Israel ha sido un gran sostén de los gobiernos ultraderechistas de América Latina. Apuntaló a Uribe, Bolsonaro, Novoa y a todos los candidatos de la reacción. Pero la estrecha relación que ha establecido con Milei supera todos los precedentes. La simbiosis del mandatario argentino con Netanyahu es un caso extremo de subordinación al sionismo.
Milei viajó a Tel Aviv para convalidar el bombardeo a Irán y el asesinato de los niños que buscaban comida. Proclamó que “Israel está salvando la cultura occidental” y ponderó la “hidalguía” de los mayores criminales del siglo XXI.
Por esa celebración y por su apoyo a la mudanza de la embajada argentina a Jerusalén recibió un premio millonario (Schachter, 2025), con destinos tan misteriosos como todo el dinero que ingresa a los bolsillos de los hermanos Milei.
En sus discursos de agradecimiento, el anarcocapitalista repitió sus conocidas alabanzas a la libertad, que en este caso implicaron carencia de restricciones para continuar la matanza de la población palestina (Elbaum, 2025). Esa ferocidad fue explícitamente convalidada por el vicepresidente de la principal institución sionista de Argentina (DAIA). Ese individuo proclamó sin ningún filtro, que salvo tal vez “los niños de menos de 4 años, no hay civiles inocentes en Gaza” (Pikholtz, 2025)
A tono con ese clima de aprobación de la masacre, Milei auspició una visita de Netanyahu a la Argentina, para demostrar que ofrece refugio a un homicida con orden de captura internacional. En la misma línea de sostén a las matanzas, la cancillería rechazó el reconocimiento del Estado Palestino en las Naciones Unidas y participa del minúsculo grupo que se opone a todas las resoluciones críticas del genocidio.
SUMISIÓN EXTREMA
Milei pretende involucrar a la Argentina en el conflicto de Medio Oriente con algún gesto de mayor porte. Trabaja para perpetrar esa acción, reforzando el entrelazamiento de las fuerzas de seguridad de ambos países. Esa conexión es financiada con el colosal incremento de los gastos de Inteligencia, cuyo control por parte del Congreso ha sido bloqueado por el Ejecutivo.
El desbocado anarcocapitalista forjó un compromiso personal muy intenso con el sionismo. Varios millonarios argentinos de esa orientación (Elsztain, Sielecki, Werthein, Epstein) financiaron su campaña electoral y manejan parte de su equipo gobernante. Para extremar la fidelidad a sus aportantes, Milei prometió convertirse al judaísmo y adoptó el credo de la vertiente ultraortodoxa Lubabitch, que le dicta el libreto a seguir en sus periódicas visitas a Estados Unidos.
Esa postración incluye la persecución de los denunciantes del genocidio en Argentina y la colaboración con los jueces intimidados por el sionismo. La campaña para atemorizar, transita por e acusaciones de terrorismo a los periodistas que difunden las masacres. También se procesa mediante amenazas a los dirigentes de izquierda que levantan su voz contra las matanzas. Las causas abiertas en los tribunales tienen ese evidente propósito de coacción.
La influencia del lobby que impone ese acoso es tan grande, que ha logrado anular las informaciones sobre Gaza en los principales medios de comunicación. Las figuras más renombradas de la propaganda derechista (Eduardo Feinmann, Alfredo Leuco) se han convertido en voceros directos de la embajada de Israel. Hacen flamear esa bandera en sus programas y emiten, sin ningún rubor, todos los materiales de propaganda del ejercito sionista.
El simple relato del genocidio está censurado no solo en la prensa hegemónica, sino también en muchos programas críticos del oficialismo. Tampoco se mencionan las marchas callejeras a favor de Palestina en el país y la voz de los artistas solidarios con esa causa es rigurosamente acallada.
