Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
Dos docenas de palestinos capturados durante la invasión israelí de Gaza de este verano siguen detenidos tres semanas después de que terminara la ofensiva que duró 51 días.
Aunque los hombres han tenido contactos muy limitados con sus familias, el equipo legal que representa a la mayoría ha declarado que hay varios presos que han sido torturados.
«Testificaron frente a nuestro abogado que los interrogadores israelíes les habían sometido a torturas», dijo Isam Yunis, director del Centro Al Mezan por los Derechos Humanos de Gaza, a The Electronic Intifada el lunes pasado.
Al Mezan representa a 22 de los 24 detenidos que aún retiene Israel. «Al menos ocho de los presos que visitó el abogado no habían sido sometidos a torturas», añadió Yunis. «No significa que el resto no lo hayan sido».
Los abusos han incluido golpes con las culatas de los rifles M-16, privación de sueño durante al menos tres días consecutivos y posturas forzadas dolorosas con las manos esposadas, según Yunis.
Además, dijo, «Les intimidaron amenazándoles con que Israel iba a demoler sus casas, matar a sus familias y violar a sus esposas».
Detención indefinida
La cifra de prisioneros de la Franja de Gaza detenidos tras las invasiones terrestres se ha reducido desde el punto álgido de la ofensiva, dijo Gavan Kelly, de Addameer, un grupo de apoyo a los presos políticos palestinos.
«Hubo hasta 200 arrestados en Gaza», dijo el domingo a The Electronic Intifada. «De ellos, 24 siguen en prisión en estos momentos, uno de ellos bajo la Ley de Combatientes Ilegales, que permite su detención sin acusación o juicio durante un tiempo indefinido. A la mayoría de esos 200 les estuvieron interrogando durante un período relativamente corto de tiempo que fluctuó entre unas pocas horas y dos o tres días».
Desde 2005, Israel lleva utilizando esa la Ley de Combatientes Ilegales para mantener a los palestinos en sus prisiones sin acusación ni juicio. Ese año, Israel sacó a sus colonos y fuerzas terrestres de Gaza, aunque continúa manteniendo a la Franja bajo ocupación por otros medios, por ejemplo, controlando los puntos de entrada y salida.
«En la práctica, la Ley de los Combatientes Ilegales contiene incluso menos protecciones aún para los detenidos que las escasas que garantizan las órdenes de detención administrativa en Cisjordania», afirma Addameer. La detención administrativa es una práctica utilizada también por Israel para detener indefinidamente a los palestinos sin acusación ni juicio.
Antes de detener a Samir al-Nayar en Khuzaa, un pueblo del sureste de Gaza, Israel utilizó por última vez la medida para retener en la cárcel a Mahmud Sarsak, un jugador de fútbol del equipo nacional de Palestina.
Sarsak, que es natural de Rafah -una ciudad cercana a la frontera de Gaza con Egipto- llevaba tres años detenido. Fue liberado el 19 de julio de 2012 tras una huelga de hambre de 92 días.
Temor de posibles ejecuciones
Desde que Israel lanzó una ofensiva militar en la ocupada Cisjordania el 12 de junio y hasta el día de hoy, añadió Kelly, ha capturado aproximadamente a unos 2.500 palestinos, mil en Cisjordania, otros 800 sólo en Jerusalén y 500 dentro de Israel.
Israel ha ocultado la información sobre esos detenidos de la Franja de Gaza a las entidades oficiales palestinas así como a las organizaciones de los derechos humanos.
El 6 de julio, el Ministro para los Asuntos de las Prisiones de la Autoridad Palestina, Shawqi al-Ayasa, dijo en unas declaraciones que aunque «el ejército ocupante, durante su actual agresión contra la Franja de Gaza, ha detenido a docenas de palestinos y los ha trasladado a lugares desconocidos», su ministerio no había recibido aún información sobre sus identidades, ubicación o situación.
La falta de información, añadió al-Ayasa, ha provocado «temores crecientes de que algunos de esos prisioneros hayan sido ejecutados».
Semanas más tarde, The Daily Beast informaba de que había evidencias de una posible ejecución masiva en Khuzaa de seis prisioneros por las fuerzas israelíes.
Es posible que la masacre se haya perpetrado con los combatientes capturados de las Brigadas de al-Quds, el ala armada de la Yihad Islámica, se informó.
