El pueblo palestino no permitirá que la Franja de Gaza se convierta en una zona geográfica no apta para la vida. ¿Cómo explicar, si no, que más de 800 mil palestinos se aferren a permanecer en el norte de la Franja, a pesar de las miles de bombas lanzadas por aviones sionistas?
A diferencia de todas las guerras, o digamos de la mayoría, “Israel” pretende, en su actual agresión contra la Franja de Gaza, la destrucción a gran escala y continua de infraestructuras, instalaciones de servicios y componentes económicos.
Las topadoras, cuya función durante las batallas se supone es remover escombros y abrir caminos para vehículos militares y fuerzas de infantería, se dedican en los territorios palestinos a arrasar las tierras agrícolas, destruir las vías y las propiedades públicas y privadas, demoler centros de salud y hospitales, entre otros; tanto en Gaza como en las incursiones casi diarias llevadas a cabo por las fuerzas de ocupación en las zonas de Cisjordania y sus campamentos, rebelados desde el inicio de la operación Diluvio de Al Aqsa.
Aunque esto parezca «normal», tomando en cuenta el comportamiento israelí —que carece de todos los valores y principios humanos y morales y ya produjo miles de masacres y crímenes y causó más de cien mil víctimas mortales entre los palestinos desde que ocurrió la Nakba hasta el año pasado—, las prácticas de la maquinaria militar israelí en la Franja de Gaza en la agresión en curso desde el 7 de octubre pasado parecen diferentes por muchas consideraciones, la más importante de las cuales es que el número de víctimas mortales durante poco más de dos meses y medio constituyen hasta ahora el veinticinco por ciento del número total de mártires palestinos registrados dentro y fuera de los territorios palestinos ocupados en todas las décadas del período mencionado anteriormente, según las estimaciones de la Oficina Central Palestina de Estadísticas.
Más que tierra arrasada
“Israel” considera su actual operación militar en la Franja de Gaza como una cuestión existencial, tanto a nivel de su población en general, como a nivel personal del gobierno de Benjamín Netanyahu.
Esto se debe a que la operación Diluvio de Al Aqsa constituyó lo que podría considerarse la amenaza más peligrosa a la existencia de la entidad sionista desde la Nakba, hace unos 75 años, en términos del nivel de la operación, su audacia y precisión, las pérdidas humanas sionistas que ha causado y la magnitud del daño en cuanto a la confianza de los colonos en el futuro de su “Estado”, así como las repercusiones directas que esto ha tenido en cuanto al creciente número de personas que huyen de ese ente ocupante.
Por lo tanto, la naturaleza y escala de la destrucción practicada en la Franja de Gaza refleja la histeria sionista, que busca restaurar el prestigio del ejército derrotado, por un lado, y el intento de borrar el impacto producido interna y externamente a causa de la operación Diluvio de Al Aqsa por el otro.
Por lo tanto, el objetivo de la operación es arrancar de raíz la vida en la Franja de Gaza y no simplemente eliminar el movimiento Hamas. De lo contrario, ¿qué significa lo que se menciona a continuación?
* Los ataques directos e intensos contra civiles en la Franja de Gaza mediante el lanzamiento de más de veinticinco toneladas de explosivos sobre comunidades y barrios residenciales provocaron, hasta el día 79 de la agresión, más de veintiséis mil mártires y desaparecidos, una cifra que es mil ciento noventa y dos por ciento veces mayor que el número de mártires caídos en la Franja de Gaza durante la agresión de 2014, siendo aquel el año catalogado, antes de este 7 de octubre, como el más sangriento desde que se produjo la Nakba, porque se reportaron dos mil 181 mártires solo en la Franja de Gaza.
* La destrucción deliberada y amplia de tierras cultivadas, arrancar los árboles y destruir las propiedades agrícolas, lo cual provocó una pérdida acumulativa en ese sector en Gaza estimada en unos 265 millones de dólares desde el inicio de la agresión.
Asimismo, la Oficina Central Palestina de Estadísticas estima una pérdida diaria de dos millones de dólares como consecuencia del cese de la producción agrícola, la cual se eleva a un promedio diario de unos 3,5 millones de dólares, si se le suman las pérdidas resultantes de la nivelación de tierras, el arranque de árboles y la destrucción de propiedades y activos agrícolas.
Cabe destacar que la contribución del sector agrícola al Producto Interno Bruto total a nivel de la Franja constituye el 11 por ciento.
