Al fin buenas noticias. La jueza Joan Lenard en su primera decisión humanitaria en el proceso que desde 1998 –ante su tribunal desde noviembre del año 2000– se le viene siguiendo en contra de los Cinco, dictaminó positivamente a la petición de René González –cumpliendo desde octubre pasado al finalizar su condena de trece años […]
Al fin buenas noticias. La jueza Joan Lenard en su primera decisión humanitaria en el proceso que desde 1998 –ante su tribunal desde noviembre del año 2000– se le viene siguiendo en contra de los Cinco, dictaminó positivamente a la petición de René González –cumpliendo desde octubre pasado al finalizar su condena de trece años de encarcelamiento, una nueva etapa de «libertad» condicional de tres años adicionales- de poder visitar en La Habana por dos semanas a su querido hermano Roberto, gravemente enfermo de cáncer.
La visita de René a La Habana estará condicionada por un número de requerimientos a cumplir durante su viaje que las autoridades federales pertinentes le harán saber próximamente. Esperemos que estas decisiones se la hagan saber a René prontamente para que pueda viajar a estar con su hermano lo antes posible.
Esta decisión por parte de la jueza Lenard facilita a darle movimiento a una situación –la de los Cinco– que ha estado trabada, muy trabada. Ahora, en una segunda instancia, se hace viable que ésta se destrabe aún más, ya que es posible que el gobierno cubano atienda favorablemente, por razones humanitarias, la petición al gobierno cubano de Alan Gross para poder visitar en Estados Unidos, también por dos semanas, a su anciana madre, también muy enferma de cáncer.
Fueron desestimadas las terminantes exigencias de la extrema derecha cubanoamericana, hechas a través de su más autorizada portavoz, la congresista Ileana Ros, presidenta del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes federal de no permitir la visita de René a Cuba a ver a su hermano enfermo: «de ninguna manera, de ninguna forma, de ningún modo». La señora Ros, aunque no da el tipo de ser buena cocinera, se olía que algo que no era de su gusto y que se cocinaba tras bambalinas. No se equivocó.
La decisión de arrestar y encausar a los Cinco por los delitos que fueron enjuiciados, juzgarlos en Miami, y seguir contra ellos un proceso judicial plagado de violaciones y decisiones arbitrarias por parte del gobierno de Estados Unidos, como es bien sabido, obedece a decisiones políticas.
Y como también sabemos como caso político que es su solución tiene que ser una decisión política. También por razones de política este caso se ha convertido en uno extremadamente complejo.
Para facilitar desenmarañarlo los abogados de sus equipos de la defensa han continuando apelando sus casos por todos estos largos años, once largos años. Manteniendo en pie los procesos de apelación hasta donde la ley lo permite, agotando todos los recursos disponibles, los abogados facilitan la toma de una decisión política por parte del gobierno federal, una que le dé solución al caso de los Cinco a través de los propios tribunales. Ahí la necesidad y el mérito del mantenimiento de los procesos de apelación.
Como también es imprescindible para encontrar la solución política al caso de los Cinco el trabajo cotidiano, disciplinado, perseverante, sacrificado de todas aquellas y aquellos que forman parte de un pujante y creciente movimiento mundial que exige la libertad inmediata e incondicional de nuestros cinco hermanos.
Trabajo de hormigas -de incansables bibijaguas- que con el resultado colectivo de sus esfuerzos presionan, como maldición gitana, al gobierno de Estados Unidos –por el costo mayor que le viene representando– a darle la libertad a los Cinco.
Movimiento mundial compuesto de cientos de comités que existen en innumerable países en todos, menos uno, de los continentes del planeta; la excepción hasta ahora, que yo sepa, es la Antártida. Y en cada uno de estos países, hay decenas de ciudades en muchos de ellos, que realizan de manera continua esta noble tarea a favor de la libertad de los Cinco. Que asimismo es tarea en contra del terrorismo.
Por ejemplo, en Estados Unidos, el Comité Internacional a favor de la Libertad de los Cinco, ha convocado para el mes de abril próximo una impresionante jornada bajo el nombre de Cinco Días por los Cinco, a celebrarse en Washington D.C. entre los días 17 al 21 de abril. Destacadas personalidades estarán presentes, entre ellas, Miguel D’Escoto, Miguel Barnet, Nancy Morejón, Wayne Smith, Saul Landau, Piero Gleijeses, Stephen Kimber, Mavis Anderson y Salim Lamrani entre otros. Se hará trabajo de cabildeo en el Congreso; habrá una manifestación ante la Casa Blanca; conferencias tratando importantes asuntos; exposición de caricaturas de Gerardo; lecturas de poesía y proyección de documentales, entre otros eventos.
Aquí, en Miami, donde tienen sus cuarteles generales la contrarrevolución cubana y la continental, un grupo de abnegados seres humanos -cubanos, otros latinoamericanos y norteamericanos– por largos, largos años laboramos con disciplina y sacrificio como parte de ese pujante y creciente movimiento mundial. Y lo hacemos perseverantemente, como buenas bibijaguas.
Andrés Gómez, director de Areítodigital
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