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La alternativa republicana, ¿Qué hacer?

Fuentes: Rebelión

Compañeras, compañeros: LIBERTAD, IGUALDAD, y FRATERNIDAD. En primer lugar, agradeceros, muy sinceramente, vuestra invitación a este acto. Es una satisfacción, poder representar a Izquierda Republicana, el Partido de Manuel Azaña. Estamos aquí, con ánimo constructivo, para hacer nuestra aportación a esta mesa titulada: ‘La alternativa republicana, ¿qué hacer?’ ¿Qué hacer? La gran pregunta, de las […]

Compañeras, compañeros:

LIBERTAD, IGUALDAD, y FRATERNIDAD.

En primer lugar, agradeceros, muy sinceramente, vuestra invitación a este acto.

Es una satisfacción, poder representar a Izquierda Republicana, el Partido de Manuel Azaña.

Estamos aquí, con ánimo constructivo, para hacer nuestra aportación a esta mesa titulada: ‘La alternativa republicana, ¿qué hacer?’

¿Qué hacer? La gran pregunta, de las izquierdas, desde Lenin, por lo menos, hasta nuestros días.

Antes de pasar a las propuestas, es necesario estar de acuerdo en el diagnóstico sobre la actual situación. Por ello, sin extenderme demasiado, dar unas breves, pero necesarias, pinceladas, que nos ayuden a situarnos.

La primera concreción sería, ante el fascismo: tolerancia cero. Tolerancia cero, este concepto ahora tan de moda. Es decir, no perder ni un segundo de nuestro tiempo con quienes, tras cuarenta años de franquismo, más otros treinta de monarquía impuesta, pretenden justificar el llamado ‘alzamiento nacional’.

Que si la culpa la tuvo Azaña, que si la República se radicalizó, que si los comunistas, que si los anarquistas, etc., etc. Ya está bien de perder el tiempo y las energías. La Segunda Republica fue vilmente traicionada por sabandijas que habían jurado defenderla, ayudados por elementos fascistas extranjeros, y punto.

Por tanto, el primer punto sería, ’18 de julio: Tolerancia cero’.

Está claro el interés de la derecha en concatenar Segunda República, con guerra civil y con pasado, tratando de establecer una relación indisoluble entre los conceptos República, igual a caos, igual a quema de conventos, igual a anarquismo y no sé cuantas cosas más. Y para ello, cuentan con la mayoría de los medios de comunicación, que se encargan de dar esa imagen de concatenación entre los conceptos República, igual a pasado, igual a guerra civil.

La Segunda República llegó de la mano de un pueblo cansado de sufrir el caciquismo, la explotación, la miseria, el absolutismo…, y fue un intento de construir una sociedad más justa, más culta, más libre.

Ahora, tomar el testigo de quienes sufrieron persecución, privaciones, cárcel, cuando no la muerte, significa mantener en alto la bandera tricolor y luchar por la Tercera República española.

Por tanto, compañeras, compañeros, ahí tenemos la primera tarea: concatenar el concepto República con proyecto de futuro. Estamos aquí porque somos luchadores por la Tercera Republica. No porque seamos unos nostálgicos del pasado.

Una referencia obligada a algo que, aunque sabido, es necesario tener presente. Una de las primeras tareas que acometió la República, fue la de contratar maestros comprometidos con la causa republicana y crear escuelas, o bien, adaptar los espacios disponibles, para impartir educación, sabedores de que, tan solo un pueblo culto, puede ser un pueblo libre.

Por eso, también, lo primero que hicieron los fascistas tras la guerra civil, fue depurar, encarcelar, cuando no, directamente asesinar, a ‘los maestros de la República’, y sustituirlos por lacayos falangistas y curas y monjas, al servicio de la dictadura franquista.

Y por eso también, lo primero que hicieron los dirigentes del PSOE cuando ganaron por mayoría absoluta aquellas elecciones generales en 1982, fue despolitizar, desmovilizar e idiotizar, para así poder manipular. Es una de las mayores traiciones que se puede haber hecho a un pueblo ilusionado y esperanzado.

Ojo con los dirigentes del PSOE, que son expertos en aprovecharse de la circunstancias. Tras el paripé del intento de golpe de estado el 23-F, son ellos los que lo capitalizan y logran aquella famosa mayoría absoluta. Luego vendría la traición de su propio programa electoral. El ‘cambio’ del ‘cambio’.

Hasta qué punto la derecha ha hecho su trabajo, que si no llega a ser por el 11-M, tristemente, el mismo día antes, nos preguntábamos si el 14-M, el PP tendría mayoría absoluta o se quedaría muy cerca. Hicieron falta 200 muertos, para que el electorado reaccionara. Pero la cúpula del PSOE, actúa como si nada hubiera ocurrido, como si ellos hubieran ganado las elecciones, tal cual. Por mérito propio. No. Ellos han capitalizado el voto útil de todos los que nos movilizamos contra las guerras.

