestas de los negros a la provocación. No sólo ha dado patadas a los negros, sino que también les han dicho cómo reaccionar ante las patadas. Durante mucho tiempo el negro ha estado escuchando con paciencia los consejo que le prodigaban acerca de cuál es la mejor manera de responder a las patadas. Con dolorosa lentitud ahora está empezando a dar muestras de que su derecho y su deber es responder a la patada del modo que él considere apropiado».

Y nosotros, palestinos, hemos decidido responder a la patada sionista del modo que consideramos apropiado. En el relato de Ndebel antes citado un intelectual negro deja claro que «[él] prefiere ser un perro hambriento que corre libre por las calles a un perro gordo y encadenado lastrado con su propio peso y con el de la cadena». Estos ejemplos utilizados una y otra vez en la literatura contra el apartheid resumen las lecciones que aprendemos de Gaza 2009. Es, en una palabra, resistencia.

El arzobispo sudafricano Desmund Tutu afirmó con una muy citada sabiduría: «Si eres neutral en situaciones de injusticia has elegido el lado del opresor». Y como afirmé en un artículo anterior, mientras las IOF estaban bombardeando mi barrio Naciones Unidas, la UE, la Liga Árabe y la comunidad internacional en general permanecían en silencio ante las atrocidades cometidas por el Israel del apartheid. Por consiguiente, están del lado de Israel. Cientos de cadáveres de niños y de mujeres no lograron convencerlos de intervenir.

No nos queda, pues, más que una opción, una opción que no espera al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas o a las Cumbres Árabes: la opción del poder popular, como hemos afirmado repetidamente. Éste sigue siendo el único poder capaz de contrarrestar el descomunal desequilibrio de poder en el conflicto israelo-palestino.

El horror del racista régimen de apartheid en Sudáfrica fue desafiado con una continua campaña de boicot, desinversión y sanciones iniciada en 1958 y a la que se dio nueva urgencia en 1960 tras la masacre de Sharpeville. En última instancia esta campaña llevó al colapso del dominio blanco en 1994 y al establecimiento de un Estado multiracial y democrático.

De manera similar, el llamamiento palestino al boicot, la desinversión y sanciones ha estado ganando impulso desde 2005. Gaza 2009, como Sharpeville 1960, no puede ser ignorado: exige una respuesta de todos aquellos que creen en una humanidad común. Ahora es el momento de boicotear al Estado israelí de apartheid, de desinvertir y de imponerle sanciones. Esta es la única manera de asegurar la creación de un Estado laico y democrático para todos en la Palestina histórica que no tenga en cuenta la raza, la secta y origen étnico. El periodista australiano John Pilger tiene esto que decir: «Lo que ocurre en Gaza es el momento definitivo de nuestro tiempo que o bien concede a la impunidad de criminales de guerra la imunidad de nuestro silencio mientras reprimimos nuestro propio intelecto y moralidad, o bien nos otorga el poder de expresarnos».

Por consiguiente, con movilización de masas y solidaridad internacional Gaza 2009 se está convirtiendo en el faro que nos guía, no sólo al pueblo palestino sino también al mundo árabe, hacia un nuevo Oriente Medio, uno que a diferencia del Oriente Medio de Condoleezza Rice se caracteriza por la democracia y la libertad. Esto es a lo mínimo a lo que debería llevar nuestra resistencia al exclusivismo religioso, la xenofobia y a una visión tribal del mundo.

– Este artículo se basa en una ponencia emitida por video conferencia para el debate titulado «Promover una cultura de resistencia» en la IV Conferencia Internacional sobre Resistencia Popular de Base de Bil’in.

[1] Véase http://www.rebelion.org/noticia.php?id=79968 (N. de la t.)

Enlace con el original: http://www.zcommunications.org/znet/viewArticle/21398