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Introducción a un debate en torno al «centrismo»

Fuentes: Cuba Posible

Como señala el economista Pedro Monreal en su texto «El ‘centrismo’ en Cuba: la invención y la ausencia», el término «centrismo» comienza a utilizarse en Cuba como etiqueta política a raíz de la visita del presidente Barack Obama a La Habana, en marzo de 2016; se trató de textos publicados fundamentalmente en el blog La […]

Como señala el economista Pedro Monreal en su texto «El ‘centrismo’ en Cuba: la invención y la ausencia», el término «centrismo» comienza a utilizarse en Cuba como etiqueta política a raíz de la visita del presidente Barack Obama a La Habana, en marzo de 2016; se trató de textos publicados fundamentalmente en el blog La pupila insomne, de Iroel Sánchez. Sin embargo, un año después, entre mayo y junio de 2017, volvieron a aparecer un conjunto de textos agrupados fundamentalmente en los blogs La pupila insomne, PostCuba y el sitio web Cubadebate, que asumían nuevamente como núcleo el término «centrismo».

Lo caracterizaban como una corriente política existente en el país emparentada ideológicamente con la «tercera vía» de Tony Blair, y que desde «falsas posiciones de izquierda» tenía finalidades semejantes a las del autonomismo y anexionismo cubanos del siglo XIX. El «centrismo», según lo publicado desde estos espacios, es una corriente política estructuralmente «contrarrevolucionaria» que, mediante fines y métodos «subversivos», busca «sutilmente» desplazar del poder al gobierno cubano.

Hasta entonces lo que había sido un discurso en una sola dirección, encontró respuesta en un grupo numeroso de personas que haciendo uso de publicaciones digitales, blogs y redes sociales cuestionaron la validez del «centrismo» como concepto aplicable a la realidad cubana y, sobre todo, alertaron acerca de las posibles consecuencias de su uso para la vida política del país y los procesos de participación ciudadana.

Podría decirse que los dos detonantes principales del debate en torno al «centrismo» fueron la publicación, en el portal digital Cubasí, de una antología de textos aparecidos en blogs y sitios webs titulada Centrismo en Cuba: otra vuelta de tuerca hacia el capitalismo (2017) y la entrevista al intelectual cubano Enrique Ubieta, publicada por Cubadebate el 6 de julio de 2017 con el título «¿Es posible unir lo mejor del capitalismo y el socialismo? Responde Enrique Ubieta».

El Cuaderno que aquí ofrecemos contiene una compilación de buena parte de los post, artículos y algunos comentarios que circularon entre los meses de mayo y agosto de 2017[1] y que tenían como tema principal la cuestión del «centrismo» -ya sea aquellos que defendían y validaban la existencia de una tendencia política «centrista» en Cuba (perjudicial para el futuro del país), como aquellos otros que se oponían al uso de tal etiqueta. En este sentido, hemos intentado que el lector interesado en el tema pueda encontrar aquí los argumentos y criterios defendidos por ambas partes.

Para ello hemos compilado los artículos publicados en los principales sitios donde se desarrolló la polémica o se expresaron los puntos de vista de algunas de las partes involucradas. Estos fueron los sitios web Cubadebate y Cuba Posible; los blogs La pupila insomne, PostCuba, Segunda cita, Libros del crepúsculo y El estado como tal; el perfil de Facebook del destacado diplomático y profesor cubano Carlos Alzugaray; así como un grupo menor de textos publicados en otros espacios pero que aportaban ideas importantes al debate. Cuando se trata de recopilar debates amplios, acontecidos en entornos digitales, siempre se corre el riesgo de realizar publicaciones incompletas. No obstante, hemos tratado de abarcar la mayor cantidad de textos posibles relacionados con la cuestión del «centrismo» producidos durante el período señalado. Cualquier omisión o ausencia, es producto solamente de la imposibilidad de acceder a todo lo que circula por Internet respecto a un tema y, en ningún caso, responde a cuestiones de censura previa.

Debido a los límites que impone el espacio, la capacidad de atención, y en aras vitar la repetición de ideas, seleccionamos solamente los textos publicados en forma de artículos en blogs y sitios web, excluyendo los comentarios sobre los mismos. Solo incluimos un grupo de comentarios del blog Segunda cita, ya que este espacio se articuló como un «diálogo en construcción» y porque dichos textos funcionaban a manera de pequeños artículos o establecían contrapunteos a partir de argumentos presentados por sus autores. En todos los casos exigimos como requisito para su inclusión que las personas se identificaran con sus nombres y apellidos.

