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Con motivo del aniversario del inicio de la guerra civil

«La lectura del bando triunfante de la II Guerra Mundial tiende a ocultar la revolución»

Fuentes: Rebelión

Transcripción del programa especial dedicado al aniversario de la Guerra Civil española con la participación del historiador Daniel Omar de Lucía (Instituto Joaquín V. González) y Matías Eskenazi (Universidad de Quilmes). Julio de 2016


M.H.: En la madrugada del 18 de julio de 1936 comenzó la Guerra Civil Española, con la sublevación de Franco.

M.E.: De Franco y el General Mola que era quien estaba a la cabeza de las fuerzas sublevadas. Finalmente Franco tomó la dirección del proceso.

M.H.: Que estaba en Marruecos. Uno de los factores que hizo que el alzamiento nacionalista fuera un fracaso fue que falló el puente aéreo. Solamente ocupó una parte del territorio, no pudo ocupar las grandes ciudades, no pudo ocupar Madrid, ni las zonas industriales que quedaron en el campo republicano. Fundamentalmente, más allá de las anécdotas, hay un factor que tiene que ver con la reacción del pueblo español, de los obreros, los jornaleros el 19 de julio de 1936. Me gustaría que comenten qué pasó en ese momento.

D. L.: Concretamente el golpe fracasó y empezó la revolución. El golpe aceleró un proceso que ya venía gestándose. Ante un movimiento reflejo de las masas para impedir lo que era una represión fascista visible, con un gobierno nacionalista, estalló la movilización popular, la toma de armas por los sindicatos, contra la voluntad del gobierno republicano en buena medida. Eso hizo que en Barcelona, en Valencia, en Madrid, Oviedo y Asturias, entre otras, fuera derrotado lo que parecía un golpe triunfante. Eso marcó el inicio de la revolución y de la guerra civil también.

Por otro lado, hay que ver que hay un episodio previo a todo esto que es la revuelta de Asturias del ´34, una experiencia de ascenso de masas y de derrota por parte de las milicias obreras de lo que fue un intento de golpe. Mejor dicho, fue una revolución de masas intentando impedir una acción fascista.

M.H.: Veo que coinciden en el análisis. Yo me había referido diciendo «guerra civil/revolución» y Matías justamente señalaba que para él el 19 de julio había comenzado la revolución. Me gustaría que expliques cuáles son los elementos que te llevan a pensar que se trata de un hecho revolucionario.

M.E.: En la historiografía general, tendió a predominar durante mucho tiempo una visión asentada en lo que ha sido el bando triunfante de la II Guerra Mundial, es decir, los aliados, incluyendo a Stalin, que presentan a la guerra civil española como un prolegómeno de la II Guerra Mundial leída en clave de una lucha entre la democracia y el fascismo.

En este sentido, se habla de guerra civil porque se da entre un bando republicano y un alzamiento, el franquista, que tiene elementos fascistas y se asocia tanto a Mussolini como a Hitler, aunque éste no fue tan protagónico, pero apoyó.

Mientras que, por el otro lado, siempre se habla de la pasividad de las potencias democráticas, que en realidad es mucho más que pasividad, tanto de la Francia del Frente Popular de León Blum, como de una Inglaterra que tenía más simpatías, desde el punto de de vista político, con los franquistas que con los republicanos, y de esa única ayuda que viene de la URSS de mano de Stalin, pero que resulta insuficiente.

Esta es una lectura. Lo que pasa es que esta lectura tiende a ocultar precisamente la revolución. Y tiende a ocultar que el fascismo como fenómeno general en Europa, es la forma más cruda y descarnada de la contrarrevolución.

En España, otra lectura posible es el intento de golpe fallido en principio, pero triunfante luego de una guerra civil que incluso se alargó en el tiempo más de lo previsto; es una suerte de golpe preventivo contra un proceso revolucionario que encontraba nuevamente una fase de ascenso, en el sentido que una nueva república iniciada en el ´31 había pasado ya por varios vaivenes.

En el ´34 hubo un ascenso revolucionario que tiene dos factores claves, por un lado la Comuna de Asturias que es lo más significativo, pero el sublevamiento no se restringe a Asturias, en todo caso el problema es que esa insurrección no se extiende, como fue previsto, por otros lugares de la península ibérica.

