Traducido del inglés para Rebelión por J. M.
La decisión de Israel de retener parte de los impuestos que recauda en nombre de la Autoridad Palestina y hundirla en una crisis más profunda ilustra las hipocresías y los engaños en el centro de la relación de los dos gobiernos.
Bajo los términos de lo que ahora son los acuerdos de Oslo de hace un cuarto de siglo, Israel es responsable de recaudar alrededor de 200 millones de dólares mensuales en impuestos, que se supone que deben pasar a la Autoridad Palestina, el Gobierno palestino en espera en Cisjordania.
El dinero pertenece a los palestinos, pero Israel lo ha retenido temporalmente en varias ocasiones en el pasado como un castigo con el que derrotar al liderazgo palestino.
Sin embargo en esta ocasión los riesgos son mucho mayores. La semana pasada el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu implementó tardíamente una ley aprobada el verano pasado que requiere que sus funcionarios retengan parte de los impuestos adeudados a los palestinos, aquéllos que la Autoridad Palestina transfiere a las familias de los presos políticos como estipendio mensual.
Es una copia de la Ley Taylor Force Act, una ley aprobada por el Congreso de los EE.UU. en 2016, que niega la ayuda económica estadounidense a la Autoridad Palestina hasta que deje de enviar los mismos estipendios a 35.000 familias de presos y a las personas muertas y mutiladas por el ejército israelí.
La Autoridad Palestina ha tratado de evitar esa amenaza canalizando los pagos a través de un organismo independiente, la Organización de Liberación de Palestina.
Israel y Washington consideran a los prisioneros simplemente terroristas. Pero la mayoría de los palestinos los ven como héroes, aquéllos que han pagado el precio más alto en la lucha por la liberación nacional.
El público palestino no cree que las familias deban ser abandonadas por sus sacrificios como los republicanos irlandeses dieron la espalda a los que lucharon contra el Gobierno británico o los sudafricanos negros abandonaron a los que lucharon contra el apartheid.
El presidente palestino, Mahmoud Abbas, calificó las acciones de Israel de «robo» y dijo que preferiría recortar los fondos para la salud y la educación que los fondos para los prisioneros y sus familias. «Son la parte más respetada y apreciada del pueblo palestino», declaró. Luego jugó su carta mayor. Dijo que rechazaría todo el dinero de los impuestos de Israel hasta que se restableciera la suma total.
El riesgo de hundir a la Autoridad Palestina en una crisis financiera y, lo que es más importante para Israel, llevar a la disolución de los servicios de seguridad palestinos. Su trabajo ha sido durante mucho tiempo actuar como contratista de la seguridad, manteniendo el orden en Cisjordania en nombre de Israel. El año pasado las fuerzas de seguridad acapararon el 20 por ciento del presupuesto estatal de la AP, 5.800 millones de dólares.
La Autoridad Palestina ya se está recuperando de una serie de golpes a la economía palestina. Como por ejemplo la decisión de Donald Trump de recortar todos los fondos para la UNRWA, la agencia de refugiados para los palestinos y los hospitales en la Jerusalén oriental ocupada por Israel.
Además, según se informa, Abbas rechazó 60 millones de dólares en ayuda anual de los Estados Unidos para sus servicios de seguridad el mes pasado por temor a exponer a la Autoridad Palestina a una acción legal. Una nueva medida del Congreso hace que los beneficiarios de la ayuda como la Autoridad Palestina estén sujetos a las leyes estadounidenses contra el terrorismo.
Pero el actual enfrentamiento entre Netanyahu y Abbas deja al descubierto para que todos lo vean la hipocresía de la situación. El líder de la Autoridad Palestina puede decir que los prisioneros son el sector palestino más preciado, pero también describe la coordinación de sus servicios de seguridad con Israel como «sagrada».
El papel de los servicios de seguridad es ayudar al ejército israelí a frustrar los ataques palestinos y detener a los mismo palestinos que alaba. Abbas no puede mantenerse en ambas posiciones al mismo tiempo. Por otro lado, Netanyahu no tiene nada que ganar dañando los servicios de seguridad palestinos, en los que se basa el ejército israelí.