Pero los que estuvimos en la calle, la tarde noche de la víspera de la jornada electoral del 14-M, no fueron precisamente los socialistas. Pero bastó que Rubalcaba saliera en la tele la noche de la víspera electoral y capitalizaron los votos de las izquierdas en detrimento de IU, que por poco se queda extraparlamentaria. Los dirigentes del PSOE son expertos en capitalizar el llamado voto útil de la izquierda.

Bien. Tras cuarenta años de dictadura, llegamos al final de la negra noche del franquismo y nos encontramos, para variar, con las izquierdas divididas entre ruptura o reforma. No me voy a extender, puesto que el objeto de esta mesa es hablar de futuro. Tan solo recodar que ganó la reforma y por eso, la ruptura democrática, está aún pendiente.

Nos hemos dedicado durante casi treinta años a ‘consolidar la democracia’. La democracia del mundo más consolidada. Venga a consolidar, venga a consolidar. Gracias al paripé del 23-F, Juan Carlos, sale fortalecido y, previsiblemente, a menos que ocurra algo especialmente grave, que no puedan silenciar los medios de comunicación, morirá en la cama, como Franco. Luego, le tocará al niño irse ganando ‘la simpatía del pueblo’, como ellos dicen. O sea, que los súbditos, nos sintamos contentos de ser súbditos.

Pero, ¿qué democracia hemos consolidado? A los que hemos leímos algo de marxismo y estas cosas, nos bastaría con decir, que hemos consolidado una democracia burguesa. Pero a quienes no se hubieran preocupao de analizar un poco el tema, habrá que decirles que, hemos consolidado, que los poderosos sigan obteniendo grandes beneficios, que la especulación esté a la orden del día, que la iglesia católica mantenga intactos sus privilegios, que la banca haga cada año su agosto, y así un largo etcétera, en el mismo sentido. Esa es la democracia que hemos consolidado. Ahora, ya no nos aprisionan los grises, ahora nos aprisionan los banqueros.

En fin, iremos al objeto de esta mesa, por tanto, pasaré directamente al tema que nos trae aquí hoy. ‘La alternativa republicana. ¿Qué hacer?’

¿Qué hacer?. Para contestar a esta pregunta, debemos estar de acuerdo en cual es la situación actual y, desde nuestro punto de vista, nos encontramos en nuestro país, en una situación muy similar a la que nos encontrábamos en 1934. La derecha campaba a sus anchas, mientras que las izquierdas estaban divididas.

Ahora, la derecha también campa a sus anchas, lo único, ni más ni menos, es que a esa derecha oficial del PP, se le ha unido la derecha camuflada con cara amable, que representa el PSOE. Es necesario tener muy presente que, desde el año 89, una inmensa mayoría del electorado no vota al que considera mejor, sino que vota contra el que cree que lo está haciendo muy mal. Tristemente, muchas personas, que por supuesto no se leen los programas de los partidos, ni nada que se le parezca, votan ‘en contra de’.

Varios cientos de miles de quienes votaron al PSOE el 14-M, no pensaban votar. Otros, pensaban votar a IU, pero decidieron ‘votar contra el PP’, tratando de asegurar que su voto sería ‘útil’, y votaron al PSOE.

Por tanto, no nos engañemos, de alguna forma, somos la resistencia. Somos minoría con respecto al bipartidismo. Estamos, salvando las diferencias, reviviendo algo similar a la soledad que percibíamos en los últimos años del franquismo y primeros de esta seudo-democracia borbónica.

Sentíamos una y otra vez, en cada acción, esa sensación de soledad. ¿Por qué no decirlo? A veces, se le venía a uno a la cabeza que estaba haciendo el tonto.

Pero cada cual sacábamos fuerzas de donde podíamos. Rebuscábamos, en lo más íntimo de nuestros sentimientos e ideales, y nos decíamos a nosotros mismos, que había que tirar pa´lante, que la caída del dictador estaba próxima.

Hoy, algunas veces, piensa uno que cuando el enemigo está enfrente, tan evidente, parece cómo más fácil luchar. Obviamente, no es lo mismo luchar contra la dictadura franquista, que contra el talante ZP.

Por supuesto que no. Porque normalmente, salvo en ocasiones, el gobierno ZP, no te manda a los grises, no te mandan a nadie, porque no necesitan mandarte a nadie. Previamente, día a día, te machacan con el consumismo, te intentan anular tu voluntad. Ellos deciden por ti.

Consumismo, consumismo y más consumismo.

Estamos ante una situación generalizada de apatía y desconfianza hacia soluciones políticas colectivas. Y cuando no se cree en las soluciones colectivas, cada cual se cree muy listo y busca su solución personal, o como mucho, la de su familia, como si su solución personal pudiera venir al margen de, o independientemente de, la situación política y económica general.