La clave del período de Asturias y que condiciona toda la política en España hasta el ´36, es la Alianza Obrera, el frente único obrero entre distintas organizaciones, promovido por algunos de los destacamentos que no eran tan importantes numéricamente, sobre todo por quienes luego formarían el POUM, el Bloque Obrero de campesinos, la CNT de Asturias que no formó parte del POUM porque era anarquista, por la Izquierda Comunista española, etc. Se sumaron la gran mayoría de las organizaciones obreras, a regañadientes algunas, como el PC al final.

De esa experiencia queda una profunda derrota, 30.000 presos políticos, pero aun así la reorganización de las fuerzas obreras es acelerada. Después de un gobierno republicano de derecha, termina imponiéndose por un margen estrecho el triunfo del Frente Popular. Un Frente Popular que está preñado de múltiples contradicciones, pero que tiene en el caso español el carácter específico de estar condicionado por el proceso previo del octubre asturiano y por los 30.000 presos políticos, así como por una inestabilidad profunda de la república.

Todo este conjunto de factores ayuda a una efervescencia y coloca una olla de presión sobre un gobierno muy débil y con un descontento acumulado de una España profundamente conservadora.

En ese sentido la posibilidad de un golpe era en muchos casos un secreto a voces, algo de lo que se descreía pero que venía manejándose. Es precisamente la falta de crédito que le da este gobierno de Frente Popular a ese intento de golpe, la falta de reacción y, por el contrario, la reacción inmediata de las fuerzas obreras que se movilizan de manera masiva y espontánea, demandando armas y obteniéndolas a regañadientes, tomando por asalto las cárceles, casi sin armamentos como en el caso de la cárcel modelo de Madrid.

Es ese proceso el que impone una dinámica de una revolución absolutamente profunda, en el sentido de lo espontáneo, como un reguero de hongos prácticamente, de infinidad de comités que toman en sus manos y organizan aspectos de la vida cotidiana, sobre todo en Cataluña, donde es más profunda la revolución.

En pocos días y con la marcha de columnas obreras organizadas espontáneamente, logran parar primero el golpe en las principales ciudades y luego marchar al frente para lograr estabilizar la situación. Se consigue una situación en la que existe un gobierno republicano en los papeles, pero que no gobierna absolutamente nada, no tiene ningún poder real. Su único poder es seguir en pie a pesar de no controlar nada. No fue destituido por un gobierno obrero, pero los comités pasan a controlar las fábricas, imponer el control obrero de la producción e incluso planificarla, pasan a controlar los abastecimientos y la distribución de los mismos. Ocupan tierras, las telecomunicaciones, el transporte, los puertos, todos los resortes fundamentales pasan a estar en manos de comités constituidos directamente por trabajadores o por una composición heterogénea de las distintas fuerzas revolucionarias. Lo cual da una dinámica particular al proceso pero esto requiere un desarrollo ulterior para pensar cuál es el carácter de la disputa y la organización de este poder revolucionario.

España era una sociedad con muchas contradicciones, en la cual no era viable una democracia liberal burguesa

M.H.: Daniel, ¿cómo era la España de aquella época?

D.L.: Como decía Matías sobre la versión oficial, el fascismo y la democracia; se suele decir que en España no era posible la revolución. En realidad no era posible la democracia liberal, no era posible porque no existía, porque había sido desbordada por derecha y por izquierda en muchos sentidos.

Otra cosa que vale la pena aclarar, es que los gobiernos republicanos, incluso los progresistas, habían reprimido. Reprimieron movimientos de masas, como por ejemplo un episodio que se dio en el ´31 y que se llamó «Casas Viejas» que fue terrible, y la derecha también lo hizo. No obstante, en el ´36 es evidente que España era una sociedad con muchas contradicciones, en la cual no era viable una democracia liberal burguesa, por eso el enfrentamiento del bloque obrero con el bloque fascista.

