Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.
La Campaña Palestina para el Boicot Académico y Cultural a Israel (PACBI) está profundamente preocupada por la decisión de la Asociación Mundial de Psiquiatría -Sección de Psiquiatría Transcultural (WPA-TPS)- de celebrar su Primera Conferencia Internacional sobre Psiquiatría cultural en los países del Mediterráneo en Israel en noviembre de 2012 [I].
Instamos a la WPA-TPS a sostener su compromiso con los estándares éticos, la dignidad y los derechos humanos reubicando esta conferencia en otro país que no sea estandarte de la injusticia que mantiene un régimen de ocupación, de colonialismo y apartheid [II], como lo hace Israel. También hacemos un llamamiento a todos los miembros de la WPA-TPS a que se abstengan de participar en la conferencia si se celebra en Israel.
Como profesionales, ustedes son muy conscientes de que Israel hace caso omiso del derecho internacional desde hace varias décadas. Dado que las potencias mundiales hegemónicas son cómplices activos en permitir y perpetuar las políticas coloniales y opresivas de Israel, creemos que la única vía abierta para lograr la justicia y el respeto del derecho internacional se sustenta en el trabajo por parte de la sociedad civil palestina e internacional para ejercer presión sobre Israel y sus instituciones cómplices para poner fin a esta opresión.
Deseamos hacer hincapié en que las conferencias de este tipo se han utilizado políticamente como una herramienta de las relaciones públicas de Israel contra el movimiento mundial por el boicot, las desinversiones y sanciones (BDS). Una fuente importante de noticias israelí informó recientemente de que muchos profesionales internacionales se mantienen alejados de Israel por sus violaciones del derecho internacional y respetan el llamamiento al boicot palestino [III]. Su participación en la organización de esta conferencia produce el efecto contrario e implica el rechazo concreto a la decisión de la sociedad civil palestina en su resistencia no violenta a la colonización y la opresión.
Más importante aún, las corporaciones médicas israelíes se han negado sistemáticamente a asumir su responsabilidad ética de velar para que sus instituciones y sus miembros no se involucren en graves violaciones de los principios médicos éticos universales, por no hablar de los derechos humanos fundamentales, en particular de los derechos de los palestinos a la vida y la libertad, además de pronunciarse contra la tortura y los malos tratos. Es en este contexto en el que esperamos que su asociación no preste su nombre para encubrir estas injusticias, para no hacer daño, en última instancia.
Muchos organizadores de esta conferencia son, sin duda, conscientes de las insistentes llamadas a las corporaciones médicas israelíes y a la Asociación Médica de Israel en particular (de la que la Asociación Psiquiátrica de Israel es miembro), para investigar la evidencia de la complicidad del personal médico, incluyendo médicos, en los malos tratos y la tortura de los palestinos en los centros de detención, prisiones y otras instalaciones bajo la supervisión de las fuerzas de seguridad.
En mayo de 2009, 725 médicos y profesores dirigieron una carta abierta al Consejo de la Asociación Médica Mundial (WMA) formada por 43 países de todo el mundo y coordinada por el profesor Alan Meyers de la Universidad de Boston y el doctor Derek Summerfield, de la Universidad de Londres [IV]. Los firmantes protestaron por el nombramiento del doctor Yoram Blachar, el Presidente de larga data de la Asociación Médica Israelí (IMA), como Presidente de la AMM, y pidieron su destitución. Según escribieron los firmantes «bajo el liderazgo del doctor Blachar, la IMA tomó hace años una decisión, por motivos políticos, de hacer la vista gorda a la tortura en Israel y la participación institucionalizada de los médicos». Las instituciones médicas y sanitarias palestinas apoyaron la iniciativa e instaron a la condena de la AMI [V].
El contexto en el que se hizo el reto a la Asociación Médica Israelí, y que sigue siendo ignorado por el IMA, es la Declaración de Tokio de la WMA (1975) que especifica que «los médicos no deberán favorecer, aceptar o participar en la práctica de la tortura u otras formas de procedimientos crueles, inhumanos o degradantes, y en todas las situaciones, incluidos los conflictos armados y los conflictos civiles». La Asamblea General Anual de WMA de 2007 dejó claro que la inacción no era una opción, afirmando que «esta es la primera vez que la WMA ha obligado expresamente a los médicos a documentar casos de tortura de los que tengan conocimiento. La ausencia de documentación y denuncia de tales actos podría considerarse una forma de tolerancia y de falta de asistencia a las víctimas» [VI].
