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Invierno cruel en los pueblos no reconocidos

Fuentes: Rebelión

Traducido del inglés por Carlos Sanchis


La pasada semana hubo fuertes vientos, lluvía y tiempo frío en todo Israel y en el Negev. El miércoles de camino a mi trabajo recibí una llamada de Sumaya el Atrash, del pueblo de Saaweh – aquí es terrible – ven y mira si puedes ayudar…

Los pueblos no reconocidos son oficialmente inexistentes para el Gobierno de Israel, por consiguiente no hay forma de obtener permisos de construcción. Asi por defecto, todas las casas construidas son «ilegales» y bajo amenaza de demolición. Si una familia de un pueblo no reconocido construye una casa debe tener en cuenta que la deberá construir otra vez… y otra vez…

La casa de hojalata de Sumaya fue construida hace 20 años. Desde que ella enviudó. Es la única al cuidado de un nieto de 10 años de edad. Viven juntos en una habitación de hojalata de 4 x 4 metros. La hojalata está oxidada y hay grandes agujeros entre el suelo y las corroidas paredes. El tejado también esta corroido. Sumaya pone algunos contrachapados de madera bajo estos agujeros. Pero la lluvia echa abajo tambien algunas de esas piezas. Nos sentamos en su casa – había viento afuera – y dentro de su «hogar». No hay cristales en las ventanas, solo persianas, que están cerradas para impedir que el viento entre. Sumaya deja la puerta algo abierta para dejar que entre un poco de luz. Tuvo la «suerte» de haber tenido una estufa de gas averiada que le dieron, de modo que al menos algo de calor era posible, en un radio de 5 pulgadas desde la estufa. La bombona de gas también estaba dentro de la habitación.

Las condiciones de Sumaya son las que imperan en todos los pueblos no reconocidos. Sin permisos de construcción; son pocos los que asumen el riesgo de construir auténticas casas, sin calles ni permiso para construirlas, el acceso a las casas es difícil en un día bueno, y la semana pasada, por el barro, la mayoría no pudo salir (o entrar) de sus casas. Sin electricidad, el único combustible disponible es la leña o el carbón, encendieron hogueras. La mayoría de los residentes de los pueblos no reconocidos se acurrucaban alrededor de hogueras al aire libre el miércoles y el jueves pasado.

Mientras miles de israelíes disfrutaban la pasada semana mirando la nieve desde sus cálidos hogares y ventanas cerradas, otros miles de israelíes dedicaban muchos esfuerzos a guardarse a sí mismos, a sus niños y ancianos de morir congelados, rezando para que sus casas no volaran con el viento. Los beduinos de los pueblos no reconocidos viven en esas condiciones siendo ciudadanos de un país occidental del primer mundo. Son las políticas gubernamentales las que les obligan a sufrir de este modo.

Para más infromación: Dr. Yeela Raanan, RCUV. [email protected] +972 54 7487005