Paradero desconocido
Hay cinco palestinos de los que no se sabe nada, dijo Kelly. «Nadie conoce su paradero y el Servicio de Prisiones de Israel niega que los tenga detenidos».
E Israel apenas ha comunicado nada sobre los palestinos que sus fuerzas admiten estar reteniendo, han dicho grupos por los derechos humanos israelíes y palestinos.
«Todos ellos tenían prohibido desde el principio recibir visitas», explicaba Yunis Al-Mezan. «Incluso se les prohibió recibir la visita de sus abogados. Hemos sabido sus nombres hace sólo muy poco tiempo».
Aún no le han llegado las demandas contra los 22 detenidos que representa, añadió. «No hemos recibido aún la lista de acusaciones», dijo.
Dalia Kerstein, directora de la organización israelí por los derechos humanos HaMoked (Centro para la Defensa de las Personas), dijo el domingo a The Electronic Intifada que no había recibido aún información sobre ellos.
«Nos encantaría hacer algún tipo de investigación de lo que le ha ocurrido a las personas que trajeron aquí, quiénes son, si fueron torturadas, qué medios utilizaron contra ellas», dijo.
El tribunal supremo israelí denegó la petición de HaMoked para que se publicasen los nombres de los detenidos tras una vista en la que no se permitió que hablaran los representantes del grupo.
Torturados durante cuatro días
El padre de Muhammad al-Agha, capturado en el distrito de Jan Yunis de Gaza el 17 de julio, le comentó a The Electronic Intifada la pasada semana que la familia había podido mantener contactos mínimos con su hijo.
Zwayed Hamdi al-Agha dijo que su hijo, Muhammad, «llamó desde Ashkelon (al sur de Israel) después de insistir mucho en la obligación de notificar a su familia dónde se hallaba». Eso fue la noche de su detención.
«Desde entonces ha contactado con nosotros en tres ocasiones», añadió al-Agha. «Una vez a través del Comité Internacional de la Cruz Roja, y dos más a través de su abogado».
Las fuerzas israelíes detuvieron a Muhammad, un estudiante de Estudios Islámicos en la facultad de Ciencias Aplicadas de la Universidad de Gaza, durante un alto el fuego que Israel se había comprometido a respetar.
«Muhammad iba a visitar a un amigo que vivía en una granja cercana, en al-Qarara, para ver cómo estaba», dijo su padre. «Ambos fueron capturados durante la visita».
Tras su captura, Kelly dijo que Muhammad «fue torturado durante cuatro días consecutivos en el centro de detención de Ashkelon. Ahora se encuentra en la prisión de Eshel».
El mismo Zwayed al-Agha, que estuvo detenido durante tres años desde 1973, dijo que la detención de Muhammad reflejaba la experiencia de los palestinos bajo el bloqueo israelí.
«Aunque ha sido la primera vez que detienen a Muhammad, todos mis hijos han sufrido lo mismo que yo», dijo. «Han tenido que experimentar, entre otras cosas, las humillaciones en las fronteras cada vez que intentaban viajar. Llevamos viviendo ocho años de asedio, los peores e nuestras vidas».
Y, en el contexto de la ofensiva de Israel, explicó, el trato que está recibiendo su hijo es apenas una anomalía.
«Matan a los animales», dijo al-Agha. «Nos queman los árboles. Destruyen las torres de apartamentos. Incluso asesinan a los niños inocentes. ¿Por qué? ¿Qué es lo que han hecho para que les maten?»
«Sobreviviremos», añadió. «Haremos cuanto podamos para demostrarle al mundo que podemos sobrevivir y reconstruir nuestra Gaza. Sabemos lo que significa la libertad y lo que con toda justicia es nuestro».
Joe Catron es un activista estadounidense que vive actualmente en Gaza, donde trabaja con los grupos palestinos y las redes internacionales de solidaridad, especialmente en apoyo de la campaña por el boicot, desinversión y sanciones. Ha coeditado una antología de relatos con los testimonios de los detenidos liberados en el intercambio de prisioneros de 2011: The Prisoners’ Diaries: Palestinian Voices from the Israeli Gulag
Fuente original: http://electronicintifada.net/content/israel-tortures-prisoners-captured-gaza-invasion/13861