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La ganancia de Israel en el acuerdo de Egipto y Arabia Saudí sobre dos islas del mar Rojo

Fuentes:

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Tel Aviv podría usar el capital diplomático obtenido de su aprobación del acuerdo sobre Tiran y Sanafir para lograr apoyo en la cuestión palestina.

Dos pequeñas y deshabitadas islas, Tirán y Sanafir, montan guardia entre Egipto y Arabia Saudí en la boca del Golfo de Aqaba. Es única puerta de acceso de Israel a su puerto meridional de Eilat y sus conexiones comerciales vitales con el sudeste asiático.

Hace exactamente 50 años los egipcios restringían la navegación israelí a través de los estrechos de Tirán contribuyendo al estallido de la guerra árabe-israelí de 1967.

En un movimiento muy controvertido a principios de este mes el Parlamento egipcio aprobó la entrega de las dos islas del Mar Rojo a Arabia Saudí. A cambio Riad proporcionará 1.000 millones de dólares en préstamos e inversiones para ayudar a la debilitada economía de Egipto.

Pero mientras la transferencia ha provocado amplias protestas en Egipto, con oponentes alegando que equivale a «vender» territorio soberano de Egipto, Israel ha dado con el silencio su bendición al acuerdo.

Algunos observadores quedaron sorprendidos, sobre todo porque el movimiento de embarcaciones a Eilat pende de un tratado de paz firmado por Israel y Egipto en 1979. Efectivamente, Riad será ahora responsable de la defensa de las cláusulas del Tratado relativas a la navegación israelí por el estrecho.

Riad, a diferencia de Egipto, nunca ha firmado un acuerdo de paz con Israel y, al menos en apariencia, no tiene relaciones diplomáticas con ese país. Los dos se han considerado tradicionalmente como ultraenemigos en la región.

Frente contra Irán

Pero los analistas israelíes y palestinos dicen que la imagen de la hostilidad histórica entre los dos estados es obsoleta y que Israel tiene potencialmente mucho que ganar con el traspaso.

Los beneficios incluyen relaciones cada vez más normalizadas con Arabia Saudí y la oportunidad de traer a la superficie un frente militar y diplomático árabe-israelí emergente contra un enemigo común: Irán.

Pero quizás lo más importante, según los analistas, es que la mejora de las relaciones va a ayudar a Israel a aislar aún más a las dirigencias palestinas en Gaza y Cisjordania. Eso se sumará a la presión que se ejerce sobre ellos para aceptar arreglos de estatus final en las mejores condiciones posibles para Israel.

De acuerdo con Menachem Klein, profesor de política en la Universidad Bar Ilan, cerca de Tel Aviv, y experto en las relaciones entre Israel y Egipto, Israel contempla a Egipto y Arabia Saudí como dos agentes de poder árabe claves de la región.

«Israel quiere profundizar la seguridad y la cooperación diplomática con los dos países», dijo a Al Jazeera. «Se espera que con el tiempo utilice su influencia sobre ellos para obtener su apoyo para imponer una solución regional con los palestinos».

Cooperación en el Sinaí

Los lazos cada vez más estrechos de Israel tanto con El Cairo como con Riad, dijo Klein, han hecho posible una actitud cada vez más relajada hacia el tratado de paz de 1979, que exigía a Israel retirar sus fuerzas de ocupación del Sinaí.

En particular, señaló Klein, desde que Abdel Fattah el-Sisi llegó al poder en El Cairo en 2013, Israel ha hecho la vista gorda a la condición del Sinaí como una zona desmilitarizada. En cambio ha permitido que un número cada vez mayor de tropas egipcias se concentre en la península, en su frontera sur, para hacer frente a los grupos islámicos militantes allí y hacer cumplir el bloqueo de Gaza de Egipto, junto al propio sitio israelí.

«Los dos están definitivamente coordinados en el Sinaí», dijo Klein. «Aviones no tripulados israelíes sobrevuelan la zona con el permiso de Egipto y comparten inteligencia».