El fanatismo oficial con el sionismo se traduce en mayores compras de armas a Israel. El lobby forjado por la ministra Bullrich y sus socios (Yanco y Montoto) ha copado todos los organismos de seguridad y asegura partidas millonarias para los proveedores de Tel Aviv.
Es grupo de presión organiza frecuentes reuniones periódicas -con la presencia de popes de la casta empresaria, judicial y militar- para promover y concertar con los colonialistas de Medio Oriente. Ya preparan a todo vapor el “Encuentro Empresarial Argentina-Israel 2026”, para incrementar las compras de material bélico y policial.
El Mossad transita además por todas las instancias nacionales de la Inteligencia como por su propia casa. Adiestra espías, entrena infiltrados e instruye gendarmes, para enseñar las brutalidades que implementa en Cisjordania.
Los Memorándum de “cooperación contra del terrorismo” -que firma Milei en sus encuentros con Netanyahu- no son formalidades protocolares. Algunos conocedores de esos compromisos, consideran que incluyen promesas de envío de tropas argentinas a Gaza, si prospera el plan colonial de Trump y Blair para esa localidad (Fraga, 2025).
LA CAPTURA DE LA POLITICA EXTERIOR
La sumisión de Milei al sionismo no es tan solo otra mancha más en el prontuario de la ultraderecha. Es un episodio extremo de la prolongada tendencia a subordinar la política exterior argentina a las exigencias de Israel. Ese curso se ha verificado en presidentes de distinto tinte partidario.
Argentina ocupa un lugar protagónico en las relaciones de América Latina con Medio Oriente por esa gravitación del sionismo. La captura de la cancillería del país por parte de Tel Aviv comenzó con el menemismo y ha sido profundizada por los gobiernos posteriores. Ese alineamiento fue detonado por los atentados a la Embajada de Israel (1992) y a la AMIA (1994), que desembocaron en un turbio entendimiento de los funcionarios de ambos países para culpar a Irán.
Menem utilizó esos episodios para acentuar el giro pronorteamericano de su administración y el consiguiente sometimiento a Israel. Los enviados de Tel Aviv convirtieron a sus enemigos del momento (Irán, Hamas, Hezbollah) en antagonistas perdurables de Argentina. También capturaron el control de los servicios de Inteligencia, la estructura de la Defensa y parte del poder judicial. El punto de partida fue el monitoreo que hizo el Mossad de las investigaciones de ambos atentados.
Esa captura explica el vergonzoso resultado de ambas causas. Sobre el estallido en la embajada se impuso un cono de sombra que impidió saber algo de lo ocurrido. La Corte Suprema se apropió de los indicios, para ocultar lo sucedido y simplemente archivó el tema. El itinerario que siguió la investigación incluyó todas anomalías imaginables para desviar la pesquisa y encubrir a los responsables (Salinas, 2024a).
Los jueces, fiscales, diplomáticos, policías, militares y espías con algún conocimiento de lo ocurrido fueron acallados y se instaló el libreto que escribió el gobierno israelí y repitieron sus voceros argentinos. Para culpar a Irán difundieron una caprichosa e incomprobable versión del atentado, sostenida en la destrucción de pruebas, el encubrimiento de la complicidad policial y el metódico ocultamiento de la participación los sicarios argentinos en lo sucedido.
Esos datos fueron enmascarados en una historia oficial del atentado, forjada mediante el soborno de testigos, la inculpación de inocentes y el mareo de toda población con pistas inverosímiles. Se mencionó a inhallables responsables localizados a miles de kilómetros y se descartaron los indicios de culpables locales, muy próximos y conocidos por todos los investigadores (Lutzky, 2025).
Para consumar una estafa político-judicial de esa envergadura, contaron con la complicidad de las principales instituciones de la comunidad judía, que siguieron puntualmente las órdenes de encubrimiento emitidas por los gobiernos israelíes.
