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Greenpeace exige un giro radical en la gestión del agua para afrontar el cambio climático

Fuentes: Greenpeace

El informe sobre cambio climático en Europa publicado el pasado 18 de agosto por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) no puede ser más demoledor en lo referente al futuro de los recursos hídricos en España. Una vez más se pone en evidencia que afrontar las consecuencias del cambio climático y reparar los errores […]

El informe sobre cambio climático en Europa publicado el pasado 18 de agosto por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) no puede ser más demoledor en lo referente al futuro de los recursos hídricos en España.

Una vez más se pone en evidencia que afrontar las consecuencias del cambio climático y reparar los errores que provocan este fenómeno es prioritario, urgente y necesario. Por ello, Greenpeace demanda al Gobierno central y a las Administraciones autonómicas y locales un cambio radical en sus políticas de utilización y gestión del agua en nuestro país.

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, España será uno de los países europeos más afectados por el cambio climático durante el presente siglo. El incremento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones y de los caudales de agua de nuestros ríos serán algunas de las consecuencias más inmediatas. Los efectos son ya evidentes. Ríos como el Júcar, el Segura, el Ebro o el Duero han sufrido, durante el siglo XX, descensos en sus excedentes anuales de descarga de hasta un 23% de su caudal. También las precipitaciones han disminuido en el sur de Europa un 20%. El informe concluye que la lluvias seguirán bajando un 1% por década. Esto afectaría directamente al caudal de los ríos de la vertiente mediterránea, con pérdidas de caudal que podrían alcanzar el 50%.

Las consecuencias ambientales, sociales y económicas del cambio climático serán dramáticas si no tomamos medidas urgentes. Los periodos de sequía y la falta de agua se convertirán en crónicos en buena parte de la península Ibérica. Por ello, se hace imprescindible aplicar políticas de ahorro y de optimización de los recursos hídricos. No tiene sentido seguir planteando el desarrollo de un país o una comunidad pensando en una oferta ilimitada de un recurso cada vez más escaso y valioso como el agua y manteniendo los ríos como las cloacas donde terminan buena parte de nuestros residuos.

«No podemos continuar contaminando impunemente nuestros ríos y lagos con vertidos de aguas poco o mal depuradas ya sean de origen urbano, industrial o agrícola. La contaminación del agua supone la pérdida irreparable de un recurso muy valioso y, por tanto, la disminución de agua disponible. Es urgente la aplicación de medidas encaminadas a mejorar la calidad, reutilizar y ahorrar», ha afirmado Julio Barea, responsable de la Campaña de Aguas.

Greenpeace exige que las Administraciones responsables de la gestión del agua en nuestro país sean conscientes del problema que el cambio climático va a suponer en la disponibilidad de agua en España, tomando las medidas necesarias encaminadas a minimizar sus efectos. Cuando según el propio Ministerio de Medio Ambiente, el 33% de nuestros cauces presentan una calidad inaceptable de sus aguas (no existen datos sobre el estado de nuestros acuíferos), no es razonable seguir discutiendo sobre trasvases, canalizaciones y embalses en cuencas que, por cantidad y calidad de sus aguas, no podrían, ni ahora y menos en un futuro, soportar cesiones de caudales. El agua es un bien escaso y limitado. La solución a la escasez está en las políticas de gestión racional y de fomento del ahorro