Mientras tanto, dijo Klein, ha habido numerosos informes de los saudíes y los israelíes normalizando las relaciones con acuerdos comerciales, de seguridad y de inteligencia. Se informa incluso de que Israel está entrenando a oficiales del ejército saudí.

Israel no planteó ninguna objeción al reciente anuncio de un acuerdo de armas de Donald Trump por 110.000 millones de dólares con Riad, aunque Israel por lo general se opone a cualquier movimiento que amenace a lo que denomina su «ventaja militar cualitativa».

Vínculos económicos con Arabia Saudí

Además el Times de Londres citó fuentes de Estados Unidos y árabes la semana pasada diciendo que Israel y Arabia Saudí están forjando lazos económicos que permitan a las empresas israelíes abrirse paso en el Golfo y permitir vuelos israelíes a través del espacio aéreo saudí. El informe se hizo eco de afirmaciones hechas en el Wall Street Journal el mes pasado.

Los medios israelíes han asumido que estos son incentivos de beneficio secundario como parte de la visita de Donald Trump a la región el mes pasado para ayudar al nuevo presidente de Estados Unidos a realizar su «acuerdo definitivo» para crear una paz en Oriente Medio. Su yerno y asesor, Jared Kushner, llegó a Israel la semana pasada. De acuerdo con los medios israelíes, el Gobierno de Estados Unidos tiene la intención de aumentar la presión sobre Israel y los palestinos para reanudar las conversaciones de paz.

Y como una nueva señal de estrechamiento de las relaciones entre Egipto, Arabia Saudí e Israel, hay informes de que El Cairo y Riad han reavivado un esquema para construir un puente de 10 kilómetros de largo que conecta las dos penínsulas en la desembocadura del Golfo de Aqaba.

Eso crearía un enlace ferroviario y por carretera que facilitaría el transporte de mercancías a Egipto y la disponibilidad de miles de puestos de trabajo para los trabajadores egipcios.

El plan fue planteado por primera vez en 1988, pero se cayó debido a las fuertes objeciones israelíes. Ahora parece que Israel ha dado su respaldo al proyecto. Otros informes sugieren que puede haber planes para extender una línea de ferrocarril entre Arabia Saudí y Jordania a Israel.

 Sueño hecho realidad

Las relaciones entre Israel y Arabia Saudí parecen reforzarse con el nombramiento de Mohammed Bin Salman, de 31 años, nombrado príncipe sucesor la semana pasada por su padre, el rey saudí.

Escribiendo para el diario israelí Haaretz, Daniel Shapiro, exembajador estadounidense en Israel, observó que el nombramiento de Bin Salman era «casi un sueño hecho realidad» para Israel. Se espera que el príncipe recién coronado elija como enemigo a Irán y sus aliados regionales chiíes y los convierta en su máxima prioridad.

«Estamos viendo un realineamiento regional», dijo Samir Awad, profesor de política en la Universidad de Bir Zeit, cerca de Ramala. «Si Irán es ahora el mayor enemigo, a continuación, los saudíes creen que necesitan el poder militar de Israel y su inteligencia para ayudar en esa lucha».

 Dijo a Al Jazeera: «Israel no les está negando nada a los saudíes en este momento».

La alianza se hace pública

Shawqi Issa, analista palestino y exministro de la Autoridad Palestina, dijo que Israel puede, de hecho, haber sido el empuje para la entrega de las islas de Tirán y Sanafir a Riad.

Una teoría es que Israel prefiere la complicidad de Arabia sobre las islas porque va a atar con eficacia los compromisos adquiridos por Riad con Egipto en el tratado de paz de 1979.

Una fuente anónima cercana a la familia real saudí dijo a Al-Monitor el mes pasado que la transferencia de las islas requeriría medidas de seguridad regionales más estrechas en el Golfo de Aqaba entre Israel, Arabia Saudí, Egipto y Jordania.

Eso, a su vez, permitiría la participación más efectiva de Israel en la vigilancia de las actividades de los militantes islámicos en el Sinaí.

Issa dijo a Al Jazeera: «Lo que es nuevo es que Arabia Saudí está ahora feliz de hacer pública su alianza con Israel contra Irán y cualquiera que se oponga en la región».