Menem inauguró esa entrega de la soberanía en sintonía con su política económica neoliberal. La continuidad de ese rumbo por parte de Macri no introdujo ninguna sorpresa. El líder del PRO reforzó la nube de fantasías construidas en torno a los atentados, para estrechar los vínculos militares con Israel. Dio rienda suelta a la compra de armamentos y mantuvo a pleno la campaña anti iraní.
Milei ha profundizado esa subordinación con delirios y payasadas nunca vistos. Asume el perfil de un creyente judío ultraortodoxo para afianzar el empalme con Netanyahu. Justifica las masacres con discursos de crueldad, que emparentan al hambreador de los jubilados con el asesino de los palestinos y acepta todo lo que Israel demande.
AMOLDAMIENTO DEL PERONISMO
Ningún gesto de entrega de la derecha argentina al sionismo suscita la menor sorpresa. Pero las razones por las cuáles el peronismo no menemista acepta esa misma subordinación constituyen una incógnita. Ese sometimiento contradice la tradición de un movimiento nacionalista embanderado con la soberanía.
Durante su prolongada gestión, el kirchnerismo convalidó todas las falacias montadas para distorsionar lo ocurrido en los atentados de la Embajada y la AMIA. Sostuvo la línea de acusaciones contra Irán, designó al tramposo fiscal Nisman al frente de las investigaciones y avaló la complicidad de los servicios de Inteligencia en el manejo de los encubrimientos. También mantuvo cerrado el acceso a los archivos que hubieran permitido conocer la verdad.
Ese continuismo contrasta con el giro hacia la política exterior autónoma de Estados Unidos, que imperó durante la gestión de Néstor y Cristina. En llamativo contraste con el rechazo del ALCA, la convergencia con Chávez, Lula y Evo y la promoción de la integración latinoamericana, la política hacia Israel mantuvo las pautas del menemismo. Esa anomalía es muy llamativa, porque antes de llegar a la presidencia, la propia Cristina objetaba las distorsiones de la causa AMIA.
La postura pro sionista del peronismo progresista alcanzó un cenit con Alberto Fernández, que inauguró su mandato con un viaje a Jerusalén, un caluroso encuentro con Netanyahu y la convalidación del tratado de libre comercio entre Israel y el MERCOSUR. Bajo su mandato se profundizó la relación económica de siete gobernadores justicialistas con la empresa Mekorot (Schachter, 2024).
Esa compañía familiarizada con la confiscación del agua a los palestinos se ha convertido en la principal asesora del gobierno en el manejo de ese recurso. Tiene convenios con numerosas provincias para realizar el mapeo de fuentes y prepara su utilización para las compañías que extraerán minerales depredando el agua (Zeta, 2024).
Bajo su gestión, Alberto Fernández acentuó también la campaña contra Irán e indujo la Cancillería y a otros organismos, a adoptar como propia la definición del antisemitismo, que motoriza el lobby del IHRA (Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto). Ese organismo realiza un informe anual al mejor estilo inquisidor, acusando a quiénes observa como violadores de sus normas. El dictamen es girado a los jueces amigos para enjuiciar militantes, disponer embargos y desarrollar una meticulosa persecución de los críticos del sionismo (Goodbar, 2024).
En el último bienio, la masacre de Gaza no modificó la estrecha relación de altos funcionarios provinciales del Justicialismo con Israel. La intendencia de Tucumán mantiene acuerdos de “capacitación” de las fuerzas represivas de ese país, el intendente de Bahía Blanca celebra reuniones con los enviados de Tel Aviv, el gobernador de Catamarca y el ex ministro de Educación Nicolás Trotta participan de los eventos empresariales argentino-israelíes (Lung; Castilla, 2025)
El resto del peronismo ha mantenido un silencio cómplice que se extiende al kirchnerismo. Sus exponentes omiten hablar del tema, en franco contraste con los líderes latinoamericanos del mismo espacio progresista (Lula, Petro, Boric).
