Recomiendo:
0

La revalorización de las pensiones empobreció a cientos de miles de españoles de «la clase media baja»

Fuentes: Rebelión

La revalorización de las pensiones aprobada por el PSOE con el apoyo de UP «fue buena en general», pero empobreció a cientos de miles de españoles de «la clase media baja». «Quizás» los socialistas utilizaron el Real Decreto Ley del 28/12/2018 a modo de «caramelo electoral». No se arriesgaron a coger el toro por los […]

La revalorización de las pensiones aprobada por el PSOE con el apoyo de UP «fue buena en general», pero empobreció a cientos de miles de españoles de «la clase media baja». «Quizás» los socialistas utilizaron el Real Decreto Ley del 28/12/2018 a modo de «caramelo electoral». No se arriesgaron a coger el toro por los cuernos y solucionar el problema de una vez por todas, pues los «asuntos pendientes suelen ser rentables» (1).

En «ese colectivo castigado» se encuentra Antonio Sánchez, de 70 años, quien ha visto reducida en 150 euros mensuales su modesta pensión. Este hombre reside en un barrio obrero de Cartagena (Murcia) y debe pagar una hipoteca de 680 euros. Contando los recibos de la luz, agua, internet, comunidad, etc., le quedan para vivir a él y a su mujer (en paro) unos 455 euros mensuales.

Debido a la subida de las pensiones «mis ingresos, que eran de 1473 euros netos al mes, sobrepasaron, por unos céntimos, los 1.500 euros y me aplicaron una retención del IRPF del 12% (antes sólo del 1%), por lo que ahora percibo 1335 euros mensuales», dijo Antonio a este escriba.

«Me da vergüenza decirlo, pero he dejado de ir a los bares a tomar café, ya que con el costo de 1,2 euros de una taza puedo comprar una barra de pan», subraya Antonio al tiempo que explica que va a presentar una denuncia a la Seguridad Social, aunque sabe que no va a lograr nada porque pertenece a un colectivo sin «poder social».

Aunque yo vivo en «la zona de lujo» del barrio obrero (Bº del Peral), ya he escuchado quejas similares de los vecinos de esta parte de la ciudad que ha acogido, como ninguna otra, a inmigrantes árabes y africanos.

Hace poco una mujer que coge todos los días la Línea 2 del autobús, al igual que yo, para ir al centro, le explicaba a una amiga que «le habían subido la pensión 12 euros y que (debido al incremento de la presión fiscal) cobraba ahora 20 euros menos que antes».

Queridos amigos del PSOE y UP ¿Pensasteis en esa franja de la población de «la clase media baja» a la hora de aprobar el citado decreto? Bueno, con el suelo de un diputado, que ronda los 3.800 euros al mes, uno se puede dar ciertos caprichos, y si la pareja tiene ingresos similares, las vacaciones en el Caribe o el trópico pueden ayudar a superar las tribulaciones de la vida y/o embellecerse por fuera con cirugía estética.

La revalorización de las pensiones ha sido buena en general, pero «es insuficiente» y se tenía que haber mirado con lupa el impacto que podría tener en colectivos muy vulnerables que, por debilidad, tienden a la resignación. Al señor Antonio, quien fue autónomo durante muchos años, un vecino del barrio que ha leído El Quijote varias veces, le llama ahora «el caballero de la triste figura».

Vivir en un barrio obrero me ayuda a recabar información para escribir crónicas con un tinte rojo. Yo no tengo que desplazarme en coche y chófer para ver dónde viven los parias y los inmigrantes, para enterarme de cuáles son sus preocupaciones. La noticia me llega a la puerta de la casa y la fuente es fiable y de primera mano.

Enfrente de mi apartamento hay una casa de apuestas con enormes pantallas de televisión. Allí suelo ir para ver importantes partidos de fútbol, como el de hoy, que enfrenta en la semifinal de la «Champions League» al Barcelona y al Liverpool. A ver qué hace «el dios Messi», que así le llama un famoso lotero de la ciudad.

Siempre que voy a ese lugar, que se llama Orenes, comparto mesa con subsaharianos y árabes, pues más de a mitad de los clientes de ese «salón», cuando hay acontecimientos deportivos de primera, son inmigrantes. Es un placer compartir la emoción con ellos, que tan pocas alegrías tienen en este mundo de perros.

La casta no suele pasar por estos lares, ella vuela alto, muy alto. Como dice la canción, cuando las gaviotas (los débiles y los vencidos) vuelan bajo, «los fuertes tiran a matar».

El decreto del 12/2018 supuso una revalorización de las pensiones corrientes del 1,6% y del 3% para las no contributivas. En 2019, la pensión mínima se situó en los 835,8 euros para las personas con cónyuge a su cargo, y en los 677,4 para los sin cónyuge a su cargo.

En 2018, la mínima era de 788 euros, con cónyuge a cargo, y de 639 euros en caso contrario. La revalorización actual afectó a las pensiones de 10.340.805 personas, de las que 9.692.296 son contributivas.

Concluyo diciendo que, siempre que llega la Navidad a Cartagena, la gente de «buen corazón» manifiesta su deseo de que toque la lotería en el Barrio del Peral.

Nota:

(1) Comparto con Juan Diego Hernández Valero (abogado) que las pensiones deberían asegurarse -y dejar ya de utilizarlas como gancho electoral- con los Presupuestos Generales del Estado. Para ver artículo sobre el tema pinchar en este enlace Pensiones Presupuestos.

Blog del autor: http://m.nilo-homerico.es/reciente-publicacion/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.