Durante meses, mientras la muerte y la destrucción llovían sobre Gaza, los analistas han estado llamando la atención del mundo sobre la guerra simultánea de Israel contra los otros territorios palestinos, la Cisjordania ocupada y Jerusalén Oriental.
La difícil situación de los palestinos en Cisjordania ha suscitado cierta atención mundial desde que Israel lanzó allí su mayor operación militar en más de dos décadas, causando la destrucción gratuita de propiedades e infraestructuras en las ciudades septentrionales de Yenín, Tulkarem y Tubas.
Sus fuerzas han matado y herido a decenas de palestinos en los últimos 10 días, que se suman a las más de 6.000 víctimas mortales en la zona de Cisjordania desde que comenzó la guerra de Gaza el 7 de octubre.
Sin embargo, en la Jerusalén Oriental ocupada, los expertos afirman que Israel ha adoptado un enfoque diferente, utilizando la guerra de Gaza para acelerar el «desplazamiento silencioso» de palestinos con el fin de remodelar su paisaje demográfico.
La estrategia tiene cuatro elementos principales: demoliciones, desalojos, confiscación de tierras y expansión de los ilegales asentamientos.
Está diseñada específicamente para aislar Jerusalén Este de Cisjordania, imponiendo más restricciones a los residentes palestinos y avanzando en las ambiciones «coloniales de asentamientos» de Israel.
«Todas las medidas de desplazamiento forzoso han experimentado una drástica escalada desde el 7 de octubre, e Israel es bien conocido por explotar este tipo de situaciones con el fin de avanzar en sus esfuerzos coloniales de asentamientos», dijo Tamara Tamimi, miembro de la política palestina en el think tank Al-Shabaka, que vive en Jerusalén Este.
«Israel ha explotado su ataque genocida contra Gaza para hacer avanzar el colonialismo de asentamientos en otras zonas estratégicas clave, en particular Jerusalén y la zona C en el resto de Cisjordania».
Un actor crucial en esta «gran escalada» es el movimiento ilegal de colonos y las organizaciones asociadas a él en zonas estratégicas clave de Jerusalén, afirmó.
Imad Musa, escritor e investigador británico-palestino, afirmó que las acciones de Israel en Jerusalén Este forman parte de su «juego demográfico», y explicó que Israel está consiguiendo dos objetivos principales con la expansión de sus asentamientos ilegales:
«En primer lugar, aísla la ciudad de su entorno palestino en Cisjordania. En segundo lugar, con ello impone más restricciones a los jerosolimitanos palestinos y, de forma lenta pero segura, reduce su número», afirmó.
Medidas silenciosas
Jerusalén Este, donde viven más de 350.000 palestinos y unos 230.000 colonos israelíes, es venerada por millones de personas debido a sus históricos lugares sagrados.
Durante mucho tiempo ha estado en el centro de la lucha palestina, ya que los palestinos la consideran la capital de cualquier futuro Estado palestino, mientras que Israel reclama Jerusalén en su totalidad como capital.
En 1967, durante su guerra con Egipto, Jordania y Siria, Israel invadió y ocupó Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este.
Israel también se «anexionó» unilateralmente Jerusalén Este, fusionándola con una zona circundante de 64 kilómetros cuadrados en los límites del municipio israelí de Jerusalén.
En un dictamen histórico de julio, el Tribunal Internacional de Justicia declaró que la ocupación israelí de los territorios palestinos es ilegal y debe terminar «lo antes posible».
Osama Risheq, investigador y supervisor jurídico de la Universidad Al-Quds, describió la estrategia de Israel como un «triángulo… (de) cómo adquirir una mayor cantidad de tierra con una menor cantidad de gente, pero sin utilizar la fuerza».
La anexión de Jerusalén Este «fue el primer paso», dijo.
«En lugar de utilizar la fuerza contra los palestinos de Jerusalén, Israel ha diseñado y aplicado en realidad una red de leyes y políticas que apoyan su proyecto colonial de asentamientos», añadió Risheq, que también vive en Jerusalén Este.
Tamimi coincidió con su valoración, subrayando que «todas estas medidas silenciosas forman parte de la estrategia de Israel para seguir maximizando la adquisición de tierras con el menor porcentaje de palestinos en ellas».
«Otro aspecto clave en el que debemos centrarnos realmente, y esto es muy peligroso, es la imposición de un entorno coercitivo para expulsar a los palestinos ‘voluntariamente’ que viven en su propia tierra», afirmó.
Confiscación y demolición
Israel ha utilizado varias leyes para confiscar propiedades palestinas en Jerusalén Este, en particular la Ley de Propiedad de Ausentes de 1950, dijo Risheq.
