Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Hice saltar el corcho de la botella de champaña para celebrar el éxito del pueblo egipcio al expulsar de su puesto al títere de EE.UU., Mubarak. Sin embargo, como escribí el 1 de febrero, la partida de Mubarak no garantiza que su sucesor no termine por llevar el mismo arnés estadounidense. Como dice Gerald Celente: «Les presento al nuevo jefe, el mismo que el anterior».
Queda por ver en qué medida ha ocurrido una revolución. Marx y Lenin se sentirían desalentados ante el júbilo idealista por una revolución espontánea que llevó a Mubarak a renunciar después de un par de semanas de protestas. Marx y Lenin dirían que nada ha cambiado. La base material del antiguo orden sigue en su sitio: las elites, la policía, el ejército, la burocracia, la embajada de EE.UU. Además no ha aparecido ninguna vanguardia para conducir la revolución a su plenitud. Marx y Lenin hablarían con desdén de la idea prevaleciente de que los intereses materiales del antiguo orden gobernante, que sigue en su sitio, han sido ajustados a los intereses materiales del pueblo egipcio.
Marx y Lenin creían que ninguna revolución puede tener éxito si no destruye a todos los representantes del antiguo orden. La fuerza efectiva en la historia, dijeron Marx y Lenin, es la violencia. Los bolcheviques asesinaron a todos los miembros de la familia del zar para eliminar toda esperanza de que se pudiera reinstalar el orden antiguo.
¿Cuántas revoluciones han tenido éxito sin violencia? Incluso la Revolución Estadounidense fue violenta, y no sólo contra el Rey Jorge. Los colonos, quienes se consideraban británicos y se mantuvieron leales a Inglaterra, fueron desposeídos y tuvieron que huir a Canadá. Aunque no eran marxistas, los revolucionarios estadounidenses eran implacables.
Tal vez lo que hemos presenciado en Egipto sea sólo la etapa inicial. Si los egipcios descubren que no ha cambiado gran cosa, estallarán de nuevo de una manera más decisiva, esta vez bajo dirigentes focalizados en sus objetivos. Si esta revolución es depuesta, el próximo paso podría ser la guerra civil, llevando a la predicción de Celente de guerras regionales que se desarrollen hacia la primera «gran guerra» del Siglo XXI.
Las elites son vastamente excedidas en número y en todos los países han monopolizado recursos y oportunidades y poseen más bienes e ingresos de los que saben manejar. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=122572 Es improbable que los pocos armados de tanta riqueza se impongan contra los muchos armados de mucha cólera.
No obstante, no hay que basar demasiado en Marx y Lenin. Los intereses materiales son importantes, pero no son todo. Hay bien y mal en el corazón humano. La gente puede cambiar de opinión. El imperio soviético no fue derribado por una revolución. Colapsó porque la clase gobernante, los propios comunistas, cambiaron de opinión, reconocieron lo erróneo de su sistema, y lo abandonaron.
Tal vez esto suceda en Egipto y en otros sitios.
© Copyright Paul Craig Roberts, Global Research, 2011
Fuente: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=23227