Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
Las fuerzas israelíes habían arrestado a Baroud el 23 de marzo de 1991, imponiéndole una sentencia de cadena perpetua, además de 35 años. Baroud sufrió muchos problemas de salud durante su detención en las cárceles israelíes, incluidos problemas en el estómago, riñones, hígado y tórax, además de sufrir asma. También le mantuvieron durante años en confinamiento solitario; el último período a lo largo de cuatro años consecutivos, entre 2012 y 2016, causándole un grave deterioro en su estado de salud. El año pasado se sometió a una cirugía para extirparle parte del hígado, lo que complicó su estado; sin embargo, las autoridades israelíes no le ofrecieron el tratamiento adecuado. El 6 de febrero de 2019, su estado de salud empeoró rápidamente, siendo entonces trasladado al Hospital Soroko en Beersheba, Israel, donde falleció pocas horas después de su llegada al hospital.
La muerte de Baroud arroja luz sobre el deterioro general de las condiciones de los detenidos palestinos en las cárceles israelíes, mostrando el alcance de las medidas punitivas adoptadas contra ellos, en particular la negligencia médica que sufren y el tratamiento inadecuado que reciben los enfermos, especialmente quienes padecen enfermedades crónicas y graves.
Por tanto, el PCHR responsabiliza al gobierno israelí de la muerte del detenido Baroud y de la vida de decenas de detenidos enfermos que enfrentarían la misma suerte si se continúa con la misma política de negligencias médicas debido a su detención en condiciones duras e inhumanas, sometidos a torturas físicas y psicológicas sin recibir la atención adecuada. Al mismo tiempo, el PCHR:
1. Pide una investigación inmediata e imparcial sobre las circunstancias de la muerte del detenido Baroud;
2. Exhorta al Comité Internacional de la Cruz Roja a que intensifique el seguimiento de las condiciones en que se hallan los detenidos y presos palestinos en las cárceles israelíes y las circunstancias de su detención;
3. Exhorta a la comunidad internacional a que obligue a Israel a respetar el derecho internacional y el derecho internacional humanitario, en particular el IV Convenio de Ginebra y las Reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos de las Naciones Unidas; y
4. Señala el deterioro continuo de las condiciones de vida de alrededor de 7.000 detenidos, sobre todo de las docenas de presos que sufren enfermedades crónicas y no reciben la atención médica adecuada.
Fuente: https://pchrgaza.org/en/?p=11952