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Siria

Historias de esperanza en Ghuta oriental

Fuentes: Middle East Eye

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

Reparto de ayuda humanitaria por parte del CICR en operación conjunta con la ONU en la ciudad de Duma, situada en la región de Ghuta oriental, el 12 de noviembre de 2017 (AFP)

Hace exactamente un año, los habitantes de Alepo en las zonas bajo control rebelde se sentían ya extenuados por los largos meses de asedio y los duros bombardeos de las fuerzas del gobierno sirio apoyadas por Rusia. El bombardeo y destrucción del hospital infantil, a cargo de la Asociación de Médicos Independientes (IDA, por sus siglas en inglés), fue uno de los muchos crímenes de guerra perpetrados en aquel momento.

En un intento de transformar la indignación en una acción positiva, de regreso en el Reino Unido, nosotros, doctores, humanitarios y activistas de Siria y otros lugares, lanzamos el Convoy de los Pueblos (The People’s Convoy), una campaña de financiación colectiva para reconstruir el hospital infantil de la IDA por séptima vez.

Tras dos semanas, con 38 organizaciones y casi 5.000 personas de todo el mundo, se lograron reunir casi 300.000€, suficientes para poder rehacerlo.

El 17 de diciembre de 2016, el equipamiento del hospital era transportado en un convoy que salió de Londres y llegó hasta la frontera turco-siria junto con cientos de mensajes de solidaridad, que se entregaron a nuestros colegas de la IDA.

Apenas tres meses después, en una zona rural de las afueras de Alepo, el Hospital de la Esperanza abrió sus puertas y desde entonces ha tratado a 18.144 niños. «Qué trágico es que lo sucedido con la gente de Alepo lo sigan hoy experimentando las personas que viven en Ghuta oriental», dijo el Dr. Hatem (que sólo utiliza su primer nombre), director de la IDA en Alepo.

Intentando superar el espanto

En Ghuta (a 15 kms. al este de Damasco), desde hace exactamente un año, 400.000 personas están sufriendo un angustioso destino similar a la gente de Alepo.

La zona lleva bajo asedio desde 2013 y la situación humanitaria allí se ha deteriorado terriblemente a partir de la intensificación de la violencia a mediados del pasado noviembre. Desde esas fechas, Ghuta ha sufrido más de 200 ataques aéreos.

El sistema sanitario está totalmente colapsado, los trabajadores sanitarios describen la situación como una de las peores respecto a la salud y la nutrición desde que empezó el conflicto.

Los últimos informes de la ONU afirman que hay 500 personas que necesitan de evacuación inmediata para recibir cuidados médicos urgentes. Sin embargo, a diferencia de Alepo, los medios de comunicación apenas hablan de ellos y la comunidad internacional no está haciendo prácticamente nada.

Cuando le pregunto a mis amigos periodistas por esto, culpan rápidamente a la gente en Occidente. Según parece, nosotros, los occidentales, no queremos ni oír hablar de la situación, nos hemos cansado ya de compadecerles.

Yo no estoy de acuerdo con esa idea. La gente está harta de las historias e imágenes de explosiones y destrucción carentes de humanidad, sin embargo, hay innumerables historias de esperanza, amor y sacrificio en medio de tanto escombro.

Este año hemos trabajado con tres ONG sirias pequeñas pero increíblemente eficaces que han conseguido financiación para proyectos básicos sanitarios, financiados por ciudadanos comprometidos del mundo, en nuestra plataforma de micromecenazgo.


 

 

Niños en Ghuta oriental pasando ante los escombros producidos por un ataque del gobierno sirio con bombas de barril (AFP)

Gracias a esos ciudadanos, la ONG Insan, por ejemplo, ha podido proporcionar apoyo psicosocial a las personas expuestas a bombardeos, hambre y escasa atención sanitaria.

