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Ingieneria planetaria

Fuentes: Galicia Hoxe

Me he presentado a un concurso, organizado por el ETC Group ( www.etcgroup.org ), de ideas para combatir el cambio climático. Tal como explico en mi propuesta, la idea se la he tomado prestada a Mario Giampietro, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona. (¡Mario, si ganamos, el premio es para ti!) Mario trabaja en […]

Me he presentado a un concurso, organizado por el ETC Group ( www.etcgroup.org ), de ideas para combatir el cambio climático. Tal como explico en mi propuesta, la idea se la he tomado prestada a Mario Giampietro, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona. (¡Mario, si ganamos, el premio es para ti!)

Mario trabaja en temas de energías renovables y ha prestado atención a las nuevas tendencias de aprovechamiento industrializado de la biomasa. Si se piensa que se podrá mover el mundo con los nuevos biodiesel, producidos a partir de los granos de soja o del fruto de la palma aceitera o con el bioetanol del maíz o de la caña de azúcar, y así dejar de consumir petróleo y evitar el calentamiento del Planeta, ¿por qué no podremos pensar en una producción masiva de combustible -dice Mario- a base de grasas animales? El problema principal radicaría en el coste de esta materia prima, pero, ¡Eureka! hay una fuente de grasa que no comportaría mucho gasto. Se trataría de practicar liposucciones a las personas obesas, que ellas pagarían para conseguir un cuerpo perfecto, y ala, venga… a la caldera con la grasa, y de la caldera al coche.

Sí, esta es la idea que he presentado, porque lo que nos proponen los amigos de ETC es precisamente eso, mostrar las iniciativas más peregrinas para luchar contra el cambio climático. La convocatoria «Tapando el sol con un dedo» busca confrontar estas extravagancias con las propuestas de lo que se conoce como geo-ingeniería o ingeniería planetaria, como envolver los desiertos en plástico, colocar pantallas por encima de las nubes para desviar la luz del sol o algunas otras que ya se están experimentando, fertilizar el océano para que crezcan más algas o regenerar tierras degradadas con carbón vegetal. «Esos experimentos de las corporaciones y respaldados por los gobiernos distraen la atención de la sociedad de los cambios vitales, políticos y en los estilos de vida, que se necesitan para reducir las emisiones», explica Silvia Ribeiro, «y en vez de ello promueven remedios técnicos sumamente dudosos, peligrosos, muy costosos y que para ellos significan grandes oportunidades de lucro.»

Mario se reía con la broma de las liposucciones porque nos guardaba un último detalle. Esa idea la ha usado ya un forofo de los agrocombustibles para mover unos metros su catamarán con su propia grasa. Ficción superada.

Gustavo Duch Guillot. Veterinarios Sin Fronteras