Por otro lado, en España se aplica la teoría del eslabón débil de la cadena, en el ´36 España era ese eslabón, con todas las contradicciones de una sociedad que no se había integrado a un orden burgués sólido, con contradicciones regionales y que también sobredimensiona mucho el proceso.

Todas estas condiciones hicieron que un bloque de izquierda pudiera llegar a sustituir en el poder al gobierno burgués, con las contradicciones inevitables y con un grado de autonomía mayor que en el caso de los soviéticos.

No sé si eso es bueno o malo. Pero también, todas estas contradicciones hacen que, por otro lado, el bloque fascista tuviera apoyo popular. Hay contradicciones regionales en España, sectores muy humildes por ejemplo, que estuvieron del lado de los fascistas, el caso de Navarra. Aunque el elemento fascista era relativamente débil en el ´36.

M.E.: Es muy interesante analizarlo como discutíamos hace poco en las pequeñas pero muy interesantes jornadas que organizaron los compañeros de Cuadernos de Marte. En la víspera del alzamiento de los nacionales y de la Revolución española, los dos partidos más pequeños eran el Partido Comunista y el Partido Falangista, uno por lado. Son precisamente los que terminan en el ´39 hegemonizando de distintas maneras, porque en realidad el lado nacional no es tan hegemonizado por los falangistas, sino que hay un proceso de asimilación y adaptación que es diferente.

Son los dos partidos que terminan teniendo mayor presencia al final del proceso. Ambos tenían poca influencia de masas en un inicio, y terminan pasando a formar parte del aparato del Estado, el PC a ser parte de la restauración burguesa directamente, dominando la situación, para luego, en el caso del PC de la República, terminar en una desbandada.

D.L.: El tema tanto de la Falange como del PC es que eran partidos pequeños pero cada cual en su estrategia, era audaz. La Falange en el campo de derecha un partido dinámico, con esa cosa fascista que terminó seduciendo a sectores que se incorporaron a última hora, incluso gente que venía de la izquierda.

A la vez el PC ganó espacio en el campo republicano porque tomó la defensa incondicional de la propiedad burguesa y eso hizo que los sectores medios que apoyaban al campo republicano se volcaran directamente. Esto es visible en Valencia y en Cataluña; en Valencia el PC en el ´37 aplastó la revolución, en Aragón también. Ese es el tema de la lucha que se dio en ambos campos, en el fascista la lucha de tendencias y en el campo republicano la lucha de clases.

M.H.: Hay algunas cuestiones que me gustaría que se aclaren, porque hay muchas afirmaciones respecto del atraso de España, en cuanto a las estructuras arcaicas, el latifundio, el papel de la Iglesia. Había un cura cada 500 habitantes, por ejemplo. Pero paralelamente hay una gran cantidad de asalariados, 2 millones de obreros industriales, 2 millones de obreros rurales, 1 millón y medio de campesinos que destinan parte de su tiempo por un salario y 1 millón de artesanos. Entonces quisiera volver sobre este tema, porque también es cierto que una de las reivindicaciones fundamentales, no solamente de la Revolución española y las masas, sino que previo a esto, era la reforma agraria.

D.L.: Lo que decía recién se aplica a esto, España es el eslabón débil de la cadena y como tal se aplica lo que se llama desarrollo desigual combinado, una combinación de estructuras muy arcaicas, muy atrasadas lo cual se refleja políticamente y, por otro lado, también grandes centros industriales con esa cantidad de obreros muy concentrada. Lugares de España como Asturias, Barcelona, Madrid donde hay un gran peso de los obreros. Esto estuvo presente en la Revolución Rusa y en casi todos los lugares donde hubo revoluciones anticapitalistas, el fenómeno del desarrollo desigual y combinado con una presencia de obreros que numéricamente es importante.

Lo de la reforma agraria es indudable, se venía de una tradición de luchas muy fuerte en España que tuvo una expresión grande y un poco olvidada, que fueron las huelgas de Andalucía del ´17 al ´20, un reflejo a la española de la Revolución Rusa, lo cual también explica el peso del anarquismo en España. El anarquismo es un movimiento más de países donde el conflicto campesino sigue siendo fuerte.

M.H.: España fue su último gran escenario.