En total compilamos 91 textos[2] (de ellos solo cinco pertenecen a mujeres), los cuales presentamos aquí agrupados por capítulos que se corresponden con el lugar en que fueron publicados y ordenados al interior de cada capítulo según sus fechas de aparición[3]. Con el objetivo de facilitar diferentes rutas de lectura, esta compilación incluye, como anexos, una cronología y un mapa de los textos y sus interacciones. En el caso de la cronología, su principal objetivo es ofrecer al lector una idea de la evolución temporal de los debates. Con el mapa, pretendemos que puedan observarse el balance entre los textos de diferentes posiciones y, sobre todo, visibilizar las interacciones que se dieron en forma de apoyos, réplicas y dúplicas; facilitando así diferentes rutas de lectura que permitan seguir el hilo de las discusiones, aunque como podrá observarse, no fue el debate -en tanto diálogo y cruce de argumentos- lo que primó en este nuevo capítulo de la esfera pública digital cubana[4].

Podríamos hacer un elenco extenso de elementos interesantes a resaltar en este debate; pero señalaremos solo algunos de ellos. Una primera cuestión significativa es el hecho de que se trata del primer debate público en la red que se realiza con la ausencia física del ex-presidente y comandante en jefe Fidel Castro. Un eje interesante a explorar (en profundidad) serían los usos y apelaciones a la figura de Fidel realizadas desde los dos bloques de actores que han estado interactuando. Su figura y pensamiento han sido utilizados lo mismo para plantear una senda de reconstrucción heterodoxa de la Revolución cubana, pero también como un tótem de reafirmación de verdades cerradas y absolutas. En cualquier caso, la apelación a su figura (por actores que se dicen todos «socialistas» y «de izquierda») reafirma su peso histórico para la vida pública cubana, y su influjo simbólico en los derroteros futuros de nuestra vida republicana.

Junto a esto, no puede perderse de vista la cercanía de este debate respecto a las próximas elecciones de febrero de 2018, en la cual se ha anunciado el retiro de la llamada «Generación Histórica» de los principales puestos del Gobierno del país. En un contexto marcado por la incertidumbre y la falta de debate público respecto a las figuras que asumirán la continuidad del proceso revolucionario, el análisis de los textos en torno a la cuestión del «centrismo» puede contribuir a mapear las diferentes posiciones que se perfilan en algunos sectores de la intelectualidad y la ciudadanía cubanas.

Un elemento que atraviesa todo el debate (a ratos de forma clara, a ratos de forma más velada), es el hecho de poder dilucidar la existencia (o no) de una «campaña anti-centrista» estructurada, coordinada y respaldada desde particulares centros de poder insular.

Interesante ha sido la aparición del blog PostCuba, utilizado para colocar elementos en el debate fuera de los argumentos sólidamente fundamentados; es decir, dedicado al «golpe político» dirigido a incidir sobre la integridad de los sujetos participantes del debate. No es la primera vez que nos encontramos ante un fenómeno como este en el escenario público cubano; antes este tipo de accionar fue perceptible en el tratamiento a intelectuales de la diáspora cubana y a determinados actores políticos internos. Lo realmente nuevo es que, por primera vez, dicha maquinaria ha sido activada y dirigida contra intelectuales incuestionablemente revolucionarios: Silvio Rodríguez, Aurelio Alonso, Humberto Pérez, Julio César Guanche, Julio Antonio Fernández Estrada, Omar Everleny Pérez, Pedro Monreal, Carlos Alzugaray, Carlos Lage Codorniú y Jesús Arboleya.

Otra de las aristas a destacar ha sido el protagonismo de las redes sociales. Si bien el blog Segunda cita, del reconocido cantautor Silvio Rodríguez, se constituyó en el eje articulador de la reacción contra la campaña anti-centrista, el perfil de Facebook del diplomático y profesor Carlos Alzugaray cumplió esa misma función desde las redes sociales. Estaría por explorar la capacidad que esa red social tuvo para expandir el debate a la ciudadanía al interior de la Isla.

No obstante, como señalaron algunos de los participantes en el debate, la discusión sobre el «centrismo» no puede decirse que llegó hasta «el cubano de a pie», cuyas principales preocupaciones siguen estando marcadas por las carencias y problemas cotidianas. Ello pone sobre el tapete dos cuestiones fundamentales:

1. Si bien aumenta el acceso a Internet en la Isla, sus condiciones estructurales de consumo (altos precios y acceso desde dispositivos móviles en lugares públicos) continúan incidiendo, junto a otros factores, en que no sean este tipo de contenidos políticos los más atendidos por las personas que se conectan a la red de redes desde el país. Siguen siendo los medios de comunicación nacionales las principales vías de consumo de contenidos políticos para la mayoría de la población, de ahí la importancia de que estos den cabida a la variedad de posiciones y criterios que alberga aquella porción mayoritaria de la esfera pública cubana que tiene como objetivo trabajar en función del mejoramiento del país.

