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Más acá y por debajo del soberanismo-independentismo

Las asambleas, la humillación y la CUP

Fuentes: Rebelión

El otro día leí una carta al director firmada por un tal Jordi Acero, o lo que es lo mismo, Jordi Stalin, que sería la versión en ruso. Basta con citar su comienzo y su final. Son antológicos de la vuelta al mundo franquista o carlista, y de la ruptura de una sociedad donde vuelven […]

El otro día leí una carta al director firmada por un tal Jordi Acero, o lo que es lo mismo, Jordi Stalin, que sería la versión en ruso. Basta con citar su comienzo y su final. Son antológicos de la vuelta al mundo franquista o carlista, y de la ruptura de una sociedad donde vuelven los hombres con cerebro de acero inoxidable: «Es la primera vez que escribo en castellano, lo que refleja mi estado de ánimo». (¡Los ánimos lingüísticos! ¡Ya será menos!, exagerao.) La asamblea de la CUP en Manresa le ha parecido una traición a Cataluña y a Artur Mas. Todos los párrafos son del mismo jaez, pero termina con esta perla de la prosa de antaño: «Dicen -son habladurías- que algunos, después de la asamblea, corrieron a tomar el AVE de vuelta a Madrid». Este es el sustrato, llamémosle político, que nos han dejado por el Gran Timonel y luego el Gran Farsante; la creencia de que somos únicos y que no nos arredra nada, salvo nuestro propio miedo. Hay quien piensa que la independencia es como un partido del Barça; hay quien cree que le consentirá librarse de la cárcel; hay a quien le suena como una canción. Todo vale, por qué no. Lo difícil es cómo se van a recomponer los pedazos de un país que se jactaba, con razón, de modelo de convivencias políticas, lingüísticas y culturales.

Gregorio Morán (2015)

Hoy en día, tal como está la faena, tienes que aguantar todo, carros y carretones, lo que te echen, porque el trabajo está fatal. Entonces, tú tienes que aguantar lo que sea. Que tienes que hacer 10 horas pues haces 10 horas. O aguantas que te traten mal a veces. Implica ponerte un punto en la boca y no decir nada […] Yo he visto como una gobernanta no insultaba y nos daba un trato vejatorio […] En este hotel estuve sólo dos meses. Era aquí en Barcelona. Todas eran chicas de color, de Senegal me parece que eran, y yo era la única española. Y yo les decía que cómo permitían que les hablaran de esa manera, que cómo dejaban que les trataran así, que eso no podía ser. La gobernanta nos reunía cada mañana para darnos un sermón, que nos hacía perder media hora de nuestro horario. Un día no sé qué pasó que a una chica la mandó a la mierda. Entonces, yo le dije que o nos tenía un poco de respeto, como nosotros se lo teníamos a ella, o…Y solo por decirle eso, se fue, habló con la persona con la que tenía que hablar y yo me fui a la calle. Pero, mira, me quedé muy a gusto.

Lucía (camarera de piso, vecina del barrio popular de la Barceloneta, no es su nombre verdadero) [1]

Siniestralidad laboral en Cataluña: accidentes leves crecen el 6% respecto al año pasado, los graves un 5,8% y los mortales el 23% (64 muertos en 2015 en el puesto de trabajo)

Brevemente, muy brevemente. Estamos celebrando los primeros días del año y yo aún no estoy en condiciones.

¿Debería la izquierda no secesionista y no sectaria sumarse a las críticas que desde este y oeste, norte y sur se lanzan contra la CUP y sus últimas actuaciones y declaraciones? ¿Debería esa izquierda sumarse a las voces ultra conservadoras, catalanas y españolas, que tildan a la CUP de ser una fuerza irresponsable, antisistema, anticapitalista, anti-UE, antieuro y antitodo? No, por supuesto que no, claro que no, en absoluto. Ocho razones entre cien posibles para no abonar ese sendero de los poderosos y servidores de siempre:

1.Los últimos cien días de la política institucional catalana, desde aquel 27 S en el que Antonio Baños reconoció que el independentismo había perdido el plebiscito, han sido y siguen siendo la época más divertida e interesante de la historia reciente de Cataluña (y por derivación, del conjunto de España).