D.L.: Sin dudas. Por un lado un movimiento obrero con una tradición artesanal. Por otro lado, insisto, la formación del comunismo agrario en Alto Llobregat, que fue reprimido en Cataluña, el movimiento de Casas Viejas en Andalucía que fue reprimido por el gobierno de manera terrible, llegó a prender fuego en vida a un par. Lo de Asturias en el ´34 también fue acompañado por un movimiento agrario y en el ´36 con un movimiento de tierras muy importante, el gobierno había dictado una ley que era bastante audaz pero que no se estaba aplicando del todo.

M.H.: La de 1932.

D.L.: Sí. Pero las masas lo llevaron más lejos. Y la colectivización del campo, con las industrias agropecuarias en el caso de Aragón o en el caso de Cataluña que es un proceso contradictorio porque muchos campesinos pequeños no se querían colectivizar, es un tema complejo pero interesante.

M.E.: Más allá de las condiciones estructurales que están planteadas, hay un fuerte atraso en España en términos de desarrollo capitalista. Creo que una de las particularidades que hay que tener en cuenta para analizar el proceso de la revolución española, tiene que ver con la formación histórica de la clase obrera española y de sus formaciones desde el punto de vista tanto sindical como político. Es un caso muy diferente, se trata de un país donde el movimiento obrero está fuertemente centralizado, pero a su vez partido en dos centrales sindicales predominantes: la UGT socialista y la CNT que es un caso particular, porque es falso que sea exclusivamente anarquista, tiende a serlo más en estos años porque la FAI pasa a tener un dominio con una política bastante sectaria hacia el interior.

Muchos de los dirigentes que fueron primero fundadores del Partico Comunista español, recordemos que es un partido muy pequeño, y para el ´36 la gran mayoría de ellos no forman parte del PC sino que son expulsados o rompen por izquierda, como Nin, Maurin, Gorkin, Gironela, etc., forman parte del POUM para ese momento, y fueron también militantes de la CNT. Sin ir más lejos, Andréu Nin se va de España y participa del 2º Congreso de la Internacional Comunista como delegado de la CNT. Adhiere, no en un sentido pleno, y pasa a formar parte de la Internacional Roja y hace su experiencia como máximo dirigente. Ese es su origen, al igual que muchos dirigentes obreros. Con lo cual esas relaciones son muy fluidas y en estas dos grandes formaciones tenemos una diversidad de organizaciones políticas de base obrera. Ya mencionamos al POUM, fruto de la fusión del Bloque Obrero y Campesino y de la Izquierda Comunista española, que viene anteriormente de la Oposición de Izquierda Internacional.

M.H.: Con alguna influencia en Barcelona.

M.E.: Con fuerte influencia en Cataluña, porque la base del POUM era catalana y era la federación obrera más grande. Tenía alrededor de 7.000 militantes al momento de la revolución. Pero incluso las juventudes tienen una fluidez muy grande, la Juventud Socialista y la Comunista tienen políticas diferentes, la Socialista tiene momentos de aproximación hacia la izquierda, está partida en tendencias internas, la tendencia de Carrillo que va a terminar siendo el referente del PC español durante todo el franquismo, por ejemplo. Y para el ´36 se crean las Juventudes Unificadas.

Esto a su vez está atravesado por los regionalismos, porque la organización de las fuerzas obreras en Cataluña no coincide necesariamente con la del resto de España, lo mismo sucede en Asturias. Estas formaciones llevan a condiciones muy difíciles, novedosas y diferentes a Rusia, en las que los partidos obreros deben enfrentar el desafío de la revolución, probablemente con un proceso de consolidación menor, más corto, de menor madurez y con un plano internacional en el que tienen que enfrentar una guerra civil ya desatada con el fascismo de un lado y el proceso ya acelerado no solo de estalinización de la Internacional Comunista, sino que además la guerra civil española es contemporánea con el proceso de la colectivización forzosa en la URSS y con los juicios de Moscú, lo cual no es un dato menor.

Hubo un anarquismo que se subordinó por completo a las directivas del Partido Comunista

M.H.: Y con la línea de los frentes populares, la alianza con la burguesía democrática.

