El informe «Igualdad de Género y principales brechas en Paraguay», realizado por Verónica Serafini y publicado por ONU-Mujeres en 2015, señala que el 48,1% de las mujeres en edad de trabajar en Paraguay no laboran ni buscan empleo (la Dirección General de Estadísticas sitúa la edad de trabajar a partir de los diez años); en […]
El informe «Igualdad de Género y principales brechas en Paraguay», realizado por Verónica Serafini y publicado por ONU-Mujeres en 2015, señala que el 48,1% de las mujeres en edad de trabajar en Paraguay no laboran ni buscan empleo (la Dirección General de Estadísticas sitúa la edad de trabajar a partir de los diez años); en el caso de los hombres, el porcentaje es del 26,2%. En las áreas rurales, el 52,8 de las mujeres son consideradas «inactivas» (no buscan trabajo ni empleo), frente al 21,7% de los hombres. La brecha es mayor si se bucea en las razones. En el 41,5% de las mujeres la causa son las «labores del hogar» o los «motivos familiares», cifra que se reduce en los hombres al 2,3%. Además, las mujeres ganan de media un 70,6% de la remuneración que percibe un hombre, en buena parte porque trabajan menos horas o cuentan con menor formación, explica el informe. La tasa oficial de desempleo es del 4,5% en la población masculina y del 5,7% en la femenina. En cuanto a la tasa de subempleo, afecta al 23% de las mujeres mientras que en los hombres es del 16,3%. El 16% de las mujeres ocupadas se emplean en el trabajo doméstico (0,9% en el caso de la población masculina). El 37% de las mujeres tampoco cuenta con un ingreso propio, frente al 19,6% de los hombres (en el sector rural la proporción de mujeres sin ingresos alcanza el 42,4%).
Una de las organizaciones feministas que trabaja por revertir esta situación es «Kuña Roga» (Casa de la Mujer), constituida en octubre de 1998 en la ciudad de Encarnación (Itapúa). Trata de promover la participación política de mujeres y jóvenes, los derechos sexuales y reproductivos, hacer frente a la violencia machista y desarrollar la comunicación alternativa. Tras 18 años de actividad, «Kuña Roga» firmó el pasado 14 de abril un convenio de cooperación con la municipalidad de Encarnación (capital de Itapúa) para favorecer la igualdad de oportunidades en las políticas locales. En 2016 está prevista la realización de programas de radio en los departamentos de Itapúa, Misiones y Ñeembucú, como parte de la formación en vocería y comunicación desplegada en enero y marzo. El programa «Red de Mujeres del Sur, igualdad en acción» ha empezado a emitirse en la ciudad de Santa Rosa (Misiones) por Radio Sanguri (90.7 FM). En colaboración con el Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral, «Kuña Roga» también desarrolla talleres dirigidos a comités productivos de mujeres en Encarnación y Pilar (Ñeembucú). En 2015 la organización feminista impulsó la «Red de Mujeres del Sur» (Kuñanguera Joaju Surgua) con el apoyo de la Asociación de Investigación y Especialización sobre Temas Iberoamericanos (AIETI) y la financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). El proyecto más destacado es la construcción de una Agenda por los Derechos de las Mujeres, que surge de 23 encuentros con mujeres en los municipios de Ñeembucú, Itapúa y Misiones, otras tres reuniones departamentales y una regional en diciembre de 2015, en la que participaron más de mil mujeres.
En el mundo rural, se mantiene la «brecha» de género. Las mujeres productoras se localizan en las fincas con menos hectáreas y tienen menor acceso a la asistencia técnica y a los créditos. Un estudio de 2008 citado en el informe de ONU-Mujeres destaca, a partir de los datos del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT), que en los 62 años de existencia de esta institución las mujeres recibieron el 13,6% de las tierras fiscales, mientras que a los hombres les correspondió el 86,3%. Tras las elecciones generales de 2013 en Paraguay, las mujeres electas en el Congreso (diputadas y senadoras) fueron el 17,5%. A sólo tres mujeres (25%) se les asignó la responsabilidad ministerial. Por otro lado, la primera Encuesta sobre Violencia Intrafamiliar basada en Género, elaborada en 2013 por el Ministerio de la Mujer, informa de que el 4,7% de las mujeres ha sufrido alguna agresión física y el 20,8% de tipo psicológico. En cuanto al tipo de agresión, más de un tercio de las mujeres (33,5%) apuntan que ésta fue grave o muy grave. El 69,7% de las personas agredidas fisicamente y el 88,5% de las víctimas de violencia psicológica no denunciaron los hechos.
