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Las construcciones en Jerusalén oriental echan a pique la solución de dos Estados

Fuentes: Haaretz

Traducido para Rebelión por J. M. y revisado por Caty R.

Givat Hamatos es la piedra angular de un plan que, en silencio, pieza por pieza, sin debate público israelí, sella unilateralmente con la construcción la frontera sur del Jerusalén oriental anexado.

Estamos en medio de una crisis de la vivienda, y nuestro gobierno se comprometió a construir decenas de miles de nuevas viviendas en todo el país. Entonces, ¿qué hay de malo en la decisión reciente del gobierno de avanzar en la construcción de 2.610 apartamentos en Givat Hamatos en Jerusalén?

Lo que tiene de malo es que si le llama un «barrio» (como hacen la mayoría de los israelíes) o un «asentamiento» (como lo consideran todas las demás naciones del mundo), Givat Hamatos es el primer barrio judío que se construirá más allá de la Línea Verde en Jerusalén oriental desde Har Homa, en 1997. Har Homa, que inició el primer ministro Benjamin Netanyahu durante su primer mandato como una especie de «precio» por la retirada de Israel de partes de Hebrón, introdujo a Israel desde entonces en una controversia internacional. ¿Será Givat Hamatos el «precio» que se cobra Netanyahu por la decisión palestina de solicitar ser miembro de la ONU?

Lo que está claro es que la construcción de Givat Hamatos es la piedra angular de un plan que, en silencio, pieza por pieza y sin debate público israelí, sella unilateralmente la frontera sur anexada del este de Jerusalén. En el último año se han aprobado planes para la construcción de más de 5.000 viviendas en esta zona, y otras se encuentran en avanzado estado de construcción, 2.000 para ampliar Gilo hacia Wallajeh y Beit Jala, cerca de 1.000 para ampliar Har Homa hacia Beit Sahur, y ahora más de 2.000 unidades para unir Har Homa con Gilo. Estos planes se presentan de diversas formas: como una respuesta a la protesta social y como expresión del derecho de Israel a construir en su capital. Pero nunca se permite al público israelí ver el panorama completo. A pesar de su retórica, el gobierno israelí está trabajando sobre el terreno para echar por tierra una solución de dos estados.

Estos planes de expansión en el sur de Jerusalén Oriental causan estragos en el conjunto de los principios acordados por la mayoría de los negociadores israelíes y palestinos (incluidos los ex primeros ministros Ehud Olmert y Ehud Barak), en su momento los «Parámetros Clinton». Bajo esas directrices, Gilo se reconocería como parte israelí y se canjearía una parte proporcional de tierra del interior de la Línea Verde; y el resto de la tierra en la frontera meridional de Jerusalén se convertiría en parte de la capital palestina. De este modo, con esta construcción, lo que estamos haciendo es nada menos que excluir la opción de una solución de dos estados. Porque sin un acuerdo sobre las fronteras de Jerusalén no habrá paz entre palestinos e israelíes.

Mientras tanto Givat Hamatos, que ha erigido un gueto prefabricado para los inmigrantes de Etiopía durante la mayor parte de las últimas dos décadas, rodeará el barrio palestino de Beit Safafa con la construcción de Israel, consumiendo las últimas reservas disponibles de la tierra que permitirían a este barrio un rápido crecimiento y expansión. En lugar de proporcionar la tierra para el crecimiento de Beit Safafa, Givat Hamatos ahoga e impide la expansión de la comunidad. Y esto está sucediendo en las tierras que fueron, en parte, expropiadas a los palestinos después de 1967.

El pasado viernes, Akiva Eldar escribió en Haartez que algunas de las unidades previstas en Givat Hamatos se pondrán a disposición de los palestinos. Este sería un cambio bienvenido, si es que en realidad sucede. Sin embargo, estas unidades que estarían a disposición de los palestinos serían a costa de separar los barrios palestinos de Jerusalén Este, dejando Beit Safafa engullido por Gilo, Har Homa y Givat Hamatos. Tampoco cambiaría el hecho básico de que Givat Hamatos es un intento de reclamar otra parte del este de Jerusalén para los israelíes.

Givat Hamatos se está deslizando en el proceso de planificación en un momento en que el público israelí se centra en el drama intenso y emocionante del regreso de Gilad Shalit. Hay una gran ironía en este trágico momento. La misma semana en que nuestro gobierno tomó la difícil decisión de liberar a más de 1.000 prisioneros palestinos que abrazaron el camino del terror, da un portazo en la cara de aquellos que han estado dispuestos a negociar una solución viable de dos Estados. Apenas el mes pasado Netanyahu habló apasionadamente en la ONU sobre la necesidad de renunciar a la acción unilateral y volver a las negociaciones.

Netanyahu reunió a los Estados Unidos y a varios gobiernos europeos para trabajar contra la petición de Estado por parte de los palestinos, y ellos respondieron a su llamado. Ahora se ven traicionados por los actos unilaterales del gobierno israelí en Jerusalén Este, actos que contradicen el espíritu de la bilateralidad y violan el reciente compromiso que el gobierno israelí hizo al Cuarteto sobre abstenerse de cualquier acción que pueda inflamar los ánimos. Los avanzados planes para la construcción de Givat Hamatos no es sólo una cuestión de mala voluntad provocadora, sino que también es una política imprudente de Israel.

Sarah Kreimer es directora asociada de Ir Amim, una ONG israelí dedicada al establecimiento de una distribución más equitativa de Jerusalén y llegar a un futuro político acordado para la ciudad.

Fuente: http://www.haaretz.com/opinion/east-jerusalem-construction-scuttling-two-state-solution-1.391229