Con esta descripción, hemos de tomar conciencia de que somos la resistencia y actuar como tal. De manera organizada, sabiendo que nos queda, previsiblemente, mucho camino por delante, pero con la certeza de que, al final, triunfaremos.

Ese debió ser, sin duda, el espíritu de quienes lucharon por el derecho a ocho horas de trabajo, o al voto de los negros, por ejemplo. O de quienes lucharon por el derecho al voto femenino y al final lo lograron. En España, en concreto, se logró en la Segunda República, como todos sabemos.

Compañeros, compañeras. Somos la resistencia. Permitidme que traiga aquí a modo de llamamiento a la esperanza y a la lucha, aquella frase que pronunciara, el compañero-presidente Salvador Allende, momentos antes de ser asesinado por los mismos militares fascistas que habían jurado defender la constitución. Lo mismo que aquí en 1936.

‘Algún día, más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor’.

Como decía antes, de alguna manera, nos encontramos en una situación muy similar a la de 1934, y ¿qué hicieron entonces las izquierdas?. Pues entonces, los comunistas, los socialistas y los republicanos de izquierda, empezaron a trabajar en busca de un proyecto común, que se materializó en la creación del Frente Popular.

El Objetivo del Frente Popular era recuperar la República traicionada por la derecha y, a la vez, ilusionar de nuevo al electorado de izquierdas. Hoy, no hay Segunda República que recuperar, pero sí Tercera República por la que luchar y, desde luego, mucho electorado que ilusionar. Mucho electorado que ilusionar.

Por tanto, la respuesta a la pregunta ¿que hacer?, hoy, sería: el reagrupamiento de la izquierda, en una Coalición por la República. Llamémosle coalición, bloque, frente, o lo que sea, pero en definitiva, se trata de unir, todo lo susceptible de ser unido, en pro de la Tercera República española. Esa sería la respuesta, esa es la gran tarea.

Evidentemente, en esta coalición no podremos contar con el PSOE. El PSOE de hoy que, no tiene nada que ver con el que formó parte, en 1936, del Frente Popular. Hoy andan preocupaos por vendernos lo progresistas que son, al proponer igualar el que lo mismo podamos tener un rey, que una reina.

Ahora bien, ¿de qué República estamos hablando?

Por que uno se queda pasmao cuando escucha a un alcalde, a un presidente de comunidad autónoma, o al propio presidente del gobierno, decir aquello de, ‘yo gobernaré para todos’.

¿Cómo que gobernará para todos? Se supone que gobernará para cumplir un programa electoral, que no puede satisfacer a todos. Sencillamente imposible.

El ‘yo gobernaré para todos’, significa: o sea, para los de siempre. ¿No?

Si yo me posiciono en favor de los explotados, obviamente, me estoy posicionando enfrente de los explotadores. Si me posiciono por el derecho a un empleo digno y estable, obviamente, me estoy posicionando en contra de los carroñeros de siempre.

Si me posiciono en favor de una escuela laica y de calidad, obviamente, me estoy posicionando enfrente de la Iglesia Católica y sus monaguillos.

Si me posiciono por la reforma agraria, obviamente, me estoy posicionando enfrente de los terratenientes. Si me posiciono en favor de las cooperativas y las pequeñas empresas, obviamente, me estoy posicionando enfrente de las multinacionales.

Si me posiciono por el control, estatal de los beneficios de la banca, obviamente, me estoy posicionando enfrente de los cimientos del neoliberalismo. Si me posiciono en favor del legítimo derecho a una vivienda digna, obviamente, me estoy posicionando enfrente de las grandes inmobiliarias y constructoras.

Si me posiciono por la Salud pública, obviamente, me estoy posicionando enfrente de la gran industria farmacéutica. Si me posiciono por la sostenibilidad, el medio ambiente,…. y así, podemos seguir con un largo etcétera, cada posicionamiento, implica, si lugar a dudas, estar a favor de los intereses de una clase y, obviamente, enfrente de la otra.

Entonces, ¿de qué estamos hablando?

‘España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y Justicia. Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo. La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones. La bandera de la República española es roja, amarilla y morada’. Artículo 1º de la Constitución española de 1931 y que aspiramos a que algún día, más temprano que tarde, se recoja en el artículo 1º de la Constitución de la Tercera República. De eso estamos hablando.

Por tanto, la Tercera República española, a la que aspiramos, no puede ser neutra. La República sigue siendo la única alternativa para lograr la plena democratización de España. La organización de nuestra sociedad, en base al federalismo solidario. La posibilidad de plasmación de los principios de la democracia participativa y deliberativa, y los valores cívicos. La Paz, la Convivencia, la Tolerancia. Ciudadanos libres, cultos, e informados, no súbditos.