* Sacar del servicio y la producción a más de cincuenta y seis mil instalaciones pertenecientes al sector privado en la Franja de Gaza, y causar pérdidas, estimadas por fuentes oficiales palestinas al final del primer mes de la agresión, en más de 713 millones de dólares a nivel de los establecimientos económicos en la Franja de Gaza y Cisjordania, por lo que, transcurridos 75 días, alcanzaron un mínimo de unos 1,8 millardos de dólares, teniendo en cuenta que las pérdidas medias diarias son de unos 24 millones de dólares, sumado a ello las pérdidas directas resultantes de daños parciales o totales a la propiedad y a los activos, que se estimaban oficialmente para finales de octubre pasado en unos 2,5 millardos de dólares.
Los datos oficiales muestran que las estimaciones de pérdidas de producción para el sector durante el primer mes de la agresión israelí superan los doscientos millones de dólares.
* La destrucción y demolición de más de cuarenta mil viviendas en la Franja de Gaza y ocasionar daños parciales a unas 220 mil viviendas; que representan en última instancia alrededor del 60 por ciento del número total de unidades habitacionales; hecho que provocó el desplazamiento de más de un millón y medio de personas de sus hogares en zonas dentro del sector asediado por continuos bombardeos.
* Causar la pérdida de empleos y puestos de trabajo a más 147 mil trabajadores de la Franja, lo cual aumenta las asfixiantes repercusiones negativas del cerco sionista impuesto al sector desde 2007, agravado desde el 7 de octubre hasta el punto de impedir la entrada de camiones internacionales cargados con ayuda de emergencia, a lo cual se suma el corte del agua y de la energía eléctrica de forma permanente.
O sea, que con la excepción de algunos trabajadores de los sectores de la salud y la ayuda humanitaria, que ahora trabajan sólo por deber nacional, moral y humanitario y sin retribución alguna, las tasas de desempleo han sido casi totales, especialmente porque en la Franja el nivel de empleo se encontraba apenas por encima del 45 por ciento, y la causa de esta elevada tasa de desempleo no es sólo el asedio sionista impuesto a la Franja de Gaza, sino también la valla de seguridad que “Tel Aviv” instaló a su alrededor para proteger sus asentamientos.
¡Otros factores que ayudan!
Para lograr estas prácticas y acciones con el único objetivo de borrar o eliminar cualquier vestigio de vida en la Franja, “Tel Aviv” se basa en un grupo de otros factores, de los cuales se pueden mencionar los más importantes:
* El apoyo estadounidense ilimitado, que hasta el día de hoy todavía permite y justifica todos los crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad cometidas por el ejército sionista, proporcionándole todo lo que necesita de pertrecho militar, municiones y armas letales; aunque la administración estadounidense es consciente de que son utilizados contra barrios residenciales y civiles; según concluyen las investigaciones publicadas en los principales periódicos estadounidenses.
* La postura regional e internacional débil e incapaz de apoyar a los residentes de la Franja de Gaza, aunque oficialmente aparenta simpatizar con los civiles inocentes y llama a través de los medios a detener la guerra, en la práctica mantiene sus relaciones políticas y económicas con la entidad sionista y le proporciona los bienes y mercancías que necesita en esta etapa; como hace Turquía y muchos otros países.
* La certeza de la entidad sionista de que el proceso de reconstrucción de la Franja de Gaza no tendrá éxito por varias razones, la más destacada de las cuales es la falta de compromiso por parte de los países árabes e islámicos con las promesas que puedan hacer para financiar la reconstrucción; así como el intento de esos países de evitar entrar en una confrontación directa con “Israel”, y como prueba de ello destaca la incapacidad de esos países de hacer llegar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza desde el inicio de la agresión.
* La incapacidad de la Autoridad Nacional Palestina de cumplir sus tareas, ya sea como resultado de la situación actual de sus instituciones y cuerpos de seguridad o debido a las medidas israelíes destinadas a asediar a sus funcionarios, limitando sus poderes y responsabilidades e impidiendo la transferencia de las obligaciones financieras, y con ello la revitalización de su economía. Por lo tanto, la autoridad no podrá apoyar al sector una vez finalizada la agresión de manera que le permita superar los daños producidos por la agresión.
¿Logrará “Israel” hacer de la Franja de Gaza un lugar no apto para la vida?
Después de quince años de asedio, el entorno árabe quedo impresionado por lo logrado en las gobernaciones y ciudades de la Franja de Gaza en términos urbanos, económicos y sociales; ya que a pesar del asedio, de su gravedad y de sus diversos aspectos negativos, los habitantes de Gaza la habían transformado en un lugar vibrante, lleno de vida, desarrollado, al menos en comparación con lo que “Israel” y algunos países querían que sucediera allí.
Ziad Ghoson es un periodista sirio experto en asuntos económicos.
Fuente: https://espanol.almayadeen.net/articles/1798906/gaza-no-ser%C3%A1-un-lugar-inhabitable