1.1.Me rectifico: de la historia reciente y de toda la historia de Cataluña.

2.Algunas de las críticas que desde el régimen catalán y desde el régimen español se han lanzado contra la CUP no sólo no son realmente un insulto sino que toda fuerza de izquierda que se precie debe defenderlas con toda su coherencia. Ser antisistema, por ejemplo, como dirían Francisco Fernández Buey y Jordi Mir Garcia, es una seña de identidad esencial de todo colectivo que aspire a dotar de una mayor racionalidad, justicia y humanidad al mundo en el que vivimos.

2.1.Lo mismo en el caso de las acusaciones de ser una fuerza anticapitalista o una organización antiotánica.. ¿Qué pasa?

3.La CUP por de pronto ya ha conseguido que el hijo político del gran defraudador y manipulador en su discurso de fin de año (en el que salvo error por mi parte no pronunció ninguna palabra en castellano presuponiendo una homogeneidad lingüística inexistente en Cataluña) pasara de un inexistente derecho a decidir a un todavía más inexistente deber de decidir. ¿La CUP ha su modo, con sus procedimientos, no está a caso decidiendo? ¿Dudar en la decisión no es acaso una forma de decidir? ¿Decidimos tan sólo cuando lo hacemos en el tiempo y con el lenguaje que el poder dicta y establece? ¿No hay que dudar de todo, y más en estas circunstancias, como señalaron Bacon y Marx?

4.¿Puede un presidente en funciones y sus cortesanos e intelectuales orgánicos hablar de humillación cuando ese mismo presidente de aquel gobierno de los mejores, con mano de hierro y alma vacía, no dudó en humillar a los sectores más vulnerables y desfavorecidos de la sociedad catalana? ¿Alguien ha olvidado sus ataques inmisericordes contra los ciudadanos y ciudadanas que subsistían con el PIRMI?

5.¿Nos acordamos de aquellas palabras de la mano derecha presidencial en economía, Andreu Mas-Colell, que en una lección inaugural del curso académico 2011-12, delante de un colectivo entusiasta de empresarios, señaló la necesidad de aprovechar el momento y liquidar totalmente las conquistas obreras y ciudadanas plasmadas en aquel ya demediado Estado de Bien Estar?.

6.De hecho la CUP ya ha conseguido una hazaña: Carme Forcadell, una de las hooligans más sectarias del independentismo catalán, ha errado en dos ocasiones en sus predicciones sobre acuerdos e investidura. Sus intuiciones políticas fracasan una y otra vez, tomando posición en un asunto en el que ella, como presidenta del Parlament, no debería tomar.

6.1.Incompresiblemente fue elegida presidenta con los votos de la CUP y cinco votos de «Catalunya sí que es pot».

7.El día 3 de enero, como se sabe, la CUP intentará decidir su posición final. Es imposible que una fuerza que se dice y es antisistema y anticapitalista pueda apoyar un gobierno tan del sistema y tan capitalista como el que podría encabezar el hijo político del expresident. Sería algo así como si IU-UP apoyara un gobierno encabezado por Mariano Rajoy.

7.1.Muchos ciudadanos que somos de izquierdas, pero que no somos secesionistas, sabemos que la CUP, bregada en mil luchas sociales, no nos decepcionará.

8. Por cierto ¿no sería mejor que los compañeros independentistas de la CUP, de BComú y de En Comú Podem revisaran su perspectiva? ¿El «sí se puede» no podía señalar un marco común de todas las izquierdas unidas en nuestra diversidad frente a un mismo sistema de injusticia y explotación? ¿De verdad que no es posible crear algo nuevo que anuncie nuevas formas de convivencia y de relación con nuestro entorno?

Acabo ya. ¿No podría ocurrir en el marco político institucional español algo parecido a lo que ha ocurrido y está ocurriendo en Cataluña? ¡Qué nuevos cien días de vértigo nos esperan!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.