Recomiendo:
0

Israel renuncia al fósforo blanco, porque «no da buena imagen»

Fuentes: 972mag

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Un cierto aire de nostalgia impregnaba el título del periódico israelí Maariv del pasado jueves: «Debido a la crítica del mundo, el ejército israelí se aleja del uso del fósforo blanco»: al igual que el viejo rifle de asalto Galil y las viejas radios para comunicación que eran familiares a generaciones de soldados. Hace un par de años nos enteramos de que el ejército israelí renunció a sus latas de carne en conserva (la versión kosher de SPAM). Ahora nos despedimos del fósforo blanco.

[Crepúsculo. Las FDI y el fósforo blanco intercambian una mirada final. Se oye una melodía de violín triste. Baja el telón.]

Así que el ejército israelí está buscando un reemplazo a las bombas de fósforo blanco. Un oficial de alto rango de las fuerzas de tierra explicó: «Hemos aprendido durante la Operación Plomo Fundido, que el [fósforo blanco] no da buena imagen, así que estamos reduciendo la demanda y no volveremos a comprarlo».

«No da buena imagen». En honor a la verdad, el hombre tiene razón.

Este asunto me tomó por sorpresa. ¿El ejército israelí renuncia al uso del fósforo blanco? Espera un minuto, las FDI nunca usaron fósforo blanco en la Operación Plomo Fundido. Entonces, ¿cómo es eso de que renuncian a algo que nunca utilizaron? Las armas químicas son algo que los sirios usan, ¿no?

Bueno, después de un tiempo el ejército se acordó de que se equivocaba y sí usó fósforo blanco, pero sólo en territorios abiertos y no contra las personas.

Bueno, entonces las FDI recordaron que se equivocaron otra vez y que utilizaron fósforo blanco en zonas urbanas. Doscientas bombas, de hecho. Pero solo fue con el fin de crear una «cortina de humo» y no hay nada malo en ello. Y si lo había es insignificante y no intencional y se investigó a fondo, de manera que no se deja piedra sin remover.

Todo es agradable y está bien, excepto que al menos 12 habitantes de Gaza encontraron la horrible muerte de esta manera, quemados vivos por el fósforo blanco. Entre ellos había tres mujeres, seis niños y una niña de 15 meses. Decenas de personas más sufrieron quemaduras por los residuos que continúan quemando la carne y el tejido hasta que alcanzan el hueso. Los médicos en Gaza estaban indefensos en el tratamiento de las quemaduras que desconocían. Israel no les dio tiempo para prepararse; los proyectiles de fósforo blanco golpearon el hospital Al-Quds y quemaron por completo los dos pisos superiores.

Estos hechos ya se conocían en los primeros días de la Operación Plomo Fundido. Human Rights Watch publicó una minuciosa investigación -una de las más completas que he leído- del uso de fósforo blanco y sus efectos devastadores. Los soldados del ejército israelí que participaron en la campaña de Gaza también testificaron sobre el uso extensivo del fósforo blanco, incluyendo el fuego directo en las casas sospechosas de ser una trampa (y no con propósitos de «enmascaramiento», como el ejército israelí afirmó más tarde).

Ghada Abu Halima, de 21 años, fue gravemente herida por el fósforo blanco utilizado en Gaza. Después  murió debido a sus heridas (foto: Muhammad Sabah / betzelem)

En efecto, el fósforo blanco «no da buena imagen» y esa es la razón por la que el ejército israelí separa las aguas en el uso de esa arma química. No, Dios no lo permita, que sea por el infierno que Ghada Abu Halima pasó desde el momento en que fue quemada por fósforo blanco y perdió cinco miembros de la familia, hasta su muerte pasando por dos meses y medio de agonía. Ghada logró dar su testimonio y tomarse una foto, que «no daba buena imagen» y «cargar sobre el ministerio de propaganda israelí hasbara [propaganda]», como el reportero del Maariv señaló.

Las lecciones de la Operación Plomo Fundido -y con mayor precisión, las lecciones de la comisión Goldstone- se llevaron a cabo en parte en la Operación Columna Defensiva. El humo que se elevaba sobre Gaza hace cinco meses no era fósforo blanco, pero el objetivo era el mismo. Enmascaramiento. De manera que nada se ve ni se fotografía. Funcionó bien con los medios de comunicación israelíes, que de todos modos no tienen mucho interés en Gaza, en la guerra y en la paz, por lo que no hay peligro de que las cosas «den mala imagen». No funcionó tan bien con los periodistas extranjeros, a pesar del mensaje, o quizá debido a él, que les envió el ejército israelí cuando sus bombas cayeron deliberadamente sobre un edificio de prensa en Gaza . Así, la brecha sigue creciendo entre la autopercepción israelí y su imagen en el mundo.

En este momento alguien está sentado en un escritorio en Rafael o en Elbit (fabricantes de armas israelíes), tratando de encontrar la manera de inventar la próxima arma mágica, la que elimine la idea de la libertad de la mente de los habitantes de Gaza y al mismo tiempo, «de buena imagen». El plan de desarrollo ya se ha aprobado, el presupuesto está en camino y el programa piloto es sólo una cuestión de tiempo. En el laboratorio de armas llamado Gaza, la prueba es parte de la batalla. Sin embargo, esta arma fallará también, igual que la que vendrá después. Mientras tengamos ojos, nada que lo que Israel haga en Gaza «dará buena imagen». ¿Se entiende esto en Rafael? ¿Tal vez deberían ir a la raíz del problema? Grupos de derecha como Im Tirzu ya lo entienden: hacer frente a los que pueden ver.

Idan Landau es un académico israelí de la Universidad Ben-Gurion. Este artículo se publicó originalmente en hebreo en el blog de Idan, » Don’t Die a Fool «. Se publica aquí con permiso del autor.

Fuente: http://972mag.com/israel-gives-up-white-phosphorus-because-it-doesnt-photograph-well/70063/

rCR