Leopoldo Magelli, médico laboral, exdirector de los servicios de prevención y seguridad en el trabajo de la AUSL boloñesa y desde hace años colaborador de la Asociación de Familias y Víctimas del Amianto de Emilia Romaña (APS), nos envió un artículo que habla de la catástrofe provocada por la guerra en Gaza, que a partir de los horrores vividos diariamente por el pueblo palestino, también enfrenta el problema de los daños que se pueden esperar en los años venideros, causados por la enorme destrucción de edificios que estaban llenos de productos con amianto.
Una situación que concierne a Gaza, pero que concierne también a todos los escenarios de guerra, como Ucrania, donde hemos visto muchas imágenes de edificios devastados y productos Eternit hechos pedazos por todas partes.
AFeVA está cerca de todas las víctimas de hoy y del futuro y esperamos que pronto todo esto termine y se restablezca la paz en todas partes.
Sin embargo, debemos recordar que el problema del amianto es un problema internacional y nosotros también podemos hacer mucho como país y como Comunidad Europea, si queremos.
Cómo terminará en Gaza, cuándo terminará, tal vez ni siquiera si terminará… lo que es seguro es que, cuando la situación actual y la masacre en curso terminen, el problema del futuro de Gaza comenzará a resolverse, y a surgir.
Independientemente del futuro político, todos sabemos que, entre las diversas situaciones económicas y sociales dramáticas que estallarán, está, con un peso enorme, la sanitaria.
Los hospitales han sido pulverizados y se necesitarán algunos años y muchos fondos para reconstruirlos, lo mismo ocurre con el equipamiento, entre las víctimas hay cientos de médicos y enfermeras y aquí se necesitarán muchos años para reponerlos, y esto en tiempos en los que tendremos que lidiar con cientos o miles de amputados, personas con otras lesiones incapacitantes y desfigurantes, niños (y no sólo niños) con traumas psicológicos que ni siquiera podemos imaginar (¿y tenemos miedo de usar la palabra genocidio?).
Pero hay otro problema del que casi no se habla ahora y que, por el contrario, surgirá como uno de los más críticos en las próximas décadas: el problema del amianto.
Sus dimensiones son increíbles (aunque cabe destacar que por ahora son estimaciones, pero procedentes de fuentes cualificadas).
El 1 de mayo de 2024 aparecen en el sitio web SWISSinfo.ch los datos del servicio de la ONU para la lucha contra las minas y las municiones sin explotar (UNMAS), que se refieren a los territorios palestinos de Gaza: en esta franja de aproximadamente 40 km de longitud al norte al sur hay 37 millones de toneladas de escombros (más que en toda la línea del frente en Ucrania, de casi 1.000 kilómetros de longitud).
Según Charles Mungo Birch, jefe del citado servicio, se necesitarán nada menos que 14 años para eliminarlos.
Estos datos están extraídos también de un artículo de Gilbert Achcar en «Le monde Diplomatique» del 18 de junio de 2024.
Pero no se trata sólo de un problema de cantidad, sino también del peligro extremo de estos escombros (Birch afirma nuevamente que estos escombros «probablemente estén muy contaminados por municiones sin detonar, pero su limpieza será aún más complicada debido a otros peligros presentes».
Y entre los peligros actuales, el relacionado con el amianto es dramático: se estima que entre los escombros de Gaza hay más de 800.000 toneladas de amianto, de nuevo según el director de UNMAS (y aunque fuera sólo la mitad… todavía será una cantidad aterradora).
Tenemos, por tanto, miles y miles de personas que vivirán en entornos muy contaminados por amianto, que tendrán que excavar y transportar (¿adónde?) toneladas de escombros que contienen amianto, con un impacto en los niveles de riesgo, tanto ambiental como laboral, que no es actualmente cuantificable, pero que es fácil imaginar aterrador, para personas debilitadas en cuerpo y espíritu por la guerra, en un contexto en el que las instalaciones sanitarias han sido arrasadas a cero o casi y que, en cualquier caso, cuando vuelvan a salir, tendrán que gestionar las dramáticas emergencias diarias y podrán dedicar pocos recursos para prevenir daños futuros, como los mesoteliomas relacionados con el amianto.
Piensa en lo mucho que se ha hablado de las torres gemelas de Nueva York y haz una comparación entre las diferentes dimensiones cuantitativas del problema del amianto entre los escombros (en las torres gemelas se estimó la presencia de 5.000 toneladas de amianto…) y la diferente capacidad de respuesta de los servicios de salud.
Teniendo en cuenta que los tiempos de latencia del mesotelioma pleural, el principal cáncer relacionado con el amianto, oscilan entre 20 y 40 años (es decir, el mesotelioma comienza a aparecer entre las personas expuestas generalmente no antes de los 20 años después del inicio de la exposición y no más de 40 desde el desde el principio), a partir de la primera mitad de los años 40 de nuestro siglo tendremos los primeros casos… y hoy nadie puede decir cuándo tendremos los últimos, dependerá de cuánto tiempo dure el trabajo de remoción de escombros y recuperar el amianto.
Del mismo modo creo que hoy es imposible predecir con suficiente fiabilidad cuántos casos habrá, aunque creo que suponer cifras del orden de varios miles no es una locura.
Y este será uno de los muchos finales de la guerra de Gaza (¿lo llamaremos genocidio retrasado?)”.
Fuente: https://afevaemiliaromagna.org/2024/09/25/gaza-amianto-un-problema-a-futura-memoria/
Nota del traductor:
Por su evidente semejanza, véanse seguidamente los siguientes artículos:
Francisco Báez Baquet. El amianto de Ucrania, un riesgo añadido para su población. Rebelión 15/03/2022, https://rebelion.org/wp-content/uploads/2022/03/EL-AMIANTO-DE-UCRANIA.pdf
Francisco Báez Baquet. El asbesto o amianto en Rusia. Rebelión 24/03/2022. https://rebelion.org/wp-content/uploads/2022/03/El-asbesto-o-amianto-en-Rusia.pdf
Francisco Báez Baquet. El amianto y el mesotelioma en la India. Rebelión 5/04/2022 https://rebelion.org/wp-content/uploads/2022/04/El-amianto-y-el-mesotelioma-en-la-India.pdf
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