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La oposición a Mursi crece en las calles y las universidades

Fuentes: En lucha

Miles de personas se reunieron de nuevo en las calles de El Cairo y Alejandría para protestar contra el gobierno de los Hermanos Musulmanes el pasado 22 de marzo. Como viene sucediendo en los últimos tres meses, las manifestaciones acabaron frente a las sedes de la Hermandad, donde se produjeron intensos enfrentamientos. Periódicos como el […]

Miles de personas se reunieron de nuevo en las calles de El Cairo y Alejandría para protestar contra el gobierno de los Hermanos Musulmanes el pasado 22 de marzo. Como viene sucediendo en los últimos tres meses, las manifestaciones acabaron frente a las sedes de la Hermandad, donde se produjeron intensos enfrentamientos.

Periódicos como el Al Ahram explican que «las recurrentes protestas de los últimos meses están evidenciando que existe un amplio sentimiento antigubernamental». Esta oposición generalizada se alimenta sobre todo de los incumplimientos del gobierno de Mursi, que no ha conseguido ni el pan, ni la libertad ni la justicia social por los que clamaba la Revolución Egipcia.

Recientemente, el gobierno ha anunciado que reducirá la ración de pan a tres barras diarias, medida que aumentará la miseria de aquellas familias que no pueden adquirir ni carne ni verduras. Además, en las ciudades son frecuentes los cortes de luz que duran varias horas, mientras que en muchos pueblos la electricidad se limita a unas pocas horas al día.

La represión contra las movilizaciones no ha cesado desde la caída de Mubarak. Desde la llegada al poder de Mursi, más de 70 personas han sido asesinadas por la policía en las manifestaciones.

Según el periodista Mostafá Alí, periodista de Al Ahram y miembro de Socialistas Revolucionarios de Egipto, la Hermandad «está sustituyendo algunas figuras demasiado comprometidas con el antiguo régimen por otras, pero quiere mantener intactas las estructuras fundamentales, incluyendo su aparato represivo». En su opinión, los Hermanos Musulmanes «están haciendo lo que solía hacer Mubarak, pero de una forma más efectiva», y eso no sólo en cuanto a mantener el orden en Egipto, sino también a nivel regional, destruyendo los túneles que comunican Gaza con el exterior a una escala superior a la de la dictadura.

No obstante, las luchas van erosionando el poder de la Hermandad. El viernes 8 de marzo, después de varios días de enfrentamiento, la policía de Port Said tuvo que retirarse de la ciudad, dejándola en manos de la población temporalmente, hasta la llegada del ejército.

La oposición está creciendo también en otros ámbitos. En las elecciones del pasado 22 de marzo al Consejo de Estudiantes, que representa a todas las universidades de Egipto, las listas de los Hermanos Musulmanes, que habían barrido en las últimas elecciones, perdieron frente a las candidaturas de independientes y diversas organizaciones políticas, obteniendo solo 17 de los 43 delegados. Algo similar pasó la semana anterior, cuando fueron derrotados en las elecciones del sindicato de periodistas.

No sólo eso, las huelgas que acabaron con Mubarak, continúan con Mursi. En Port Said la educación, el puerto y la administración local hicieron huelga, así como el ferrocarril y los autobuses públicos de El Cairo. Gigi Ibrahim, revolucionaria y conocida twittera egipcia, mira más allá de Mursi: «Nuestro único camino es la acción de masas contra el estado, no sólo contra los Hermanos Musulmanes».

Luis Zhu (@irene_grau) es militante de En lluita / En lucha

Artículo publicado en el Periódico En lucha / Diari En lluita

http://enlucha.org/site/?q=node/18532