La República que garantice, de verdad, el derecho a un empleo digno y estable. El derecho a una vivienda digna y adecuada. El derecho a una educación laica, científica y de calidad. El derecho universal a la salud. La sostenibilidad. Esa es la República que queremos.

La República que propugnamos, no es neutra. No hay política neutra, ni existe el centrismo político. Existen camuflajes y disfraces, pero eso es otra historia.

Tenemos que materializar la ruptura pendiente. No podemos construir el nuevo estado manteniendo las estructuras del viejo estado.

Hablemos pues de futuro, pero sin renunciar a nuestro pasado. En ese contexto, el próximo año, conmemoramos, al menos, dos celebraciones importantes. El 16 de febrero, conmemoramos el 70 aniversario del triunfo electoral del Frente Popular. Y el 14 de abril, el 75 aniversario de la proclamación de la Segunda República española.

Todo ello, además, coincide con que estaremos, prácticamente, en precampaña electoral, para las municipales en toda España y las autonómicas en todas las comunidades, salvo Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía.

¿Qué mejor ocasión, para retomar el espíritu de lo que fue el Frente Popular? ¿Qué mejor ocasión para no quedarnos en una conmemoración del pasado? De lo que pudo haber sido y no fue.

Es el momento de proclamar abiertamente que no queremos limitarnos a cambiar de gobierno, queremos cambiar el estado. No queremos conquistar el estado, queremos crear un nuevo estado. El estado republicano, basado en la trilogía: Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Proclamamos que otro mundo es posible. Que otra España es posible, y la concreción de esa otra España posible, será la Tercera República.

¿Qué hacer?. Pues desde ya. Desde hoy mismo, podemos empezar a trabajar, codo con codo, para elaborar un programa electoral republicano de izquierdas, que diseccione claramente, a los que estamos a un lado, y los que están a otro. Es el momento de establecer claramente donde está cada cual.

El 16 de febrero próximo, podría ser una fecha clave para, a la vez que conmemoramos el 70 aniversario del triunfo electoral del Frente Popular, presentar públicamente la nueva coalición por la República. ¿Qué mejor manera de dejar clara la concatenación entre pasado, presente y futuro?

Un breve paréntesis, para decir que, por lo que respecta a Andalucía, igual podríamos estar hablando, de alguna manera, de una ‘reedición’ de lo que fue en su día ‘Convocatoria por Andalucía’, germen andaluz de Izquierda Unida y que, ahora, significaría el ‘reagrupamiento de la izquierda andaluza, en una Coalición por la República’.

Así que, ¿qué hacer? Pues, retomando el espíritu de lo que fue el Frente Popular, nos comprometemos a trabajar por la constitución de una coalición por la Tercera República, al menos, entre las organizaciones que el pasado 22 de octubre escenificamos en Madrid el acto unitario por la República. Esto es, IU, PCE, UCR e IR.

Precisamente, ese mismo día, también aquí en Madrid, el Comité Político Federal de Izquierda Republicana (máximo órgano entre Congresos), aprobamos la resolución ‘Hacia el reagrupamiento de la Izquierda en una Colación por la República’. Que conocéis.

Lo que estamos haciendo hoy, es marchar ya por ese camino. El que militantes de IR estemos aquí invitados, y el que, en este mismo momento, en las jornadas que IR estamos celebrando aquí en Madrid, estén participando militantes de IU y del PCE, significa que estamos, ya, caminando en pro de lo que nos une, intentando dejar atrás desencuentros del pasado.

Ahora nos queda la tarea de hacer llegar a nuestras respectivas organizaciones, a nivel federal y territorial, este mensaje de unir todo lo susceptible de ser unido, en pro de la Tercera República. Más diferencias había entre los partidos que en 1936 configuraron el Frente Popular y lo lograron.

Es importante que en las próximas elecciones municipales y autonómicas, logremos que republicanos y republicanas de izquierdas, estén presentes en las instituciones, para desde ahí, unido indisolublemente al trabajo en la calle, vayamos extendiendo la conciencia cívica de ciudadanos libres. No de súbditos.

Así que, ¿qué hacer? Pues crear ¡ya!, un comité de enlace permanente que posibilite la concreción del compromiso por la República.

¿Es necesario recordar que la Segunda República española, se proclamó tras el triunfo electoral del bloque republicano de izquierdas en las elecciones municipales?

Compañeras, compañeros. ‘Agrupémonos todos… ‘, por la Tercera República.

¡VIVA LA TERCERA REPÚBLICA!

* Francisco Vega, es miembro de la Comisión Ejecutiva Federal de Izquierda Republicana y Secretario de Organización de IR-Andalucía.

Extracto de la intervención de Francisco Vega, en la IV Jornada Republicana, organizada por Unidad Cívica por la República, celebrada en Madrid el 12 de noviembre de 2005.