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En España cada día entran en prisión una media de 20 personas

La cárcel, alternativa a la crisis

Fuentes: Rebelión

En lo que llevamos de año han ingresado en nuestras prisiones 1380 nuevos presos. Los centros penitenciarios alcanzan ya la astronómica cifra de 74 mil personas presas. De ellas 16700 se encuentran encerradas en las 14 cárceles que tiene Andalucía, que alberga la 22% del total nacional. Estos datos convierten a España en el país […]

En lo que llevamos de año han ingresado en nuestras prisiones 1380 nuevos presos. Los centros penitenciarios alcanzan ya la astronómica cifra de 74 mil personas presas. De ellas 16700 se encuentran encerradas en las 14 cárceles que tiene Andalucía, que alberga la 22% del total nacional. Estos datos convierten a España en el país con la tasa más alta de presos de toda la Unión Europea. 156 por cada 100 habitantes.

La media en el continente es de 112 por cada 100 mil. Sin embargo, la tasa de delitos es menor que en el resto de la Unión. Las cárceles españolas, según los sindicatos penitenciarios, se encuentran saturadas en su capacidad llegando la media al doble de presos para las que están diseñadas. En algunos casos como en Martutene ,en San Sebastián o en Ceuta, la sobreocupación alcanza el 400%. Hay quienes sostienen, como el presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, que la actual crisis económica podría tener un efecto nada descartable en el aumento de la tasa de criminalidad.

También el juez Ventura Pérez Mariño ha publicado un artículo en el que «se aprecia un nuevo tipo de delincuencia, una nueva generación de infractores, no los típicos toxicómanos, sino consumidores esporádicos, faltos de dinero, que han tenido empleos eventuales que han perdido como consecuencia de la crisis y a los que tampoco sus padres pueden ayudar por escasear el dinero en casa.Delicuentes primerizos que no desean hacer daño a sus víctimas aunque empleen una mayor intimidación para cometer las infracciones».

Recientemente el diario Abc publicaba que en los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado se tenía la impresión de que a partir del segundo semestre del año 2009 se van a incrementar los delitos como consecuencia de que muchos no van a tener ningún tipo de subsidio ni ayuda para vivir. En la actualidad, según datos del gobierno, un millón trescientos mil parados ya no cobran ningún ingreso.

Una situación que el Director General de la Policía y de la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, ha relacionado con un previsible repunte de las tasas de criminalidad. También hemos conocido estos días que durante el pasado año se han ejecutado unas sesenta mil órdenes de embargo de pisos en nuestro país. 60 mil personas que se han quedado sin su vivienda en España.

Los datos además parecen avalar estas tesis: Según Instituciones Penitenciarias, unos 22 mil presos, un 30% del total, están encarcelados por delitos contra el patrimonio. A continuación es el tráfico de drogas es el delito que más presos genera con un total de 15000 reos. En estas estamos cuando para atajar la situación actual y la que se prevé, el nuevo titular del Ministerio de Fomento, José Blanco ha revelado que para combatir los efectos de la crisis se va a incrementar la obra pública, entre la que figura la construcción de más cárceles.

De hecho, el plan de infraestructuras penitenciarias contempla 12 nuevas macrocárceles hasta 2012. Blanco además ha puesto el énfasis en la apertura a la iniciativa privada a estas construcciones, por lo que siguiendo el modelo ya adoptado en EEUU y en Reino Unido, la reclusión será, lo es ya, una fórmula para ganar dinero, generar empleo y al tiempo encerrar a los excedentes, a los que sobran en el nuevo orden internacional. El Psoe así se suma a la tendencia de resolver los graves problemas sociales que está provocando la recesión económica a base de criminalizar conductas y no aportar remedios al desempleo que pronto tendrá unos niveles de verdadera emergencia social.

La que ya padecen tres millones y medio de desempleados. La alternativa para los desocupados será la cárcel. Los estallidos sociales de antaño, con una clase política ajena a los asfixiantes problemas de las personas y unos sindicatos enquistados en sus despachos liberados, serán ahora reacciones individuales. Explosiones de violencia personales de hombres y mujeres que en la necesidad cometerán delitos no ya para disfrutar de envidiables posiciones de riqueza de las clases acomodadas, sino por pura supervivencia.

En este panorama la llamada inseguridad ciudadana será jaleada por los medios de comunicación, que, ávidos de crear emociones en los espectadores, exprimirán crímenes execrables, pedirán más y más represión policial, condenas más duras, la cadena perpetua y la pena de muerte, llegado el caso.

Ya la extrema derecha del PP, con Javier Arenas al frente, se ha posicionado a favor del internamiento hasta la muerte, al socaire de las tragedias que padecen las familias que tienen la desgracia de perder un ser querido y cuyo dolor es utilizado por políticos sin escrúpulos que machacan el estado de derecho por un puñado, nada desdeñable, de votos.

Pronto veremos que los ultras arremeterán contra los nuevos excluidos, aprobarán leyes más duras y se irá ajustando el capitalismo a la nueva realidad que se dibuja donde unos pocos vivirán como dios y a otros muchos los mandarán al infierno de las cárceles que actuarán como cementerios de excluidos y despensa de mano de obra dócil y amaestrada para cuando el señorito disponga.