Recomiendo:
4

Atrapados en Rafah

«Hay muchas maneras de morir en Gaza, un genocidio no se comete solo con las bombas»

Fuentes: El Salto

Mohammed Imad es uno de los 1,5 millones de desplazados que hoy vive en Rafah, al sur de la Franja de Gaza. Es farmacéutico y explica a El Salto que parte de la población se enfrenta a una muerte lenta por el desabastecimiento de medicamentos.

“Yo pienso que todavía es 6 de octubre, estoy dormido y estoy viviendo una pesadilla que se va a terminar. Te lo juro, no puedo creer nada de lo que está pasando». Mohammed Imad está a oscuras. Este farmacéutico palestino atiende a El Salto el martes 13 de febrero sorteando los problemas de conexión, desde un pequeño apartamento donde conviven 13 personas. Vivía en el norte de Gaza, su casa ha sido destruida y ahora mismo se encuentra desplazado en el sur, en Rafah, donde se hacinan 1,5 millones de personas donde antes habitaban 300.000.

Imad describe un paisaje cubierto por tiendas de campaña y largas colas de palestinos y palestinas para conseguir cualquier suministro. Huyeron allí empujados por el ejército israelí en lo que se consideraba un lugar seguro, pero el gobierno de Netanyahu ha comenzado una ofensiva sobre este enclave que puede tener consecuencias catastróficas, tal y como alertan desde Naciones Unidas. “Llevamos dos noches de bombardeos. Ahora mismo no me creo que estemos con vida. Ojalá que se termine todo esto”, expresa.

«No nos estamos muriendo solo por los bombardeos —añade tajante— Hay muchas razones para morir aquí en la Franja de Gaza. Un genocidio no se comete solo con bombas”. Además de a las bombas, palestinos y palestinas se enfrentan al desabastecimiento de medicamentos, otra forma de morir lentamente para los enfermos y enfermas crónicas. “Yo soy farmacéutico. Tengo muchos conocidos, muchos familiares y vecinos, que cuando necesitan una medicina, me llaman. Esta gente tiene enfermedades crónicas. Yo les digo que no puedo conseguirlas porque no hay. Y días después veo en las noticias que esta persona que me ha llamado para pedir el medicamento ya se murió por no tomar su medicina”, expresa en un perfecto castellano, aprendido en Venezuela gracias a una beca para estudiar medicina.

Durante esta masacre, Israel ha situado a los hospitales como objetivos a atacar. La ofensiva contra centros sanitarios en el norte ya se replica en toda la franja. Según los datos de la OMS del 24 de enero, solo siete de los 12 hospitales del sur siguen en funcionamiento, y de forma parcial. Médicos Sin Fronteras denuncia que los dos hospitales más grandes, el Hospital Nasser y el Hospital Europeo de Gaza, son actualmente inaccesibles entre ataques y órdenes de evacuación, por tanto la población se ha quedado sin opciones para recibir tratamiento en caso de grandes flujos de heridos de guerra. Este miércoles 14 de febrero, y según reportaba el ministerio de Salud palestino en la Franja de Gaza, tres ciudadanos han muerto y otros diez han resultado heridos dentro del Complejo Médico de Nasser por los disparos de un francotirador israelí.

“La vida de la gente corre peligro por la falta de atención médica. Con el Hospital Nasser y el Hospital Europeo de Gaza casi inaccesibles, ya no existe un sistema sanitario en Gaza”, afirma Guillemette Thomas, coordinadora médica de MSF en los Territorios Palestinos Ocupados. “Estos ataques sistemáticos contra la atención sanitaria son inaceptables y deben terminar ya para que los heridos puedan recibir la atención que requieren. Todo el sistema de salud ha quedado inoperativo”, expresa Thomas. 

En los hospitales no quedan ni gasas, y han de ser reutilizadas entre pacientes, tal y como denuncian cooperantes de Médicos Sin Fronteras. Rami, enfermero de esta organización atrapado en el Hospital de Nasser explica que durante una urgencia con 50 heridos y cinco muertos “pregunté al poco personal que quedaba si podían suministrar gasas abdominales. Me dijeron que no tenían más, que las que tenían ya se estaban utilizando con varios pacientes”. “La usan una vez, luego exprimen la sangre, la lavan, la esterilizan y la reutilizan con otro herido”, añade Rami. “Esta es la situación en el quirófano de Nasser, ¿os lo imagináis?”. 

Salir de Rafah

“Ahora mismo ya no hay trabajo. Había muchas farmacias que han sido destruidas. No hay nada para hacer, solo escapar de la muerte”, explica Imad con un hilo de voz. Su cabeza solo puede fabricar ideas para encontrar un lugar a salvo ahora que Israel ha comenzado su ofensiva en Rafah y las bombas no dejan de caer. Pero siempre llega a la misma conclusión. “Ya no hay zona segura en Gaza”, denuncia.