Los autores de la carta también se basan en un informe de 1996 de Amnistía Internacional que concluye que los médicos israelíes que trabajan con los servicios de seguridad «forman parte de un sistema en el que los detenidos son torturados, maltratados y humillados de manera que coloca al médico de la prisión en conflicto con la ética de la profesión». Más tarde, Amnistía Internacional informó al Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas en septiembre de 2008. Amnistía Internacional centró su informe en la continua preocupación que tiene la organización por el rechazo de Israel a aplicar la Convención contra la Tortura en los territorios palestinos ocupados y la intensificación de las medidas que constituyen trato cruel, inhumano y degradante y castigo [VII].
La carta continúa explicando que en un informe de 2007 del Comité Público contra la Tortura de Israel (PCATI) se ofrece una demostración gráfica de la magnitud en que los médicos israelíes forman una parte integral y cotidiana de la gestión de las sesiones de interrogatorio cuyo resultado es la tortura. En noviembre de 2008, PCATI presentó una moción de desacato ante el Tribunal Superior de Justicia contra el gobierno de Israel y el Servicio General de Seguridad por su responsabilidad en una política que otorga a priori permiso para utilizar la tortura en los interrogatorios. El IMA no ha impugnado la tortura como política de Estado en Israel [VIII].
La carta del Presidente de la AMI apunta a una justificación del uso de «presión física moderada» (condenada por el Comité de la ONU contra la Tortura) y presentada en la revista médica internacional The Lancet en 1997, concluyendo que «sin duda [esta] acción sin precedentes, hecha por el presidente de una asociación médica nacional no ha sido repudiada… En la era de la medicina basada en evidencia, su rechazo al registro documental ha sido poco profesional y frecuentemente despectivo» [IX].
Organizaciones israelíes de derechos humanos, como B`Tselem, Médicos por los Derechos Humanos de Israel y el Comité Público contra la Tortura de Israel también han advertido de esta colusión [X]. Más recientemente, un informe hecho en 2011 por el PCATI y Médicos por los Derechos Humanos de Israel, llegó a conclusiones similares [XI]. Se recomiendan, entre otras medidas, que «El Ministerio de Salud y la Asociación Médica de Israel deben decididamente y de manera inequívoca anunciar al público su oposición a la tortura y a la participación de personal médico en la tortura. Se deben condenar sin ambages los casos en que los médicos abandonaron sus deberes éticos, ya sea mediante la participación en actos de tortura o malos tratos o por cualquier otro medio, y hacerlos responsables de sus acciones» [XII].
Es importante señalar que la respuesta de la clase médica de Israel a los llamamientos similares en los últimos años ha sido un rotundo silencio. Esto no es sino la persistencia de la complicidad.
Convocar a una conferencia patrocinada por el IMA, por lo tanto, constituye un rechazo de la apelación de más de 170 organizaciones de la sociedad civil que integran el movimiento palestino por el BDS. Específicamente, su encuentro violaría el llamamiento palestino al boicot por la contravención de la cláusula 1 de las «Directrices de PACBI para el Boicot Académico Internacional de Israel», donde se convoca a un boicot de eventos académicos (tales como conferencias, simposios, talleres, libros y exposiciones del museo) convocado y/o copatrocinadas por instituciones israelíes:
Todos los eventos académicos, ya sean celebrados en Israel o en el extranjero, y convocados o copatrocinados por las instituciones académicas israelíes o sus departamentos e institutos, merecen ser boicoteados por motivos institucionales. Estas actividades a sabotear incluyen paneles y otras actividades patrocinadas u organizadas por organismos académicos israelíes o asociaciones en las conferencias internacionales fuera de Israel. Es importante destacar que también se incluyen la celebración en Israel de las reuniones de los organismos y asociaciones internacionales [XII].
No estamos pidiendo en este momento el apoyo al boicot a Israel, sino simplemente no cruzar nuestra línea de piquete, no minar nuestra lucha por la libertad, la justicia y la igualdad.
Por lo tanto, hacemos un llamamiento a los miembros de la WPA-TPS para presionar para que la sede de la conferencia se cambie a otro país. En el caso de que esta petición no se cumpla, instamos a un boicot generalizado de esta conferencia. La falta de respeto al cuerpo profesional, y especialmente al que concierne a la dignidad de las personas, los derechos humanos y el bienestar, es suficiente para permitir un régimen de apartheid.
