Aún tendremos que ver mucha más muerte y destrucción en la Franja, pero cada palada que el Estado sionista excava en la tierra palestina se la está echando encima. La fosa que cava es la suya
El genocidio en Gaza es un hecho único en la historia. Es el primer genocidio que se retransmite en directo a la vista de todo el mundo. Nunca antes pudimos ver la aniquilación de un pueblo mientras sucedía. Los genocidas siempre se ocupaban de ocultarlo. Los mismos nazis crearon un área alrededor de los campos de exterminio, a la que llamaban asépticamente “zona de interés”, para esconder las atrocidades que estaban cometiendo. Las masacres siempre se realizan en lugares apartados o eliminando a los testigos.
Israel también empezó negando el bombardeo de civiles y asesinando a periodistas para que no pudieran contarlo. No hacía evidentes sus planes genocidas y reducía al máximo sus declaraciones xenófobas. Pero cuando vio que no solo no le paraban los pies, sino que le ayudaban a hacerlo, dejó de preocuparse. Netanyahu ya no tiene reparos en reconocer que Hamás lo financió Israel para destruir a la Autoridad Palestina y explica orgulloso que van a tomar Gaza y destruirla.
Hace unos días se filtró lo que dijo a puerta cerrada en una comisión del Parlamento: “Los palestinos no tendrán un sitio al que volver. Desearán emigrar fuera de la Franja”. A micro abierto, un comandante reconocía en diciembre pasado que los gazatíes no podrán volver ni en 100 años. Y añadía que se lo estaba pasando “genial” demoliendo casas. En las televisiones y en las redes israelíes son incontables los mensajes a favor de la limpieza étnica. “No es Hamás. Cada bebé, cada niño en Gaza es un enemigo”, clamaba el otro día el exdiputado del partido de Netanyahu y fundador de una formación ultra, Moshe Feiglin, en una cadena judía. ¿Quién es el terrorista? ¿Quién tiene derecho a defenderse de quién?
No son casos aislados. Nadie puede decir una monstruosidad así si no hay un contexto que lo aliente. El 82% de los judíos israelíes y el 69% de los laicos están a favor de la limpieza étnica de la Franja, según un estudio de la universidad de Pensilvania publicado por Haaretz. No es solo el gobierno, es un país nazificado por el sionismo. Estamos viendo una nueva Nakba, la última etapa del proyecto colonizador sionista que se inició oficialmente en 1948, aunque realmente desde principios del siglo XX. Es la “solución final” del Estado de Israel para los palestinos, que es la misma de los nazis para los judíos: eliminar y expulsar a un pueblo entero. Porque mientras miramos a Gaza, lo mismo hacen y harán en Cisjordania, la tierra que creen que les pertenece por mandato divino. Es una teocracia supremacista blanca borrando a la “raza inferior”.
Pero precisamente porque no esconden sus crímenes, sucumbirán por ellos. Como le ocurrió al apartheid sudafricano. Como les ha ocurrido a otros criminales de guerra. Quizá parezca ingenuo decir esto viendo la barbarie en marcha y conociendo las alianzas de Israel, pero estamos empezando a ver cómo sus apoyos se resquebrajan. Diecisiete países europeos, frente a nueve, han pedido revisar los acuerdos comerciales de Israel con la UE, uno de los mayores clientes de la economía israelí, una demanda que hasta ahora solo habían hecho España e Irlanda. Nuestro parlamento ha aprobado una proposición de ley para el embargo de armas con Israel, con el apoyo de todas las fuerzas menos PP, Vox y UPN, aunque hasta Feijóo ha empezado a virar en su defensa sin fisuras del derecho a defenderse israelí al ver el giro europeo. No quería quedarse atrás cuando también la Conferencia Episcopal Española califica a Israel de “Atila” y sus actos de “limpieza étnica”. Almeida y Ayuso quedarán retratados para la historia de la infamia como defensores del genocidio.
Francia y Canadá también amenazan con medidas y Reino Unido ha roto la negociación de acuerdos comerciales. Compañías como Intel han tenido que parar inversiones millonarias por la campaña de bloqueo, el Financial Times publicó un editorial contra el “vergonzante silencio de Occidente”, y en su “gira histórica” por Oriente Medio, Trump ha evitado Israel, donde también se oyen las primeras voces disidentes. El líder de la izquierda, Yair Golan, denunció que se asesine a bebés por diversión y advirtió de que Israel puede convertirse en un país apestado como la Sudáfrica del apartheid, aunque luego la avalancha de críticas le han obligado a rectificar. Pero el monolito sionista tiene grietas. Desde hace meses, las empresas cierran, la emigración se dispara y los expertos hablan de colapso económico y social.
No habían bastado los 53.000 muertos, los 15.000 niños asesinados, la destrucción de más del 60% de la Franja, ni siquiera las fotografías de los cuerpos de bebés carbonizados, pero el sometimiento de los palestinos a la hambruna, las masas desesperadas peleando por la comida, y sobre todo, las imágenes de los cuerpos esqueléticos de niños muriendo de hambre como en los campos de concentración nazi han redoblado la indignación popular y han forzado la primera respuesta seria. Incluso diría que la ignominiosa campaña de lavado de imagen a través de Eurovisión ha tenido el efecto contrario. Netanyahu ha puesto a sus aliados en una posición tan incómoda que les ha obligado a distanciarse. Occidente había aguantado lo inaguantable, pero no ha podido aguantar más.
Estamos todavía muy lejos de un bloqueo efectivo y de la persecución de los genocidas, pero la opinión pública occidental está virando cada vez más hacia Palestina y obligando a virar al lentísimo buque europeo. Nadie podrá decir mañana que no sabía lo que sucedía en el genocidio palestino. Cada vez son menos los que quieren estar del lado equivocado de la historia. Cada vez Israel está más solo. Me temo que aún tendremos que ver mucha más muerte y destrucción en la Franja, pero cada palada que el Estado sionista excava en la tierra palestina se la está echando encima. La fosa que cava es la suya. Gaza está siendo la tumba de los palestinos, pero antes de que acaben con todos ellos, creo firmemente que Gaza será la tumba del sionismo.
Fuente: https://www.eldiario.es/carnecruda/lo-llevamos-crudo/gaza-sera-tumba-sionismo_132_12331861.html