La decisión de retener impuestos se tomó principalmente para aumentar su popularidad, ya que los partidos rivales de la derecha compiten por quién parece ser el más agresivo antes de las elecciones generales de abril.
Paradójicamente, al retener el dinero de los impuestos de la Autoridad Palestina, Netanyahu está castigando a Abbas, su supuesto socio para la paz, mientras muestra una preferencia por Hamás, el principal rival de Abbas en Gaza.
Aunque Israel clasifica a Hamás como una organización terrorista, Netanyahu ha estado permitiendo que fondos adicionales para Gaza provenientes de Catar alivien las terribles condiciones del enclave.
Además hay algo muy irónico en el hecho de que Netanyahu reprenda a la Autoridad Palestina por recompensar a los «terroristas» palestinos en la misma semana en que negoció un acuerdo para ayudar a Otzma Iehudit, el partido del Poder Judío, a ingresar al Parlamento israelí, la versión de Israel del Ku Klux Klan, y discípulos del difunto rabino Meir Kahane, cuyo virulento partido antiárabe Kach fue declarado ilegal hace 25 años por considerarlo una organización terrorista.
Tan espantosa es la perspectiva de esta impía alianza que incluso los lobbies a favor de Israel, como el Comité de Asuntos Públicos de Israel (AIPAC) y el Comité Judío Americano, se sintieron obligados a emitir declaraciones condenando al Poder Judío como «racista y despreciable».
Netanyahu cree que los votos adicionales que el Poder judío atraerá a la derecha en las elecciones garantizarán que cuente con el apoyo necesario para construir una coalición que lo mantenga en el poder.
Pero hay otro defecto evidente en la recaudación de impuestos de Netanyahu. Si los cofres de Abbas se agotan, simplemente enviará todavía menos dinero a Gaza, que ya está asfixiada por el largo bloqueo de Israel. Eso intensificaría los disturbios en Gaza, lo que podría llevar a ataques con cohetes contra Israel e incluso a protestas masivas de los palestinos en la cerca perimetral que los acorrala.
Al mismo tiempo, si las cosas siguen sin resolverse, una AP ya frágil estará más cerca del colapso y Hamás podría estar listo para llenar el vacío que queda en Cisjordania.
La pérdida de poder de Abbas, combinada con la pérdida de un contratista para la seguridad de Netanyahu, parece hacer esta confrontación mutuamente autodestructiva, a menos que Netanyahu y la derecha tengan otra carta en la manga.
Hani Al Masri, un analista de política palestino, se ha preguntado si Netanyahu está preparando el escenario para que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, presente su tan esperado «acuerdo de paz» después de la elección.
Gran parte de la coalición de Netanyahu está interesada en anexar áreas palestinas fuera de las principales ciudades de Cisjordania, destruyendo cualquier esperanza de creación de un Estado palestino. Trump podría ser maleable.
En este escenario, argumenta Al Masri, Israel intentaría «terminar con lo que queda del rol político de la AP, preservando solo su rol administrativo y de seguridad». Se reduciría a las recolecciones de basura y la aplicación de la ley.
Si la Autoridad Palestina rechaza el proceso de vaciamiento, Israel y los Estados Unidos buscarán una alternativa, como el Gobierno de los señores de la guerra locales en cada ciudad palestina y los poderes ampliados para los gobernantes militares israelíes en Cisjordania.
La denegación de impuestos a la Autoridad Palestina aún no puede presagiar su desaparición. Pero apunta a un futuro en el que es probable que el autogobierno palestino se convierta en una perspectiva cada vez más lejana.
Jonathan Cook, periodista británico residente en Nazaret desde 2001, es autor de tres libros sobre el conflicto israelí-palestino. Ha sido galardonado con el Premio Especial de Periodismo Martha Gellhorn. Su sitio web y su blog se encuentran en: www.jonathan-cook.net
Fuente: https://www.jonathan-cook.net/2019-02-24/taxes-palestinian-authority-netanyahu/
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