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La mirada feminista sobre el Proceso Electoral 2014 en Uruguay

Fuentes: Republica.com.uy

Organizado por Cotidiano Mujer, el pasado 19 de noviembre se realizó una tertulia de debate respecto a «La mirada feminista sobre el proceso electoral 2014». En un clima distendido y de boliche, donde se hicieron presentes muchas mujeres vinculadas a los distintos partidos políticos y algunas comunicadoras, la politóloga Niki Johnson presentó datos relacionados con el monitoreo electoral hecho para las elecciones nacionales de este año y la comunicadora Cecilia Lucas hizo lo propio con el monitoreo de medios realizado en el último mes de la campaña electoral.

Tanto Niki Johnson como Cecilia Lucas, durante el análisis del proceso electoral 2014 desde una mirada feminista, aclararon que los datos que manejaron en la tertulia van a estar sistematizados y publicados el año que viene, tal como se viene haciendo en cada ciclo electoral de este siglo.

Johnson comenzó planteando que se iba a referir a cómo se aplicó la cuota, qué impacto tuvo en la integración parlamentaria para el próximo período y cómo se posiciona Uruguay en la región y el mundo.

Lucas, por su parte, presentó a parte del equipo que trabajó con ella para monitorear los medios de comunicación en sus tres vertientes: televisión, radio y prensa escrita. Ese monitoreo se hizo exclusivamente en el mes de octubre hasta el día de las elecciones, y lo que se observó fue que la información coyuntural estuvo muy por encima de los contenidos programáticos de la campaña electoral.

Esto es lo que un candidato decía de otro candidato, lo que se transformaba en tema de campaña por las repercusiones que generaba (caso venida DE presos de Guantánamo, por ejemplo) y el protagonismo sustantivo de las encuestas. Por otra parte, la cobertura de la campaña estuvo centrada en los candidatos presidenciables, mientras que el Parlamento solo comenzó a ser noticia una vez que se conocieron los resultados electorales: quienes son los parlamentarios y parlamentarias electas, etc, incluyendo una cobertura interesante de la aplicación de la ley de cuotas, pero todo esto hecho a posteriori de los comicios electorales.

La agenda de género, como viene sucediendo en cada campaña electoral, estuvo cuasi ausente o marginal. Lucas aseguró que «se necesitan los cuerpos de las candidatas para que aparezcan temas como la violencia doméstica o el sistema nacional de cuidados». Asimismo, la comunicadora destacó la figura de Fabiana Goyeneche -coordinadora de la Comisión No a la Baja- como un modelo de vocera muy positivo por su exposición de contenidos en los medios.

La aplicación de la cuota

En un primer análisis, el equipo de investigadoras que encabeza Niki Johnson en el Área de Política y Género del Instituto de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la Repùblica, se pone el foco en los lugares «salibles» de las listas, aunque a posteriori se va a analizar el universo completo de listas.

Tomando en cuenta resultados de elecciones anteriores en los partidos políticos con representación parlamentaria, en el caso de las listas al Senado se miran los primeros seis lugares (2 ternas). En el caso de las listas a la Cámara de Representantes, se miran los primeros 10 lugares por lista en Montevideo (40 bancas), los primeros cuatro en Canelones (14 bancas), Maldonado (5 bancas), Salto y Colonia (4 bancas) y en los restantes departamentos, donde se disputan 3 bancas (Tacuarembó, San José, Paysandú, Rivera) o 2 (en los demás), se pone el foco, fundamentalmente, en los y las cabezas de lista ya que son los únicos con posibilidades reales de ser electos/as.

La resistencia a la aplicación de la cuota por parte de las distintas agrupaciones políticas estuvo expresada en su aplicaciòn minimalista -la mujer ubicada en el tercer lugar de la terna para cumplir estrictamente con la ley- en altísimos porcentajes en todos los partidos políticos.

Las listas que presentaban un criterio más paritario o con mayor presencia femenina e, incluso, mujeres encabezando listas, tuvieron menos chances de estar entre las listas ganadoras. Se destacan en este universo las listas de .las agrupaciones que respaldaron la candidatura de Constanza Moreira (Casa Grande, Frente Amplio), por presentar listas paritarias o con presencia femenina muy por encima de lo que establece la ley de cuotas.

En el caso del sector abrumadoramente mayoritario del Frente Amplio (FA), el Movimiento de Participaciòn Popular (MPP), tanto en sus listas al Senado como a la diputación por Montevideo prevaleció el criterio minimalista, pero no fue así en otros departamentos del interior del país donde, en algunos casos, tuvo mujeres encabezando sus listas que resultaron electas, lo que constituye una de las novedades de estas elecciones.

Otro aspecto a destacar, como una forma de trampear el espíritu de la ley, fue postular a una misma mujer al Senado y a la diputación en forma simultánea. Este es el caso de Graciela Bianchi y Verónica Alonso en el Partido Nacional (PN) y de Martha Montaner en el Partido Colorado (PC). La diferencia es que esta última, tenìa suplente mujer -su hermana, Susana Montaner- mientras que los suplentes de las nacionalistas eran varones.

El próximo Parlamento

El impacto de la aplicación de la cuota se puede ver claramente en el Senado de la República, donde habrá 9 senadoras (30%), aunque se plantean incertidumbres sobre si efectivamente todas ellas ocuparán sus bancas.

Dentro de las 5 senadoras del FA, no está claro si Mónica Xavier asumirá o deberá renunciar para continuar como presidenta de esa fuerza polìtica (o viceversa) y si Patricia Ayala irá por su reelección como intendenta en Artigas dejando a un lado su banca en el Senado: ambas tienen suplentes varones, Daniel Olesker y Julio Baraibar, respectivamente.