Este lunes 12 de febrero comenzaban los ataques aéreos masivos en Rafah dejando 100 muertos. La UNRWA denuncia que la gente vuelve a desplazarse tras llegar al supuesto único lugar seguro y están huyendo hasta zonas de la mitad de la franja. “El éxodo continúa a medida que la gente se desplaza desde Rafah hacia las partes medias de la Franja de Gaza, en busca de seguridad donde no la hay. ¿Cuántas veces estas familias han sido desplazadas“, denuncia esta organización en X. El ejército israelí habla de una posible “evacuación” de la zona, mientras la evidencia lo hace inverosímil. El comisionado de la UNRWA Philippe Lazzarini negaba este martes que fuera posible trasladar a los cientos de miles de palestinos que se apiñan en Rafah hacia otras zonas hasta la inminente ofensiva a gran escala que prepara el gobierno de Netanyahu.

El lunes, y tras una breve incursión terrestre del ejército israelí en este enclave, en una entrevista con la cadena estadounidense ABC News, Netanyahu señaló a Rafah como el “último bastión” de los miembros de Hamás y amenazó con una “inminente” invasión terrestre. “Hoy vuelvo a hacer sonar la alarma: las operaciones militares en Rafah podrían llevar a una masacre en Gaza. También podrían dejar una operación humanitaria ya frágil en un punto muerto”, respondía tras la amenaza el responsable de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffiths. De “consecuencias devastadoras” ha hablado el secretario general de la ONU, António Guterres si este “ataque total” sobre Rafah se lleva a cabo. Sudáfrica, por su parte, ha emitido una petición ante la Corte Internacional de Justicia para que tome medidas adicionales ante la ofensiva prevista en Rafah.

Desde el 7 de octubre, día que comenzara la matanza en el norte de la franja y el desplazamiento forzado de ciudadanos y ciudadanas hacia el sur, ya van 28.500 muertos, 384 en Cisjordania y en Jerusalén Este por la acción de las autoridades israelís. Imad ajusta las palabras para describir lo que está pasando: “Esto no es una guerra, es un genocidio contra los civiles. Los que se mueren todos los días son civiles. Las casas que se destruyen todos los días son casas de civiles”, expresa mientras el ejército israelí justifica sus ataques en un supuesto cerco a Hamás.

Sin ayuda humanitaria

En este contexto, más de una decena de países, encabezados por Estados Unidos, han decidido dejar de financiar a la agencia de la ONU que trabaja con los refugiados y refugiadas de Palestina, la UNRWA, después de una supuesta investigación de Israel que vinculaba a algunos de sus trabajadores con Hamás. Imad explica que esta decisión está provocando un desabastecimiento de suministros que ya se hace visible.

“La ayuda humanitaria por norma llega al sur de Gaza. Cuando la gente comenzó a llegar a Rafah, llegó la comida y la ayuda humanitaria. Pero hace dos días ya no llega nada. Para obtener comida, para obtener cualquier cosa hay que sufrir mucho. Hay que pagar mucho. Todo está muy caro. Aquí no llega más ayuda humanitaria que la que trae la UNRWA. No sabemos qué vamos a hacer en los siguientes días”, se lamenta.

El pasado 30 de enero un comunicado firmado por 15 responsables de organizaciones internacionales como la ONU o la OMS avisaba: “Las decisiones de varios Estados Miembros de suspender los fondos que aportan a la UNRWA tendrán consecuencias catastróficas para la población gazatí. Ninguna otra entidad tiene capacidad para brindar asistencia de la magnitud y la variedad que necesitan urgentemente 2,2 millones de personas en Gaza”.

“Yo quiero preguntar a todo el mundo que ¿hasta cuando? Ya son 130 días de genocidio. Todo el mundo nos está viendo y está diciendo que somos leyendas. “Ustedes son fuertes, siguen con fuerzas y con resiliencia, así tienen que seguir soportando”. ¿Por qué tenemos que vivir todo esto? ¿Qué hemos hecho nosotros? Hay que actuar. Yo no puedo ver a uno que está ahogándose en el mar y solo animarle a respirar”, expresa Imad. “Nosotros no somos leyendas. Ninguna leyenda de este mundo busca alimentos cada día. Ninguna leyenda de este mundo busca agua cada día. Nosotros no somos leyenda, nosotros somos humanos y queremos vivir en paz. Me imagino que es nuestro derecho. El tamaño de la destrucción aquí en la Franja de Gaza es enorme. Te lo juro, ninguna mente puede imaginarlo. Cuando veo la destrucción en las calles solo puedo pensar que lo que estoy viendo no es real. Quiero despertar de este mal sueño”, clama Imad mientras se prepara para pasar otra noche en vilo.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/palestina/atrapados-rafah-hay-muchas-maneras-morir-gaza-no-hay-un-solo-espacio-seguro