Estrategia de «afuera hacia adentro»

Pero según los analistas Israel tratará de valerse del capital que ha ganado con la aprobación del traspaso de las islas para recibir ayuda de Egipto y Arabia en la cuestión palestina.

Israel podría tratar de persuadir a El Cairo y Riad para apoyarle en sus planes de imponer a los palestinos un acuerdo sobre el estatuto definitivo potencialmente desastroso, dijo Issa.

La estrategia ya tiene un nombre entre los funcionarios israelíes y estadounidenses, que lo consideran bajo el enfoque de «afuera hacia adentro».

EE.UU. patrocinaría los acuerdos regionales de paz entre Israel y los países árabes fomentando las necesarias condiciones favorables para un acuerdo entre Israel y los palestinos.

Un acuerdo regional para normalizar las relaciones con Israel ha estado durante mucho tiempo sobre la mesa. Arabia Saudí, con el apoyo de la Liga Árabe, ofreció una amplia iniciativa de paz en 2002.

Israel la ha ignorado premeditadamente debido a que, a cambio, los países árabes esperaban el reconocimiento por parte de Israel de un Estado palestino.

El momento más débil hasta ahora

Sin embargo en las actuales circunstancias Israel podría tienen una mejor oportunidad de realizar un reparto más a su gusto.

«Los palestinos están en el punto más débil que nunca en su historia», dijo Issa. «Están divididos territorialmente entre Cisjordania y Gaza, su economía tiene graves problemas y la sociedad palestina se está quebrando a pedazos. Esta es la oportunidad de Israel de imponer cualquier solución que le apetezca».

Awad dijo que la mayoría de los países árabes ahora prefirieron centrarse en Irán por sobre la cuestión palestina. «Los palestinos se ven principalmente como un obstáculo para su estrategia regional».

«Si los estadounidenses no pueden obligar a los palestinos a aceptar un ‘acuerdo de paz’ ​​que sea bueno para Israel, se volverán sobre Arabia Saudí y Egipto para que lo hagan por ellos».

Mini-Estado en Gaza

Issa cree que las líneas generales de un plan de Estados Unidos e Israel-Arabia-Egipto para los palestinos están empezando a surgir.

Se ofrecería a Hamás un mini-Estado en Gaza, bajo la supervisión de Egipto, consolidando la separación del enclave con Cisjordania, dijo. Egipto y Arabia Saudí usarían como intermediario al exhombre fuerte de Gaza Mohammed Dahlan, un rival del presidente de la AP Mahmoud Abbas.

A principios de este mes los líderes de Hamás se reunieron en El Cairo con Dahlan. Según los informes Egipto quiere que Dahlan supervise en Gaza a cambio de aliviar la alarmante crisis humanitaria allí.

A cambio los estados árabes bombearían millones en la economía mientras Egipto abriría su paso de Rafah a Gaza y aumentaría el suministro de electricidad al enclave, aliviando sus cortes de energía actuales.

Ben Caspit, analista israelí, se refirió a un «programa secreto» la semana pasada que incluiría a los EE.UU., Europa, Egipto y los países del Golfo.

Citó una fuente militar israelí afirmando que iban a tratar de presionar a Hamás para que acepte un alto el fuego a largo plazo y se mueva hacia la desmilitarización a cambio de ayuda.

Issad dijo: «La crisis de Gaza da a Hamas una excusa para firmar un mal acuerdo diciendo que su gente no puede vivir así para siempre. E Israel podrá decirle al mundo que los palestinos tienen un Estado».

En cuanto a Cisjordania, Issa sugirió que los trozos de territorios que existen actualmente bajo control palestino nominal, en el plan israelí-estadounidense se convertirían en responsabilidad de Jordania.

«El peligro es que Ammán no pueda resistir la presión cuando proceda de Arabia Saudí, Egipto, Israel y Estados Unidos», dijo.

Fuente: http://www.jonathan-cook.net/2017-06-24/israel-egypt-saudi-red-sea-islands-deal/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.