M.E.: Esa va a ser la línea del PC que es un partido más pequeño burgués que proletario en España. De hecho cuando uno analiza cuál es su composición y su proceso de crecimiento, «la sombra de la burguesía» como decía Trotsky que era primero la Izquierda Republicana y otros pequeños partidos sin real peso, termina asumiéndola el PC.

Me parece importante tener esto en cuenta porque hay un proceso muy fuerte y ese papel contrarrevolucionario y los métodos con que se aplica ese rol de recomposición burgués primero y de abierta represión y terror por parte del PC en la zona republicana, es difícil de entender si no lo asimilamos con lo que se vio en la URSS con los procesos de Moscú. De hecho el PC trata de instaurar un proceso de Moscú en España, el del Comité ejecutivo del POUM y lo lleva adelante.

D.L.: Hay toda una historia de masas acá que no sucedió tanto en Rusia, siempre comparando con la Revolución Rusa.

M.H.: Me llama la atención la cantidad de comités y juntas.

D.L.: Sí. Es una tradición que hay en España de organización de base. Por eso insisto un partido más de masas y con mayor autonomía. Lo que diferencia fundamentalmente con el caso soviético es la autonomía.

Sobre el caso del anarquismo habría que decir que es la corriente mayoritaria y son los menos autocríticos sobre todo lo que pasó. El anarquismo tuvo grandes diferencias y visiones políticas muy diferenciadas. Hay un anarquismo de base combativo, colectivizador, de combatir en la calle que fue el de Durruti en Cataluña, el de Ascaso en Aragón y en Valencia también; pero hubo un anarquismo que se subordinó por completo a las directivas del PC, se comportó como socialdemócrata y prácticamente aceptó la política del PC.

M.E.: Es que había una corriente mayoritaria del anarquismo que puesta frente a la revolución y a tener que tomar decisiones políticas, pone en evidencia que su apoliticismo era una expresión complementaria y negativa de un sindicalismo a secas. La dirección de la CNT, era un sindicalismo apoliticista, renunciaba a la política pero para eludir el problema, cuando hay que tomar posición y resolver se niegan a constituir un gobierno obrero pero terminan aceptando compromisos crecientes.

M.H.: Son liberales.

M.E.: Está atravesado por muchísimas contradicciones. Por dar un ejemplo, Mujeres Libres, la organización femenina de los anarquistas, tiene una posición muy de izquierda, revolucionaria y muy crítica, que se diferencia profundamente de este proceso, porque no aceptan entrar al movimiento de mujeres anti fascistas.

D.L.: Es muy interesante, incluso se negaron a condenar la represión al POUM, argumentando que era una pelea entre autoritarios, lo cual es discutible, porque el POUM también fue sectario, igual que los anarquistas. Insisto porque los anarquistas siempre han pasado a la historia como los mártires, los santos de toda esta historia y no es así, cometieron grandes errores y además no hubo un campo unificado, tuvieron un anarquismo de base muy rescatable y otro que evidentemente no lo fue.

Volviendo a lo que hablábamos en cuanto al contexto internacional, que me parece importantísimo, es interesante lo que pasa en España porque el PC tiene características muy particulares. Se dice que en lugares como Valencia, donde había hasta un centro de derecha que siguió fiel a la República, se hicieron del PC, gente de mucha plata, porque era la fuerza que tomó la defensa de la propiedad privada. Paradójicamente 40 años después el PC se llevó las palmas de la resistencia al fascismo, al franquismo, porque fue la fuerza más importante durante la era franquista, cosa que el PSOE no.

La Revolución Española es importante por la vitalidad del pueblo

M.E.: Eso ya sería para otra historia, pero entre los corolarios de la importancia de lo que representaba la Revolución española como posibilidad histórica, como cierre de un ciclo histórico de apertura, como todo un proceso en el que lamentablemente hubo grandes errores, evidentemente si una revolución no triunfa es porque no se hizo bien, pero eso no desmerece en absoluto el proceso y lo que podía representar, que era la esperanza de otra revolución que de alguna manera ponga en movimiento y deshiele el proceso de burocratización de la URSS.