Ghiras al-Nahda está formando a una comunidad para el cultivo de champiñones, una fuente de alimento fresco cuando no puede conseguirse otro producto; y Hurras está creando una revista educativa para ayudar a los niños sirios a que desarrollen su resiliencia emocional mientras les enseñan valores de tolerancia y solidaridad.

Tomando medidas

Estas vitales campañas están cambiando vidas y son más necesarias que nunca. Como la situación en Ghuta continúa deteriorándose, estamos apoyando a nuestros compañeros de Insan a implementar una campaña de emergencia.

Insan está buscando financiación urgente para proporcionar cuidados intensivos psicosociales a su equipo de psicólogos de campo, formado por 14 mujeres, vía WhatsApp. Estamos en contacto casi constante, escuchando y reforzando su reciente formación.


 

Comité Internacional de la Cruz Roja: La situación humanitaria en Ghuta oriental ha alcanzado un punto crítico

Las psicólogas están brindando también asesoramiento y guía a las mujeres para que apoyen a sus redes personales, amigos y familia que se han refugiado con ellas durante los bombardeos.

Debido que la situación es cada vez más peligrosa y que la conectividad es limitada, el equipo está también desarrollado un prototipo de app móvil de autoayuda con las técnicas básicas para que lleguen a más mujeres que necesiten apoyo emocional y psicosocial.

Como Ghuta sigue asediada y no podemos conseguir que llegue la ayuda, tenemos que hacer cuanto podamos.

Romper el silencio

Queremos romper el silencio y romper el asedio. Creemos de forma inquebrantable en la bondad innata de la humanidad. Nuestras vidas están entrelazadas de muchas maneras diferentes y a muchos niveles.

Podemos vivir nuestra vida egocéntricamente, preocupándonos sólo de los que nos rodean en nuestra pequeña esfera de contactos o podemos decir ampliar ese círculo para incluir a tantos seres como sea posible. Personalmente, suscribo la filosofía tibetana de dedicar nuestras vidas al beneficio de todos los seres. Este enfoque no implica desdeñar nuestra vida personal y felicidad, todo lo contrario.

Se trata de comprender que nuestra felicidad va unida a la de quienes nos rodean: familia, amigos, comunidad, trabajo y el mundo entero. La mejor manera de sentirnos bien y felices es dedicar nuestro crecimiento personal y acciones a que puedan beneficiar a tanta gente como sea posible y no limitarnos a un enfoque egoísta como motivación central.

Puede que no seamos capaces de calmar las múltiples tormentas que azotan a nuestro mundo y a los seres humanos, pero sí podemos mantenernos unidos a quienes se hallan en el ojo de la tormenta. Los médicos locales y los trabajadores de la ayuda humanitaria en Ghuta oriental, que forman parte de las personas que están sufriendo la crisis, se atreven a hacer lo que otros no pueden o no quieren.

Sus historias de resiliencia, valor y determinación para salvar vidas arriesgando la suya propia, como se demuestra brevemente en este artículo, me ayudan a mantener una fe inquebrantable en la humanidad. Es más, demuestra que no todo es inútil, insuperable y desesperanzador.

Hay esperanza, oportunidad y posibilidades incluso en el ojo de la tormenta. Confío en que podamos demostrar que los medios se equivocan. No sólo hay personas que se preocupan, sino que vamos a canalizar esa preocupación y crear una diferencia positiva para tantas personas como podamos.


Rola Hallam es asesora anestesista. Como directora médica de Hand-in-Hand-for-Syria, ha jugado un papel integral en la construcción de hospitales y centros de salud por toda Siria. Es profesora de la London School of Economics y del King’s College. Sus esfuerzos en curso para facilitar un acceso a la atención sanitaria para todos la ha llevado a lanzar CanDo, una empresa social sin ánimo de lucro que permite que los trabajadores humanitarios locales puedan proveer de esos cuidados a sus comunidades devastadas por la guerra.

Fuente: http://www.middleeasteye.net/columns/tales-hope-syrias-eastern-ghouta-992711693

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la misma.