Las Naciones Unidas han pedido al régimen israelí que ponga fin a la práctica de la detención administrativa y libere de inmediato a Maher al Akhras, un prisionero palestino que ha estado en huelga de hambre durante los últimos tres meses y atraviesa una fase médicamente crítica.
Michael Lynk, relator especial de la ONU sobre derechos humanos en los territorios palestinos, instó enérgicamente a Tel Aviv a poner fin a la detención administrativa, en la que “Israel” mantiene a los detenidos hasta por seis meses en prisión, un período que puede ampliarse un número infinito de veces, a veces por años
En un comunicado, también pidió al régimen israelí que liberara a Akhras, quien entró en el 91 día consecutivo de su huelga de hambre indefinida el domingo en protesta por su detención administrativa.
“Al Akhras se encuentra ahora en una condición muy frágil, después de haber estado sin comer durante 89 días”, dijo Lynk.
“Las visitas recientes de médicos a su cama de hospital indican que está al borde de sufrir un fallo orgánico importante y algunos daños pueden ser permanentes”, agregó Lynk.
El preso palestino de 49 años, padre de seis hijos, fue arrestado el 27 de julio bajo la orden de detención administrativa, sin cargos. Esto lo ha llevado a iniciar una huelga de hambre en un intento por buscar justicia.
Los médicos ya han advertido sobre daños en varios órganos del cuerpo del prisionero palestino, como los riñones, el hígado y el corazón, y agregaron que los sentidos del oído y el habla del interno también se han visto afectados.
El jueves, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) advirtió que el recluso estaba entrando en una “fase crítica” desde el punto de vista médico.
“La detención administrativa es un anatema en cualquier sociedad democrática que siga el estado de derecho”, dijo Lynk.
“Cuando un estado democrático arresta y encarcela a alguien, se requiere acusar a la persona, presentar sus pruebas en un juicio público, permitir una defensa completa y tratar de persuadir a un poder judicial imparcial de sus alegaciones más allá de toda duda razonable”, agregó.
“La detención administrativa, en cambio, permite que un Estado arreste y encarcele a una persona sin cargos, sin juicio, sin conocer las pruebas en su contra y sin una revisión judicial justa”, continuó diciendo el funcionario de la ONU, y agregó: “Es un sistema penal preparado para el abuso y el maltrato”.
Lynk pidió a Tel Aviv “abolir” la práctica de la detención administrativa y liberar a los detenidos que ha puesto tras las rejas en sus prisiones.
En 1989, Akhras fue arrestado por primera vez y su encarcelamiento se prolongó durante siete meses. En 2004 fue detenido por segunda vez y pasó dos años tras las rejas. En 2009 fue arrestado nuevamente y permaneció en detención administrativa durante 16 meses. En 2018 Akhras fue detenido de nuevo y estuvo encarcelado durante 11 meses.
A pesar de que no existe ningún delito por el que el régimen de Tel Aviv retenga a Akhras, las autoridades israelíes se niegan a ponerlo en libertad, a pesar de que su salud se deteriora cada vez más a diario.
Hasta ahora el régimen israelí ha rechazado todos los llamamientos para liberar a Akhras.