Recomiendo:
0

Huracán Félix Impacta En la Mosquitia, Zona de Elevada Vulnerabilidad Social de Centroamerica

Fuentes:

  El «extremadamente peligroso» huracán Félix como lo ha anunciado el Centro Nacional de Huracanes toco tierra cerca de las 6 de la mañana al norte de Bilwi en la Región Autónoma Atlántico Norte de Nicaragua con vientos de hasta 270 kilómetros por hora y rachas aun mas fuertes. La zona de la mosquitia es […]

 

El «extremadamente peligroso» huracán Félix como lo ha anunciado el Centro Nacional de Huracanes toco tierra cerca de las 6 de la mañana al norte de Bilwi en la Región Autónoma Atlántico Norte de Nicaragua con vientos de hasta 270 kilómetros por hora y rachas aun mas fuertes. La zona de la mosquitia es una zona muy aislada de Nicaragua y Honduras, habitada principalmente por el pueblo indígena Miskito con elevados índices de pobreza y pobreza extrema, altos niveles de desempleo, narcotráfico y violación masiva de derechos humanos de los indígenas, por las compañías pesqueras.

 

En efecto, de nuevo la naturaleza mostrará, que el impacto de sus fenómenos golpea más a los pobres, a los más vulnerables, por sus condiciones de pobreza. Tal como ocurrió con Mitch en 2008, más que el desastre por el fenómeno natural, fue el desastre provocado por la pobreza. El mundo fue testigo entonces de la enorme desigualdad e injusticia de la sociedad centroamericana, en especial de la hondureña.

 

Casi nueve años después de Mitch, Félix llega con peores condiciones sociales. Ahora el 20% de la población mas rica se distribuye el 60% de la riqueza, habiéndose incrementado en ese mismo periodo en un 10%. Así que ahora hay más pobres y menos ricos que acumularon más riqueza. Félix de nuevo mostrara a los ojos del mundo el impacto que la desigualdad, la pobreza extrema y la injusticia tienen en nuestro pueblo. Los desastres no son naturales, su impacto se agrava por la pobreza, por las condiciones deplorables en que viven los pobres, a los que se les excluye de lo más mínimo para tener una vida digna.

 

Un caso dramático que debería explotar ante los ojos de la comunidad global en la Mosquitia es el caso de los buzos misquitos. Solo en Honduras se calcula que hay entre 4 y 6 mil buzos misquitos lisiados. En Nicaragua hay otro tanto. A esto hay que sumar los que han muerto por el mal de descompresión. Este ocurre por las pésimas condiciones laborales, sin ningún control del estado, en que los buzos misquitos se dedican durante 6 meses al año a la pesca de langosta. Cada vez mas, los «sacabuzos» contratan a buzos de las comunidades mas interiores de la mosquitia, porque según ellos, son «mas dóciles» y no reclaman sus derechos. La escasez de servicios médicos y la negligencia de los capitanes de los botes pesqueros agravan el impacto del accidente de descompresión. Cuando ocurre, el bote se tarda varios días en llegar al puerto para evacuar hacia el hospital mas cercano al accidentado. Esto se hace así por la consideración meramente económica de esa operación. El buzo o muere o queda lisiado de por vida.

 

La cadena de violaciones a los derechos humanos del pueblo misquito ocurre en el marco de una zona muy aislada, con un desempleo mayor al 90% y con una creciente presencia del crimen organizado, especialmente el narcotráfico, que explota las necesidades de estos pueblos que sobreviven en condiciones sumamente precarias.

 

 

La Mosquitia es paradójicamente la zona de Centroamérica con mayor concentración de recursos naturales, donde compañías mineras, depredadores del bosque, agua y especies naturales se enriquecen a costas de sus verdaderos dueños. El proceso autonómico en Nicaragua esta lejos de entregar a sus pobladores originarios el control y goce de sus recursos. En Honduras ni siquiera se habla de algo parecido. Pese a los convenios internacionales firmados por los estados donde se han comprometido a respetar los derechos de los pueblos originarios, no se ha hecho nada al respecto.

 

Félix mostrará una zona plagada de desigualdad, pobreza y enfermedades. Los ricos, como siempre, estarán resguardados en sus castillos, lejos de las zonas vulnerables. Los pobres, de nuevo, pondrán la otra mejilla. Otra vez los pobres pondrán los muertos, los desaparecidos y el sufrimiento. El modelo de desarrollo que acumula en un extremo y despoja en el otro es insostenible. Los pobres del mundo son victimas y testigos.