Esta ley sólo se aplica a los palestinos y faculta a Israel para confiscar propiedades y bienes que los palestinos se vieron obligados a abandonar cuando fueron expulsados en 1948.
Fue aprobada en marzo de 1950 por el gobierno de David Ben-Gurion, el primer primer ministro de Israel, y se utiliza hasta hoy para perseguir a los palestinos.
Tres meses después de promulgar la ley, se creó una unidad especial «para hacerse con el control de las propiedades confiscadas y luego filtrarlas a las organizaciones de colonos», explicó Risheq.
Al menos el 70% de todas las propiedades palestinas confiscadas por Israel lo han sido a través de esta ley, añadió.
Risheq dijo que el número reciente de demoliciones en Cisjordania y Jerusalén Este ha sido el más alto en comparación con los últimos 10 años.
Entre el 7 de octubre de 2023 y el 26 de agosto de este año, las autoridades israelíes «demolieron, confiscaron o forzaron la demolición de 1.446 estructuras palestinas en toda Cisjordania, incluido Jerusalén Oriental, desplazando a más de 3.300 palestinos, entre ellos unos 1.430 niños», según la oficina de derechos de la ONU.
Esta cifra «es más del doble que en el mismo periodo anterior al 7 de octubre», añadió.
Estas demoliciones se ordenan sobre la base de violaciones de las leyes israelíes de zonificación y planificación, explicó Risheq.
«Son (estas leyes) inteligentes. No dicen a los palestinos que no se puede construir. Dicen que se puede construir, pero que para construir hay que presentar 1, 2, 3, 4, 5, lo que al final hace imposible que los habitantes de Jerusalén puedan solicitar permisos de construcción», afirmó.
Muchos palestinos de Jerusalén Este se ven obligados a construir casas sin permiso porque Israel ha establecido condiciones imposibles para la aprobación y se niega a concederlas, dijo.
Entre ellas se incluye la entrega de documentos que acrediten el derecho a la propiedad de la tierra, que la mayoría de los habitantes de Jerusalén no tienen porque «en general… sólo el 10% de todos los palestinos tienen derechos de propiedad de la tierra por escrito», dijo.
Además, está el factor coste, ya que sólo solicitar un permiso para «un piso de 200 metros cuadrados costaría unos 40.000 dólares», añadió.
«Imagínense a un jerosolimitano pagando esta cantidad de dinero, teniendo en cuenta que el 95% de los permisos de construcción que han solicitado los palestinos desde 1967 han sido rechazados», dijo.
«Además de eso, Israel ha expropiado de hecho más del 30% de los 70 kilómetros que constituyen Jerusalén Este como territorios de interés público, por lo que los palestinos no pueden construir en estas zonas. Otro 30% fue confiscado para asentamientos».
En total, dijo, sólo hay una zona de unos 14 kilómetros donde los palestinos pueden construir.
Esta zona, incluso en 1967, ya estaba ocupada en más de un 80% por edificios, añadió.
Expansión de los asentamientos
Todos los asentamientos israelíes se consideran ilegales según el derecho internacional, pero eso ha servido de poco para disuadir a Israel de sus esfuerzos por ampliarlos, apoderándose de más tierras palestinas.
«Que Israel construya asentamientos no es nada nuevo. La velocidad a la que se construyen estos asentamientos y el número de sus unidades suelen estar relacionados con la situación política de la región, y tienen poco que ver con quién está en el poder en Israel – Laboristas o Likud – o con lo que ellos llaman el ‘crecimiento natural’ de la población judía», afirmó Musa, el escritor.
El diario británico The Guardian informó en abril de que el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu «ha acelerado la construcción de asentamientos en toda la Jerusalén Oriental ocupada, con más de 20 proyectos que suman miles de viviendas aprobadas o avanzadas desde el comienzo de la guerra contra Gaza».
Según el grupo israelí de derechos humanos Ir Amim, se trata de los primeros planes de asentamientos aprobados en su totalidad por el gobierno israelí desde 2012.
Declaró que se espera que el nuevo plan de asentamientos incluya 1.792 unidades de vivienda, que se construirán en tierras pertenecientes al barrio Sur Baher de Jerusalén Este.
«Ahora, en Jerusalén Este, dondequiera que gires la cabeza, encontrarás un asentamiento», dijo Risheq.
Mencionó el asentamiento E1 en Cisjordania ocupada, diciendo que desplazará a más de 5.000 personas de sus tierras.
El principal objetivo de todo esto es «crear hechos sobre el terreno y hacerse con el control de una amplia zona de Jerusalén y del valle del Jordán», afirmó.
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Texto original Agencia Anadolu,traducido del inglés por Sinfo Fernández.