Acerca de PACBI y el movimiento BDS
En 2004, inspirado por el triunfo del boicot cultural a la Sudáfrica del apartheid, y apoyado por los principales sindicatos palestinos y grupos culturales, PACBI hizo un llamamiento para el boicot académico y cultural de las instituciones involucradas en la ocupación de Israel y el apartheid [XIV]. La convocatoria palestina de 2004 hizo un llamamiento a la comunidad académica internacional, para, entre otras cosas, «abstenerse de participar en cualquier forma de cooperación académica y cultural, colaboración o proyectos conjuntos con instituciones israelíes» [XV].
Después de esto, en 2005, una mayoría abrumadora de la sociedad civil palestina pidió una campaña global -BDS- basada en los principios de derechos humanos, la justicia, la libertad y la igualdad [XVI]. El movimiento BDS adopta una estrategia no violenta, moralmente coherente para hacer a Israel responsable de los mismos derechos humanos y las normas del derecho internacional como otras naciones. Se pide a la comunidad académica internacional que preste atención al llamado de boicot, como lo hizo en la lucha contra el apartheid de Sudáfrica, hasta que «Israel se retire de todas las tierras ocupadas en 1967, incluida Jerusalén Oriental, elimine todas sus colonias en esas tierras, acepte las resoluciones de las Naciones Unidas pertinentes a la restitución de los derechos de los refugiados palestinos y desmantele el sistema de apartheid» [XVIII].
Notas:
[I] http://www.wpa-tps.tel-aviv2012.com/
[II] En su última reunión en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el Tribunal Russell sobre Palestina llegó a la conclusión de que, «el control que hace el Estado de Israel sobre el pueblo palestino, dondequiera que residan, de manera colectiva equivale a un régimen único e integrado de apartheid http:// www.russelltribunalonpalestine.com / es / sessions / Sudáfrica.
[III] http://www.ynetnews.com/articles/0, 7340, L-4251806, 00.html
[IV] www.bricup.org.uk / documentos / médico / BlacharWMA.pdf
[V] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=464&key=health
[VI] http://www.bricup.org.uk/documents/medical/BlacharWMA.pdf
[VII] Ibid.
[VIII] Ibíd.
[IX] Ibíd.
[X] B’tselem (1991). El interrogatorio de palestinos durante la Intifada: ¿malos tratos, «presión física moderada» o tortura? www.btselem.org/download/199103_torture_eng.doc , Médicos por los Derechos Humanos-Israel (2008). Supervisión y transparencia en el sistema penal de Israel, de julio de 2008. Tel Aviv, Israel. www.phr.org.il/default.asp?PageID=119&ItemID=213 y el Comité Público contra la Tortura en Israel (2009), Rendición de Cuentas denegado: la falta de investigación y sanciones a la Tortura en Israel. Informe periódico de diciembre de 2009. www.stop la tortura . org.il / files / Accountability_Denied_Eng.pdf
[XI] El informe concluye: Nuestra experiencia en esta materia es clara: los profesionales médicos están, en efecto, entre los que trabajan para las autoridades que interactúan con los presos y toman parte en lo que sucede en el sistema penitenciario y en las salas de interrogatorio. Los profesionales médicos abandonan su deber al no documentar y denunciar la tortura, mediante la transmisión de información médica a los interrogadores; devolviendo a los interrogados a la custodia de sus interrogadores, cuando estén en peligro de ser expuestos a nuevas torturas o malos tratos, y en casos extremos, teniendo una parte activa en el interrogatorio. Debido a su situación social única, la presencia de profesionales médicos en las instalaciones donde se llevan a cabo torturas o malos tratos indica el límite entre lo permisible y lo inadmisible; otorga a los interrogadores de la ASI un sello de aprobación, ya sea explícita o tácita, de que su conducta es aceptable. Este tipo de comportamiento de los médicos tiene consecuencias de gran alcance para las víctimas de tortura o malos tratos: no sólo los profesionales médicos no sirven como recurso efectivo para las quejas de las víctimas de las lesiones infligidas por sus interrogadores u otras autoridades; su conducta, además, impide a la víctima la presentación de pruebas que pueden ayudar en la búsqueda de la justicia a través de diversos procedimientos judiciales y administrativos. ( http://stoptorture.org.il/files/Doctoring%20the%20Evidence%20Abandoning%20the%20Victim_November2011.pdf )
[XII] Ibid.
[XIII] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=1108
[XIV] http://pacbi.org/etemplate.php?id=869
[XV] Ibid
[XVI] http://bdsmovement.net/?q=node/52
[XVII] http://www.pacbi.org/etemplate.php?id=868