Lamentablemente eso no sucede y los efectos de esa derrota se hacen sentir en la post revolución. El franquismo representa eso de alguna manera, el asentamiento de capa sobre capa de fuerzas conservadoras, incluso en el movimiento obrero. Con resistencias descontinuadas. Pero aun así es paradójico que el partido que es artífice de la contrarrevolución en el bando republicano, es el que luego no parece pagar los costos de esa derrota en el mediano plazo en España gracias justamente al renovado prestigio que obtienen este tipo de burocracias a partir del resultado de la Segunda Guerra Mundial.

Todo esto no deja de ser paradójico, incluso tiene sus efectos en el carácter de la transición post franquista. Todavía hoy, de múltiples maneras podemos ver los efectos acumulados de estos procesos sobre la realidad española actual y lo que es lamentable, pero hay que decirlo, la completa orfandad de las izquierdas en España en este momento. Si analizamos la actualidad española, el ciclo de Podemos es expresivo de la velocidad con la cual una formación que se propone como alternativa, se desembaraza aceleradamente de cualquier bandera que la pueda identificar como de izquierda, con tal de penetrar algún tipo de proceso institucional tratando de buscar alianzas. La socialdemocracia hoy en España sería de ultra izquierda.

D.L.: Izquierda Unida es la socialdemocracia.

M.E.: Y sí, cogobernando con el PSOE.

D.L.: Sí, es un tema más complejo. De todas maneras esta es una discusión moderna, pero cuando hablamos de Podemos tenemos que preguntarnos hasta qué punto son de izquierda. Se está haciendo pasar por izquierda el cualunquismo más barato que hay. En nombre de superar viejos dogmas se ha llegado al cualunquismo más barato que es lo que pasa en Europa. No habría que engancharse. Igualmente creo que habría que hacer un balance crítico, yo creo que la Revolución Española es importante por la vitalidad del pueblo, los que a lo mejor no estuvieron a la altura fueron las corrientes políticas, en donde hubo un sectarismo criminal, en el PC, pero también hubo sectarismo de abajo, como pudo ser el del anarquismo o también el del POUM en algún aspecto. Al punto de llegar a decirse que se peleaban guerras por separado. Porque también se puede criticar el discurso del PC, de que todo se tiene que unificar, pero tampoco se puede hacer una guerra en donde uno festeje cuando pierde el supuesto aliado. Es complejo el tema.

M.E.: Una pequeña digresión. Hay que analizarlo, pero para la gran mayoría hablar de la CNT y del POUM es tal vez desconocido. Creo que en el caso del Partido Obrero de Unificación Marxista, el principal error y que lo ha tenido muchos, no pasa tanto por un sectarismo sino por un seguidismo hacia el anarquismo. Seguidismo que es entendible en el sentido de una lectura de poder correcta en principio, de que ahí estaba la fuerza que ellos no tenían como partido, pero que al mismo tiempo desde el punto de vista de su política y en aras de evitar el aislamiento, que fue la gran preocupación de una dirección que no había llegado a consolidarse porque se había fundado un año antes, cedieron demasiado terreno hasta que se encontraron en una posición de haber sido artífices y de favorecer su propia supresión como fuerza política y de izquierda.

M.H.: » Cuidado que viene el Tercio»

La legión ha entrado a España.

Hombre, cuida a tu mujer

obrero, guarda tu casa.

Mira que vienen los lobos

con el desierto en el alma.

Pobre colono, defiende

tu finca, la hipotecada,

que no te van a dejar

ni verdura ni majada.

La Legión ha entrado a España.

Cierra, pequeño burgués

tu tienda de renta flaca.

Guarda tu novia, muchacho,

de la hez condecorada.

Prostituta, ten cuidado

que no te invadan la casa

los rufianes de la arena

que pegan pero no pagan.

La Legión ha entrado a España.

Cura, cuida a tu sobrina

y el tesoro de tu arca.

Tahúr, ándate a los puertos

que para fulleros basta.

Bodeguero, tus corambres

esconde en la cueva vasta

que ya vienen los que traen

el desierto en la garganta.

La Legión ha entrado a España.

