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Egipto

Islamabad como pretexto: la Hermandad Musulmana al presente

Fuentes: Rebelión

  Los atentados terroristas ocurridos en Pakistán son la base para dilucidar ciertas cuestiones sobre la tergiversada imagen que existe del movimiento «fundamentalista» más antiguo: la Hermandad Musulmana egipcia. Lina Jardines del Cueto, Licenciada en Historia « La cuestión del Islam como fuerza política es una cuestión esencial para nuestra época y para los años […]


 

Los atentados terroristas ocurridos en Pakistán son la base para dilucidar ciertas cuestiones sobre la tergiversada imagen que existe del movimiento «fundamentalista» más antiguo: la Hermandad Musulmana egipcia.

Lina Jardines del Cueto, Licenciada en Historia

« La cuestión del Islam como fuerza política es una cuestión esencial para nuestra época y para los años venideros. La primera condición para tratarla con un mínimo de inteligencia es no empezar por introducir el odio».

Michel Foucault.

El Islam en general y los movimientos islámicos en particular han estado en el centro de atención después del 11 de septiembre del 2001 con el interés de acrecentar el enlace entre el Islam y la violencia y asegurar a esta religión como enemiga. Anhelar hacer llegar el conocimiento de lo que ocurre a diario en el Medio Oriente a más personas e intentar un mayor entendimiento entre dos culturas y no un «choque de civilizaciones», manejando la ya famosa expresión de Samuel Huntington, puede ser posible.

Los atentados terroristas ocurridos el pasado mes de septiembre en Islamabad, Pakistán, que ocasionaron la muerte a más de 60 personas y docenas de heridos solo ayudan a fomentar una posición negativa.

Pero si bien tenemos que condenar actos como esos hay que señalar que existen algunos movimientos islámicos que han hecho reclamos sobre el desarrollo de un modelo islámico que une la idea de ser islamista en el sistema político y la vida política cada vez más. Movimientos como la Hermandad Musulmana en Egipto se han enfocado en la reorientación de la sociedad a través del poder pero sin dejar sus creencias a un lado.

Teniendo en cuenta las transformaciones globales, y en específico en el mundo islámico-árabe, la Hermandad Musulmana en Egipto ha estado haciendo cambios en relación con las ideas, las estructuras y se las ha arreglado con partidos políticos del gobierno para llegar a una reconciliación histórica pero la entrada en la política electoral los ha forzado a ser más pragmáticos.

La Hermandad Musulmana se las ha ingeniado para desarrollar su experiencia en el ámbito gubernamental bajo circunstancias difíciles; asumieron una política a largo plazo y han decidido ir hacia adelante paso a paso y acumular experiencia. Ganaron la popularidad y la aprobación política ya que admitieron el alcance y la necesidad del sistema multi-partidista bajo el Islam. Se declaran con el principio legal «Somos todos iguales» y han realizado transformaciones de acuerdo al momento y el entorno histórico en que se desenvuelven, ya que de lo contrario no lograrían ninguna vía para conseguir sus proyectos.

Este movimiento tiene que aceptar al gobierno y sus reglas y demostrar que a pesar de propugnar un regreso a la época de Mahoma y los califas Rashidin, lo que los convierte en un movimiento fundamentalista, si se les concede la posibilidad real de llegar al poder pretenden establecer un estado basado en la sharia pero no con una visión intransigente. Si la Hermandad no intenta arreglarse con el régimen solo le quedarán dos variantes en las elecciones: cooperar con los sistemas políticos actuales, o aceptar el papel de oposición ilegal.

El gobierno, por su parte, tiene que asumir una política que permita un entendimiento con el movimiento. La participación es, junto a la igualdad, la justicia social y la soberanía nacional, un elemento esencial para definir el tipo de democracia que existe en una sociedad. Se podría afirmar que el principal criterio para valorar el nivel de democracia es el grado de participación efectiva de la gente en los asuntos sociales y del Estado y Mubarak debería tener en cuenta la fuerza opositora que representa la Hermandad Musulmana.

El movimiento ha estado tratando de ganar la confianza del partido gobernante que está asustado por su reciente influencia y popularidad. La relación del gobierno y la Hermandad Musulmana deberá ser analizada con mucha atención en el futuro porque cada vez son más frecuentes los enfrentamientos entre la organización y el estado en todos los espacios tanto políticos, sociales como religiosos.

Los Hermanos Musulmanes condenaron a través del Dr. Mohamed Habib, su vicepresidente, los sucesos ocurridos en Pakistán y cualquier otro acto terrorista ya que esto contradice los valores del islam que prohíben matar personas inocentes.

» Nosotros confirmamos que un patriota que ama su tierra no puede cometer tal acto o causar en su país tal inestabilidad», dijo Habib en una entrevista.

Habib ofreció además, en nombre de la Hermandad Musulmana, sus condolencias a las familias de las víctimas y al pueblo Pakistaní, y asimismo expresó que ora a Dios para que proteja a los estados islámicos de tales actos criminales, acusando a quienes tienen las manos manchadas de pecado.

Este articulo solo ha tomado lo acontecido en Islamabad como pretexto para plantear algunas reflexiones y admitir que la Hermandad Musulmana ha pasado por diferentes etapas y en específico desde que escaló Hosni Mubarak al poder se ha optado por una vía más inteligente.