Las principales figuras del kirchnerismo eluden los pronunciamientos. Kicillof no se refiere al tema y la única vez que Cristina hizo saber su opinión, fue para reivindicar a un diputado derechista (Massot), que cuestionó la votación del gobierno en la ONU. Los dirigentes más contestatarios -como Grabois- tampoco se expresan con nitidez. Pero lo más chocante es la participación de algunos parlamentarios (como Santoro) en los Grupos de Amistad con el Estado de Israel (Lung, 2025).
Es igualmente significativa la ausencia de todas las vertientes del peronismo en las periódicas movilizaciones por Palestina o en los actos de repudio a la persecución judicial de los militantes opuestos al genocidio.
En ese plano es llamativo el contrapunto con la izquierda, que ha estado al frente de las campañas de solidaridad. Por ese compromiso, sus dirigentes son estigmatizados por los medios de comunicación. Han puesto el cuerpo no solo en las calles de Argentina, sino también en la flotilla que intentó llegar a Gaza y fue detenida por el ejército sionista. Varios militantes estuvieron presos y fueron liberados en medio del gran clamor internacional contra el genocidio.
EL LIBRETO DEL SIONISMO LIBERAL
La deserción del kirchnerismo se verifica también en el predominio del lobby sionista en los medios de comunicación afines a ese espacio. Allí silencian a los sectores del progresismo judío que están indignados con las masacres de Netanyahu.
Con ese aislamiento se buscó que la única demanda visible fuera el regreso de los rehenes capturados por Hamas, omitiendo cualquier mención a la contraparte de ese cautiverio, que eran los prisioneros políticos palestinos. Esa doble vara fue la norma de los medios de comunicación -que enfatizaron la nacionalidad argentina de tres rehenes- para reproducir los mensajes del oficialismo israelí.
También en ese plano, las vertientes progresistas del peronismo se sumaron al libreto en boga. No solo omitieron el padecimiento de los presos palestinos, que superan en incomparable número a las personas capturadas por Hamas. Criminalizaron además a esa organización con el mote de terrorista y la culparon de la tragedia que afronta la región (Patria Grande, 2025).
Con esa mirada, adoptaron las posturas del sionismo liberal, que tiene muchos exponentes entre los emigrados judeo-argentinos en Israel. Suelen imputar a ambas partes las causas y la continuidad del conflicto, señalando la responsabilidad compartida de Hamas y Netanyahu por la devastación que sufre Gaza (Kupervaser, 2025).
El progresismo peronista ha hecho suya esta visión para no incomodar al establishment de Argentina. Difunde una adaptación de la teoría de los dos demonios, poniendo en pie de igualdad al opresor israelí con el oprimido palestino. Presenta como acciones criminales la lucha de los resistentes, y olvida los efectos de la ocupación, la violencia y el despojo que impone el colonialismo (Caciabue, 2025).
La equidistancia que pretende adoptar ese enfoque es un artificio. Enmascara la total ausencia de equivalencia entre las partes y la responsabilidad del sionismo por la expropiación que padecen los palestinos. Sugiere, además, la existencia de una guerra donde impera una masacre y omite la exigencia de encarcelar Netanyahu si visita Argentina. Además, su acompañamiento al llamado de constitución de los Dos Estados es una convocatoria vacía, desde el momento que esa alterativa es cotidianamente sepultada por el expansionismo de los colonos (Hof, 2025).
El amoldamiento del kirchnerismo a los parámetros impuestos por Israel es un categórico indicio de la subordinación estructural del Estado argentino a los mandatos del sionismo (Katz, 2023). Es un proceso de largo plazo, que se alimentó con la incidencia del Mossad en el tráfico de armas y la penetración del lobby sionista, en todos los partidos políticos con peso gubernamental.
Esa dinámica ha repetido la trayectoria del AIPAC en Estados Unidos y sintoniza con el aburguesamiento y la derechización de los sectores más influyentes de la comunidad judía local.