Que ya vienen galopando

sobre la angustia de España,

asesinando palomas

y fusilando cigarras,

que ya vienen galopando

sobre la angustia de España

los soldados enemigos

de la dignidad humana.

La Legión ha entrado a España.

Poema de Raúl González Tuñón. Hay toda una poesía dedicada a la Guerra Civil española por parte de este poeta argentino que vivió y se involucró activamente, fue corresponsal, pero había visitado anteriormente España. Era amigo de Miguel Hernández, de Rafael Alberti, de los grandes poetas españoles de la época. Otro que estaba como embajador o cónsul era Pablo Neruda en Madrid.

M.E.: Neruda no está entre mis simpatías en ningún sentido, ni siquiera como poeta. Podemos recordar también a García Lorca, asesinado por los nacionales en el contexto de la Guerra Civil, no solo por zurdo sino también por homosexual.

M.H.: Al comienzo de la Guerra Civil.

M.E.: También a George Orwell quien estuvo como combatiente en el Frente de Aragón, donde cayó por casualidad pero luego se encariñó y defendió a la República desde ese lugar.

M.H.: Tiene un libro Orwell.

D.L.: » Homenaje a Cataluña».

M.H.: Aunque es más conocido por «1984». Ese es el otro aspecto, una cantidad de escritores y artistas que se comprometieron con el campo republicano.

M.E.: También Hemingway.

D.L.: Un rescate para hacer sobre los militantes en Argentina, porque se habla mucho de los comunistas y de algunos anarquistas, pero también hubo una dirigente del POUM.

M.E.: Mika Feldman junto a Hipólito Etchebéhère , ambos van primero a Alemania, asisten a la caída del proletariado alemán sin combate frente al ascenso del nazismo; ellos eran oposicionistas, no trotskistas en el sentido estricto, y luego se suman al POUM. Mika termina siendo la única mujer capitana en el frente de Madrid.

M.H.: Hay un documental que se estrenó el año pasado.

M.E.: Sí, hecho por documentalistas argentinos, y también Eudeba editó «Mi guerra en España» que es el diario de Mika, que es muy recomendable. Una ligazón muy local pero muy significativa es lo que representa en el curso de la Revolución española el personaje de Mika.

D.L.: Hay un episodio del internacionalismo que es para rescatar, la batalla de Guadalajara, que estaba en el poder los franquistas en el ´37 y ocupada por tropas de fascistas italianos. El bando republicano decidió tomar Guadalajara y los encomendó a los brigadistas italianos del Partido Comunista y del Partido Socialista que combatieron con sus enemigos de clase, por decirlo de alguna manera. Y luego hicieron una política de confraternización con los fascistas, tomaron prisioneros y muchos se sumaron al bando republicano. Es un episodio muy interesante porque hay una aplicación en concreto del internacionalismo obrero.

M.H.: Parafraseando a mi colega en «Ciudad Cultural» Héctor Freire, recomiendo dos clásicos «Morir en Madrid» y «Tierra y Libertad», dos películas que ilustran los acontecimientos a los que estamos haciendo referencia.

M.E.: «Tierra y libertad» está basada, entre otras fuentes, en este «Homenaje a Cataluña» de Orwell, el personaje principal se construye a partir de una paráfrasis de lo que es la trayectoria de Orwell con lo cual tiene mucha relación con lo que venimos hablando.

M.H.: Porque la Guerra Civil española ha dado lugar a una producción literaria y cinematográfica muy grande.

D.L.: Una apropiación nada inocente, porque hay un discurso de la transición española muy consciente, apoyado incluso por sectores de izquierda que se manifestó en el cine, como que todo eso fue lindo pero fue. También hay una serie de películas de la Guerra Civil española que intentan mostrar que eran movimientos sin conciencia política, en los que participaban de manera accidental. Una película como «Ay Carmela», entre otras, que toman lugares comunes de la guerra también, ha dado una imagen muy dibujada.

M.E.: Independientemente de los balances y las discusiones, que vale la pena hacer porque se trata de un proceso clave no solo en ese período histórico sino en la historia del movimiento obrero internacional, invaluable como experiencia. En este sentido, el hecho que siga siendo materia de discusión apasionada resalta todo su valor.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.