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Lecciones del covid (1) Cambio climático

Fuentes: Rebelión

Hay muchas lecciones que nos da el covid-19. Pero la que más tengo en mente es la que nos dice que el cambio climático es real. Con la economía del crecimiento y extractivismo, hemos reducido la biodiversidad del planeta (Monbiot, G., Heat: How we can stop the planet burning, Penguin Books 2006). Los bosques, las plantas han ido desapareciendo y los animales, que no han desaparecido aún, han cambiado sus hábitos. Eso hace que los virus que tienen los animales puedan, en algunos casos, invadir los cuerpos humanos.

Llevamos décadas viendo los resultados del cambio climático: tormentas, inundaciones, sequías, grandes incendios, temperatura exageradamente alta, etc. (McKibben, B., Falter: Has the human game begun to play itself out? Wildfire 2019). No nos queremos creer lo que nos dicen los científicos. Parece demasiado lejos, demasiado abstracto. No va con nosotros. Pensamos que es un tema del cual solo hablan algunos antisistemas, ecologistas y otros radicales.

El covid-19, en cambio, nos pone delante un reto que atañe a nuestras vidas. Y aunque esta pandemia afecte más a los pobres, el resto también se infecta (Benach, J., The pandemic kills the poor: inequality will kill them even more, The Bullet, 6 de mayo, 2020). Somos, como dice Benach, “un planeta enfermo de desigualdades”.

La procrastinación que los gobiernos y las industrias están llevando a cabo ante el cambio climático ahora se ve y se vive con la pandemia del covid-19. No hay el mínimo material para poder contener la pandemia, ni para hacer pruebas, ni para proteger a los profesionales sanitarios, de los cuales dependemos, del contagio y de la muerte.

Se habla de querer volver a la “normalidad” de antes de la pandemia (“cuando acabe todo esto”): crecimiento, desigualdades y seguir calentando la atmósfera con el uso de más y más combustibles fósiles. No quisimos hacer caso a la Organización Mundial de la Salud cuando avisó hace un año de que habría una pandemia en un futuro no lejano (The Guardian, 18 de septiembre del 2019).

El economista Alberto Acosta dice que “no podemos volver a la normalidad porque la normalidad es el problema. En realidad se trata de una anormalidad producida por el capitalismo” (La Marea, 22 de abril, 2020). Queremos seguir enriqueciéndonos de la naturaleza. Pero la naturaleza no es infinita y cambia sus comportamientos en su camino hacia la extinción.

El biólogo y zoólogo Luis Suarez, director del Foro Mundial para la Naturaleza en España, alerta sobre las nuevas pandemias que viviremos (¿o moriremos?) en el futuro porque el ser humano ha hecho que el equilibrio de la naturaleza se desmorone. Esto hace que los patógenos que ahora viven en ciertos animales y plantas que están en peligro de extinción busquen otros huéspedes: los humanos (Capua, I: A preparedness plan against unknown viruses is crucial in Europe, European Science-Media Hub, 15 de abril, 2020).

La pandemia del covid-19 es uno de los muchos resultados del cambio climático. Y las otras pandemias que nos esperan. (Koopmans, Marion: We will see more of this if we topple natural balance. European Science-Media Hub, 30 de marzo, 2020). La OMS advierte que en la última década tres de cada cuatro enfermedades fueron de origen animal (The Guardian, 18 de septiembre 2019).

Gro Harlem Brundtland, exprimera ministra de Noruega, en unas declaraciones afirma que los líderes del mundo llevan demasiado tiempo ante una emergencia sanitaria y que están reaccionando con negación.

No prestamos atención al cambio climático porque no nos vemos capaces. Pero durante el confinamiento por el covid-19 hemos visto las ciudades libres de polución. La primera vez en nuestras vidas. Eso demuestra que si nos lo proponemos, si cambiamos nuestros hábitos porque vemos el peligro de no hacerlo, lo que hemos conseguido con el confinamiento lo podríamos aplicar a frenar el cambio climático.

Otra lección que nos da el covid-19 es que no somos, los humanos, algo aparte de la naturaleza. Estamos todos juntos: humanos, flora, fauna, patógenos y clima. Y ante una catástrofe, o salimos de la situación juntos o no saldremos.

No queremos saber nada del cambio climático por mucho que aumente la temperatura (este abril 2020 es el abril más caluroso en la historia, y posiblemente este año sea el más caluroso de la historia, McKibben,Bill, “One Crisis Doesn’t Stop Because Another Starts”, The New Yorker: The Climate Crisis, 14 de mayo, 2020). No nos parece real. De la misma manera que preferiríamos no saber del covid-19. Pero su mortalidad nos fuerza a admitir que es de verdad y que tenemos que cambiar nuestra forma de vivir.

¿A qué estamos esperando?