En el país viven unos 300.000 argentinos que se identifican como judíos y se estima que 244.000 habitan en la ciudad de Buenos Aires. Es una comunidad urbana que tiene gran incidencia intelectual, significativa presencia cultural y un enorme peso político. Su compromiso con las luchas populares fue muy visible en el pasado y se tradujo en el alto número de desaparecidos de ese sector (1900 miembros) bajo la dictadura (Ramos, 2025).
Esa alta proporción fue a su vez indicativa de la gran influencia que tuvo la izquierda en esa comunidad. Pero esa tradición socialista y comunista perdió relevancia, a medida que los grandes grupos capitalistas de origen judío se integraron a la cúspide del establishment y aumentaron su participación en la política convencional del país.
La derechización de las dos últimas décadas coronó esa involución. La DAIA se transformó en una sucursal de la embajada israelí y la AMIA -que en sus orígenes priorizaba actividades de tipo social- cerró filas en torno al sionismo. Las escuelas, los grupos juveniles, los clubes sociales y deportivos adoptaron esa ideología y reforzaron la cultura bélica de la lengua de Israel (hebreo), en desmedro de la tradición humanista de otros idiomas judíos (como el idish).
Ese giro reaccionario ha incluido también todos los tópicos de la ultraderecha sionista europea y estadounidense. Al igual que en el Viejo Mundo, la reconciliación con los antisemitas se procesa sin ningún trauma. En torno a Milei, convergen los defensores judíos del genocidio en Gaza (Ajmechet), con reconocidos personajes judeo-fóbicos (Fargosi).
Del padrino yanqui, el sionismo local reproduce la aproximación al oscurantismo mesiánico del evangelismo neoliberal. Varios predicadores favoritos de Trump han desembarcado en Argentina para reivindicar a Israel y presentar a sus líderes o socios como enviados de Dios (Genoud, 2025).
EL NUEVO ESCENARIO
Al igual que en el resto del mundo, el genocidio de Gaza ha modificado el clima imperante en el país frente a la tragedia de Medio Oriente. Las miradas pro sionistas pierden peso y las simpatías con la causa palestina conquistan nuevos adherentes.
Ese viraje es muy visible en las movilizaciones que organiza el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Sus marchas reúnen un creciente número de participantes y comienzan a disputar primacía en las calles, con los adversarios de la derecha pro israelí.
La preeminencia que tenía este último sector al comienzo de la incursión bélica de Netanyahu decrece, al compás del generalizado uso del término genocidio, para calificar la matanza en Gaza. Una palabra censurada e impronunciable hace dos años se ha vuelto tan corriente, como enarbolar la bandera palestina en movilizaciones de toda índole. También el empleo de la prenda típica de esa comunidad (kufiya) se ha generalizado, mientras despuntan nuevas organizaciones críticas del sionismo dentro de la propia comunidad (Llamamiento argentino judío, Judíes x Palestina).
En el caso argentino, la movilización por Palestina no es tan solo un compromiso político y moral con un pueblo atropellado. Es también un paso hacia la recuperación de la soberanía que necesita el país para retomar su desarrollo. El sometimiento al libreto del sionismo es un eslabón de la sumisión al imperialismo, que asfixia la economía y empobrece a la población. Argentina debe sostener a Palestina para reencontrar su propio rumbo hacia la democracia, la igualdad y la justicia.
RESUMEN
El alineamiento de Milei con Netanyahu consolida la pérdida de soberanía exterior que genera la sumisión al sionismo. Esa subordinación comenzó con la inculpación sin pruebas a Irán. En contradicción con su tradición nacionalista y con la política autónoma del kirchnerismo, el peronismo participa de ese sometimiento. Los cambios en la comunidad judía facilitaron una regresión, que comienza ser revertida en una lucha necesaria para rencausar al país.
