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Israel acelera el ritmo de la limpieza étnica en Jerusalén

Fuentes: The People Voice

Traducido del inglés por Sinfo Fernández

Mientras le toman el pelo al Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas, con el apoyo de Estados Unidos, el régimen del apartheid israelí acelera el ritmo de la limpieza étnica en el Este de Jerusalén.

El domingo pasado, la prensa israelí reveló que la medida racista de despojar a los jerosolimitanos palestinos nativos de sus «derechos de residencia» por el gobierno del apartheid israelí, en su propia ciudad, se estaba perpetrando a ritmo acelerado.

El periódico israelí Haaretz informó que la cifra de residentes en Jerusalén Este cuyo «estatus de residencia permanente» ha sido revocado ha aumentado más de seis veces en tan sólo un año.

Citando datos del Ministerio del Interior israelí que ofrece el grupo de derechos humanos B’Tselem, Haaretz manifestó que el número de residencias revocadas llegó a 222 en 2005.

En contraste, la cifra aumentó a 1.363 en 2006, la más alta desde 1995, año en que el Ministro del Interior, el ortodoxo anti-árabe Haredi, ordenó que fueran revocados los derechos de residencia de miles de jerosolimitanos del este.

El Ministro Eli Suissa, miembro del partido ultra-ortodoxo Shas, aludió entonces a una serie de razones inventadas para justificar las draconianas e inherentemente racistas medidas, que supusieron tener que vivir fuera de Jerusalén y obtener una ciudadanía adicional.

Suissa, según Haaretz, hizo que fuera terriblemente duro para los árabes de Jerusalén Este conseguir permisos de construcción.

La política de islamofobia causó eventualmente una grave escasez de viviendas entre los palestinos de Jerusalén Este, obligando a muchos a buscar casa en otra parte.

Israel destruye también sistemáticamente las casas palestinas levantadas sin licencia de construcción, dejando tan sólo una opción a decenas de miles de jóvenes palestinos de Jerusalén Este: la emigración.

La descarada política racista es aplicada sólo a los no judíos, mientras que cualquier judío, por el simple hecho de serlo, tiene derecho automático a la ciudadanía completa en Israel sin que importe cuántos pasaportes extranjeros tenga y si vive o no en Israel.

Los grupos de derechos humanos que actúan en la Palestina ocupada han calificado la nueva política de «obviamente racista».

Un portavoz del grupo de derechos humanos B’Tselem dijo que desafiarían las medidas racistas ante los tribunales.

Sin embargo, pocos progresos lograron en ese sentido pasadas intervenciones de los grupos de derechos humanos, ya que el gobierno israelí rechaza como cuestión de principios adoptar en Israel el mismo estándar de justicia con los judíos que con los no judíos.

Israel se define como estado judío y cualquier judío de cualquier parte del mundo puede convertirse en ciudadano israelí tan pronto como llegue a Israel.

Sin embargo, los no judíos, como por ejemplo los palestinos, son aceptados como quasi-ciudadanos si están dispuestos a aceptar a Israel como estado judío y a reconocer que los judíos tienen determinados privilegios fundamentales sobre los no judíos.

Israel ocupó Jerusalén Este en 1967 y se anexionó poco después una ciudad que era predominantemente árabe. Desde entonces, el estado del apartheid israelí ha trasladado a cientos de miles de sus ciudadanos a asentamientos sólo para judíos construidos en Jerusalén Este y en sus suburbios, en un desesperado intento por judaizar (y estrangular) la ciudad y eliminar su identidad árabe-islámica.

El grueso de la comunidad internacional no reconoce la anexión israelí de Jerusalén Este.

Sin embargo, debido al dominio judío de la política de EEUU, los sucesivos gobiernos de ese país han cedido siempre ante las presiones judías y han vetado las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que denunciaban y pedían su retirada de la tierra árabe ocupada.

Fuente:

http://www.thepeoplesvoice.org/cgi-bin/blogs/voices.php/2007/06/26/israel_accelerates_pace_of_ethnic_cleans

Sinfo Fernández forma parte del colectivo de Rebelión y Cubadebate