La presidenta Mireya Moscoso indultó hoy a cuatro peligrosos terroristas involucrados en un frustrado atentado con explosivos que pudo haber masacrado a miles de personas hace cuatro años en el Paraninfo de la Universidad de Panamá. La decisión de Moscoso, que responde a presiones del gobierno estadounidense y de grupos mafiosos radicados en Miami, fue […]
La presidenta Mireya Moscoso indultó hoy a cuatro peligrosos terroristas involucrados en un frustrado atentado con explosivos que pudo haber masacrado a miles de personas hace cuatro años en el Paraninfo de la Universidad de Panamá.
La decisión de Moscoso, que responde a presiones del gobierno estadounidense y de grupos mafiosos radicados en Miami, fue informada por el vocero presidencial, Mario Rognoni.
Cuando esto se conoció en Panamá, ya los cuatro terroristas indultados habían salido de esta capital y volaban con destino a Miami, aseguró la cadena de radio RPC, pero portavoces oficiales no estuvieron inmediatamente disponibles para confirmar esa salida.
Los indultados abandonaron la cárcel El Renacer, a orillas del Canal de Panamá, durante la madrugada protegidos por una estricta operación de seguridad y de inmediato fueron llevados al aeropuerto capitalino de Tocumen donde embarcaron en un jet, indicó RPC.
Los terroristas indultados son Luis Posada Carriles, Guillermo Novo, Pedro Remón y Gaspar Jiménez, quienes estaban presos en Panamá desde noviembre del año 2000 por preparar un atentado contra el presidente cubano Fidel Castro mientras asistía a la X Cumbre Iberoamericana.
Por ese hecho fueron condenados el 20 de abril último por la justicia panameña a penas de prisión que oscilaban entre siete y ocho años, pese a sus antecedentes criminales.
Los cuatro indultados son además responsables de múltiples acciones terroristas incluyendo la voladura en pleno vuelo de un avión de pasajeros de la línea comercial Cubana de Aviación en 1976 frente a las costas de Barbados, en la que murieron sus 73 personas abordo.
Entre otros crímenes cometidos por esos elementos estuvieron también el asesinato de un diplomático cubano en Nueva York, de un técnico pesquero en México y del ex canciller chileno Orlando Letelier, en Washington.
Posada Carriles organizó además atentados con bombas en hoteles habaneros en 1997 y en una de esas acciones pereció un turista italiano.
Cuando fueron capturados en Panamá, los cuatro terroristas planeaban asesinar al Presidente cubano mediante una carga explosiva de alto poder y que de haber estallado hubiera aniquilado a miles de personas asistentes a un acto de solidaridad con la isla caribeña celebrado en un teatro de la Universidad.
La decisión de Moscoso de indultar a los miembros de ese comando terrorista estuvo precedida por denuncias de Cuba, un llamado al deber ineludible del Estado panameño de sancionar ejemplarmente a esos criminales y la advertencia de que liberarlos podría afectar las relaciones entre los dos países.
Moscoso respondió retirando a su representante diplomático en La Habana, Abraham Bárcenas, y pidió la salida de Panamá al Embajador Cubano, Carlos Zamora, quien regresó anoche a la Isla.
Al llegar a La Habana, Zamora puntualizó que durante su misión diplomática respetó estrictamente las normas y principios que rigen las relaciones entre los estados.
El embajador aseguró que las autoridades panameñas carecen de cualquier tipo de pruebas de la más mínima injerencia de Cuba en los asuntos internos de este país istmeño.
Asimismo aclaró que cualquier acusación en ese sentido es una burda manipulación de la realidad y un intento por ocultar las verdaderas motivaciones de una actuación carente de ética y principios.
Zamora también diferenció entre esa acción unilateral del gobierno de Moscoso y el respaldo solidario del pueblo panameño a la Revolución Cubana y a los esfuerzos en favor del incremento de las relaciones bilaterales.