A finales de mayo «Kuña Roga» y la «Red de Mujeres del Sur» rechazaron públicamente las amenazas recibidas por la intendenta del municipio Leandro Oviedo (Itapúa), Del Pilar Vázquez Cabrera, quien antes de desempeñar este cargo fue presidenta de la Junta Municipal. En una de las últimas amenazas se le advirtió que iba a recibir 50 balazos. En 2007 y 2013 desconocidos dispararon y dieron muerte a otros dos intendentes del mismo municipio, Óscar Tito y Wilfrido Ocampos Benítez. Las organizaciones feministas pidieron al Ministerio Público y a la Policía Nacional medidas de protección para la amenazada y su familia, que consideran necesarias en zonas «donde se han instalado el sicariato y los grupos mafiosos». En enero de 2016 también denunciaron el asesinato de una adolescente «criadita», víctima de los golpes del supuesto cuidador. En Paraguay existen aproximadamente 47.000 niños en situación de «criadazgo», figura que afecta al 2,5% del total de niños y adolescentes del país. El comunicado emplaza al Estado paraguayo a una investigación de las condiciones en que vivía la niña «criadita» en la casa donde resultó asesinada. Además del estado, también llama la atención a las iglesias, «calladas ante los casos de feminicidios que matan de dolor a las mujeres, en su mayoría pobres».
Trabajadora social de 47 años, militante feminista y agroecológica desde 1996 y actualmente en «Kuña Roga», Cipriana Bogarín ha participado en un acto organizado por CEDSALA-País Valencià. Destaca su amplia experiencia en medios comunitarios. Participó durante 14 años en Radio Ka’Aguy Ne’E, emisora educativa y comunitaria de Itapúa que desde 1996 apoya la labor del Centro de Educación, Capacitación y Tecnología Campesina (CECTEC). También colaboró un año en Radio Candela, promovida por «Kuña Roga», que comenzó su actividad en 2002 a partir de una experiencia de comunicación popular en la comunidad de Ita Paso (Encarnación). «Hay una persecución a los medios comunitarios en Paraguay», apunta. «Tampoco contamos una legislación que permita avanzar en la comunicación alternativa».
Resume el panorama una nota suscrita hace menos de un mes por las organizaciones Cigarra, «Democratización de la Información-Demoinfo» (que incluye entre otras a «Voces Paraguay»), E’A y RTV titulado «Rechazamos el creciente hostigamiento contra las voces disidentes». Hacen referencia a la «arbitraria detención» el pasado 25 de mayo del secretario general del Sindicato de Periodistas de Paraguay (SPP), Santiago Ortiz, supuestamente por no llevar la documentación. «No es un hecho casual ni fortuito», critican las organizaciones», ya que Ortiz también fue víctima de una agresión policial durante la cobertura de una manifestación de docentes en 2014. A la violencia directa, informa el comunicado, se agrega el «recrudecimiento de la persecución contra las radios comunitarias, con el decomiso de los equipos y la imputación de sus directivos». Los cuatro colectivos señalan que la detención arbitraria, agresión y asesinato de periodistas en la era democrática «ha registrado su pico más alto durante el periodo de gobierno de Horacio Cartes». En poco más de un año, constatan, Cartes adquirió 11 medios, lo que ha agravado el proceso de concentración que existe en Paraguay. Además se subrayan los problemas de autocensura, despidos y precariedad del trabajo periodístico.
Cipriana Bogarín destaca que uno de los déficit de las radios comunitarias es el escaso impacto: «Operamos en pequeños ámbitos y llegamos a poca gente, también disponemos de escasa capacidad para producir contenidos». La activista no rehúsa el debate entre periodistas y comunicadores populares: «A veces los profesionales de los medios comerciales se la creen mucho; parece que para ser alguien en la comunicación tengas que pasar por la universidad». Sin embargo, hay comunicadores que son referentes en sus organizaciones -o mujeres líderes- que luchan en su entorno y se capacitan para difundir aquello que sucede. Con 15 años de experiencia en radios de base, Cipriana Bogarín se formó con el comunicador y capacitador radiofónico José Ignacio López Vigil. Considera que antes de ponerse delante de un micrófono, «hay que prepararse y organizar el programa, además, el comunicador tiene que contribuir mediante los contenidos a la reflexión y la toma de postura; los periodistas dicen siempre que se trata de ser objetivos, pero imagínate una situación de injusticia en una comunidad…. Nosotros también producimos información, acompañamos y hacemos seguimiento de las luchas». Por último, técnicamente, «la comunicación alternativa tendría que ser igual que el periodismo».
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