2. Aunque el periódico Granma reprodujo algunos textos que denunciaban y combatían la existencia de posiciones «centristas» en Cuba, ello tampoco provocó que esta temática se convirtiera en tema de discusión y preocupación entre la población sin acceso a la polémica digital. Lo cual puede dar lugar a las siguientes interrogantes: ¿será que el denominado «centrismo» no posee el empuje o no constituye un elemento de alerta para el futuro del país a los ojos de la población? O, ¿será que la prolongada ausencia de debate público sobre cuestiones políticas -más allá de la propaganda y las campañas- han provocado en buena parte de la población apatía, desmotivación o despreocupación hacia estos temas?

La idea de reunir en un solo volumen la mayor cantidad de textos que circularon entre los meses de mayo y agosto se corresponde con la solicitud realizada por varios participantes en el debate acerca de la necesidad de que las personas interesadas pudieran acceder de manera fácil a la variedad de opiniones e ideas que se emitieron respecto a cuestiones tan trascendentales para el futuro del país como la participación política, la libertad de opinión, el respeto a la diversidad, entre otras muchas. Más allá de las inconsistencias, la ausencia de diálogo y argumentación, e incluso ofensas, que el lector podrá detectar por sí mismo en algunos textos, creemos que el análisis de las reflexiones incluidas en esta compilación puede servirnos para extraer conclusiones y enseñanzas que ayuden al redimensionamiento de nuestra esfera pública, al desarrollo de una cultura del debate -imprescindible para la construcción de un proyecto socialista y democrático- y, sobre todo, a formar una idea no solo de la pluralidad de criterios y posiciones que caracterizan hoy a nuestra sociedad, sino también de los elementos básicos que constituyen los pilares del país que desean la mayoría de los cubanos.

Sirva esta compilación de textos para dejar registrado ante la Historia dónde se colocaba políticamente cada quien en el verano del año 2017 en Cuba.

Descargar el cuaderno aquí

Notas:

[1] La compilación incluye seis textos anteriores a esta fecha, los cuales han sido agrupados en un capítulo de antecedentes. La decisión responde a que son textos citados frecuentemente por varios autores que ubican en ellos, indistintamente, el origen de la etiqueta «centrismo político» aplicada a la realidad cubana, o los emplean para retomar los argumentos que allí se exponen y usarlos como evidencias. El objetivo de esta inclusión es que el lector pueda arribar a conclusiones propias a partir de la comparación y comprobación de los análisis que hacen de estos textos los autores que los citan o analizan.

[2] En este cuaderno aparecen textos de Emilio Ichikawa, Fernando Martínez Heredia, Iroel Sánchez, Enrique Ubieta, Javier Gómez Sánchez, René Vázquez, Omar Pérez Salomón, Maykel Pons Giralt, Elier Ramírez, Paul Sarmiento, Jorge Ángel Hernández, Raúl Antonio Capote, José Raúl Concepción, Lisbet Penín, Julio Antonio Fernández Estrada, Carlos Alzugaray, Marcelo González, Aurelio Alonso, Zaida Capote, Silvio Rodríguez, Laidi Fernández de Juan, Humberto Pérez, Jesús Arboleya, Harold Cárdenas, Israel Rojas Fiel, Julio Cesar Guanche, Pedro Monreal, Félix Sautié, Lennier López, Roberto Veiga, Lenier González, Eugenio Balari, Domingo Amuchástegui, Ovidio D´Angelo, José Raúl Gallego, Rafael Rojas, Arturo López-Levy, Disamis Arcia, Fernando Ravsberg, Juan Antonio García Borrero, Carlos Luque Zayas Bazán, Julio Gómez Casanova, Ileana González, Marco Velázquez Cristo, Benigno Aguilar Rocadura.

[3] En el caso de los seis textos que conformaron el debate entre Enrique Ubieta y Arturo López-Levy, y los cuatro en que se reflejó la polémica entre Aurelio Alonso y Enrique Ubieta, estos fueron agrupados como capítulos, con independencia del lugar en que aparecieron los textos. Esto se hizo con el objetivo de facilitar al lector el seguimiento de las ideas expuestas por los autores en los que pudieran considerarse los únicos debates entre dos interlocutores, extendidos y con varios momentos, enfocados en la cuestión del «centrismo» como tema principal. También los textos incluidos en el capítulo de «antecedentes» fueron agrupados con independencia de su lugar de aparición.

[4] Los artículos, post y comentarios identificados con el color verde son aquellos que asumen fundamentalmente la existencia de un «centrismo político» perjudicial para el futuro del país; mientras que los amarillos son aquellos que se oponen al uso de la etiqueta «centrismo». Los dos textos en color gris no estuvieron enfocados directamente en el debate sobre el «centrismo» y su pertinencia.

Fuente: http://cubaposible.com/introduccion-debate-centrismo/