REFERENCIAS
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-Elbaum, Jorge (2025) Negocios de Milei en Israel https://www.almaplus.tv/blogs/26771/negocios-de-milei-en-israel
-Pikholtz, Sergio (2025) “No hay civiles inocentes en Gaza, tal vez los niños de menos de 4 años” https://www.contextotucuman.com/nota/315666/renuncio-el-vicepresidente-de-la-daia-despues-de-lanzar-una-polemica-frase-yquot;no-hay-civiles-inocentes-en-gaza-tal-vez-los-ninos-de-menos-de-4-anos.html
-Fraga Rosendo (2025) decisiones internacionales de Javier Milei https://www.instagram.com/reel/DPxX075kbQ3/
-Salinas, Juan (2024a) Atentado a la AMIA: Tanta pavada taraba a un titán, 18/07/2024, https://pajarorojo.com.ar/atentado-a-la-amia-tanta-pavada-taraba-a-un-titan/
-Lutzky, Horacio (2025). Entrevista 10 ago https://www.youtube.com/watch?v=Ucz7a-zbARI
-Schachter, Silvio (2024). La política exterior de Milei: genuflexión y sometimiento a EEUU e Israel, https://herramienta.com.ar/la-politica-exterior-de-milei-genuflexion-y-sometimiento-a-eeuu-e-israel
-Zeta, Sergio (2024) El sionismo en Argentina y en América Latina: militarismo y ultraderecha contra nuestros pueblos https://www.herramienta.com.ar/el-sionismo-en-argentina-y-en-america-latina-militarismo-y-ultraderecha-contra-nuestros-pueblos
-Goodbar, Pablo (2024). Antisionismo y antisemitismo: una confusión deliberada https://www.herramienta.com.ar/antisionismo-y-antisemitismo-una-confusion-deliberada
-Lung, Diego (2025). Genocidio. ¿Dónde está el peronismo? La lucha por Gaza no puede esperar, https://www.laizquierdadiario.com/Donde-esta-el-peronismo-La-lucha-por-Gaza-no-puede-esperar-
-Lung, Diego; Castilla Eduardo (2025). Palestina. Silencio, complicidad y negocios: el peronismo frente al genocidio en Gaza https://www.laizquierdadiario.com/Silencio-complicidad-y-negocios-el-peronismo-frente-al-genocidio-en-Gaza
-Patria Grande (2025) Exigimos humanidad: liberar rehenes, respetar el derecho internacional. 7-10-2025, https://www.facebook.com/PatriaGrandeArg/posts/exigimos-humanidad-liberar-rehenes-respetar-el-derecho-internacionalel-7-de-octu/1229893269176032/
-Kupervaser, Daniel (2025) “Hamas y Netanyahu eternizarán el conflicto”
https://www.pagina12.com.ar/857521-hamas-y-netanyahu-eternizaran-el-conflicto
-Caciabue, Matías (2025) Basta de la teoría de los dos demonios, https://x.com/MatiasCac/status/1976359502937993621
-Hof, Matías (2025). Patria Grande: una posición “humanista” que no llama a luchar seriamente contra el genocidio en Gaza, https://www.laizquierdadiario.com/Patria-Grande-una-posicion-humanista-que-no-llama-a-luchar-seriamente-contra-el-genocidio-en-Gaza
-Katz, Claudio (2023). La incursión que trastocó a Medio Oriente, 9-11-2023, www.lahaine.org/katz
-Ramos, Joaquín (2025). El sionismo institucional en Argentina https://www.diario-red.com/articulo/argentina/sionismo-institucional-gentina/20250831120000053066.html
-Genoud, Diego (2025) Alfombra roja de Milei para la derecha evangélica que trabaja para Trump https://www.resumenlatinoamericano.org/2025/11/05/argentina-alfombra-roja-de-milei-para-la-derecha-evangelica-que-trabaja-para-trump/
Claudio Katz. Economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA, miembro del EDI. Su página web es: www.lahaine.org/katz
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