En el PN, todo indica que la senadora electa Graciela Bianchi renunciará a su banca para ocupar la que ganó en Diputados y dejará en su lugar de la Cámara alta a su suplente varón, el hoy diputado Álvaro Delgado.

De modo que en el Senado, donde la cuota se hizo sentir en la mínima expresión que indica la ley (arañando el tercio), el número de senadoras podría disminuir a 6.

En la Cámara de Representantes, de acuerdo a la proclamación de la Corte Electoral (ver recuadro) resultaron electas 18 mujeres (18%) donde, por ejemplo, la banca de Alonso, que sí asumirá en el Senado, será ocupada por su suplente varón, el pastor de la iglesia Misión Vida, Álvaro Dastungue.

De las 18 diputadas electas, 11 son del FA, 3 del PN y 4 del PC. Se destaca la buena performance de éste ùltimo ya que, aún con su escasa votación a nivel nacional, logró una senadora y cuatro diputadas, todas de Vamos Uruguay. Estas 5 mujeres electas representan el 29,4% del total de las bancas ganadas por ese partido.

En el FA al MPP, su sector mayoritario, pertenecen 7 de las 11 diputadas, donde se destaca la representación de las mujeres cabeza de lista de Paysandú, Salto y Colonia como un hecho inédito. El 24.6% de los cargos ganados por el FA -15 bancas en el Senado, 50 en Diputados- están ocupados por mujeres.

La peor performance la presenta el PN, donde el 14,2% de cargos ganados en ambas cámaras son femeninos, pero si a ese número le sacamos los nombres repetidos, el porcentaje llega tan solo a 9.5%.

Salto aparece como el departamento más feminizado en su representación, ya que 2 de las 4 bancas adjudicadas estarán ocupadas por mujeres pertenecientes a generaciones más jóvenes de las que habitualmente se encuentran en política: la emepepista Manuela Mutti de 27 años de edad y la colorada Cecilia Eguiluz de 40 años, quien ya había sido electa en el período anterior y renunció para ocupar un cargo en la intendencia de su departamento.

Canelones también tendrá dos diputadas: Graciela Matiaude (PC) y Orquídea Minetti (FA) en un universo de 14 bancas.

La novedad de tener la primera diputada afrodescendiente en el Parlamento vino de la mano del PN: la banca montevideana y herrerista de Gloria Rodríguez.

Un lugar en el mundo

Con estos resultados, a nivel parlamentario, en el próximo período Uruguay tendrá un 79% de bancas ocupadas por varones y tan solo un 21% ocupadas por mujeres, sabiéndose desde ya que ese número va a descender por los corrimientos ya explicados, por lo que ni siquiera se estaría alcanzando el modesto umbral que pretendía impulsar la ley de cuotas: el tercio de la representación parlamentaria en manos femeninas.

La diferencia es sustancial de una cámara a la otra. Mientras en el Senado se elige una plancha única a nivel nacional, la alta fraccionalización de listas para competir por las diputaciones le quita chances a las mujeres, ubicadas casi siempre en el tercer lugar en una mayoría de departamentos que tienen pocas bancas asignadas.

La leve mejoría en la representación parlamentaria femenina que arrojan estos números sigue ubicando a Uruguay entre los peores de la región: ocupa el lugar 14 entre los 19 países latinoamericanos. Comparte ese pelotón de rezagados con Panamá, Venezuela, Chile, Paraguay y Brasil, ya que en el resto de la región las leyes de cuotas o la paridad han arrojado mejores resultados para las mujeres. Solo a modo de ejemplo, recordemos que como resultado de las elecciones que también se celebraron en octubre de este año en Bolivia, el 48% del Parlamento será femenino gracias a la aplicación de la paridad y alternancia obligatorias.

A nivel de la clasificación mundial, con los actuales resultados Uruguay pasa a ocupar el lugar 89 en 109 países, ubicandose junto a Emiratos Árabes y Marruecos.

Qué hacer en el futuro

Como se recordará, la aplicación de la ley de cuotas rige por un único período a nivel de elecciones nacionales y le corresponderá al próximo Parlamento evaluar sus resultados y cómo proseguir.

Sobre este punto parecen existir, cuando menos, dos posiciones entre las mujeres (tanto políticas como activistas): volver a aplicar la ley de cuotas corrigiéndola y mejorándola en algunos aspectos o ir por la paridad.

En el caso de volver a aplicar una ley de cuotas, resulta claro que hay que legislar para evitar trampas como las candidaturas repetidas y asegurarse que las suplentes de las mujeres también sean mujeres, entre otros aspectos.

La paridad, al menos entre las presentes en la tertulia, claramente surgía como una aspiración legítima, solo que muchas recordaron que la negociación en el Parlamento no va a ser fácil y que se requiere una mayoría especial para aprobarla. Más que debatir sobre la pertinencia de la paridad, la discusión estuvo centrada en las estrategias; en definitiva, en si hay que ir por todo para lograr algo mucho menor y ver cómo llevar adelante la negociación para que sea exitosa, sin olvidar hacer lobby en los medios.

Muchas de las presentes observaron cómo ser mujer cabeza de lista representó un valor per se en varios lugares del país, destacando esa cualidad en las presentaciones públicas: «esta es la única lista encabezada por una mujer», etc. Otras fueron mucho más críticas con la forma en que se arman las listas en los partidos políticos, tildándolos de «monárquicos», «hereditarios», «patriarcales» y «ejerciendo poca democracia interna». Hubo quienes apuntaron al propio sistema electoral que tiene el país de votar «listas sábana», que vienen ya cerradas y digitadas desde arriba del/la elector/a.

Fuente: http://www.republica.com.uy/la-mirada-feminista/492599/