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La profecía de Oded Yinon

¿Libra USA las guerras de Israel?

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Germán Leyens

Mucha gente en todo el mundo musulmán y más allá de éste pregunta: ¿Cuáles son las verdaderas razones tras la invasión de Iraq por USA y el deseo de derrocar los gobiernos de Siria e Irán?

A pesar de todas sus grandiosas posturas, la realidad es que Siria e Irán nunca han posado una amenaza directa para USA continental. Dicho simplemente, están demasiado lejos. ¿Así que por qué iba a gastar USA tantas vidas humanas y tanto dinero del tesoro para cambiar regímenes de países que no son de su gusto?

Las teorías abundan. La lista comienza con la busca de petróleo por parte de USA, ya que se trata de un recurso no-renovable. Pero, en realidad, USA recibe una porción muy pequeña del petróleo que utiliza de Medio Oriente y del Golfo. La mayor parte proviene de América del Sur y de África.

Otra teoría habla del monopolio del petrodólar, que tanto Iraq como Irán han tratado de desbandar vendiendo su petróleo en euros. Puede tener un cierto peso, pero no explica por qué Siria está en la línea de fuego.

USA dice que desea exportar la ‘democracia’ a la región, pero su actitud ante el gobierno chií en Iraq, dirigido por el partido Dawa que tiene estrechos vínculos con Irán, y el modo como se ha aislado al gobierno palestino democráticamente elegido dirigido por Hamas, difícilmente dan crédito a esta afirmación. La democracia no producirá gobiernos amistosos hacia USA, que es lo que realmente busca la administración Bush.

También hay que diseccionar una premisa, en la que creen muchos en el mundo árabe. ¿Manipula y reforma USA el área para que Israel pueda seguir siendo a perpetuidad la única superpotencia regional?

No es algo tan descabellado como podría parecer a primera vista. Vale la pena leer el siguiente segmento extrañamente profético publicado en 1982 por Kivunim, la publicación de la Organización Sionista Mundial, escrito por Oded Yinon, periodista israelí vinculado al Ministerio de Exteriores israelí.

La estrategia de Yinon se basó en esta premisa. A fin de sobrevivir, Israel debe convertirse en una potencia imperial regional y debe asegurar también la desintegración de todos los países árabes para que la región pueda ser dividida en pequeños estados incapaces que no estén equipados para resistir a la fuerza militar israelí. Sobre Iraq dijo lo siguiente:

«La disolución de Siria e Iraq en áreas étnica o religiosamente exclusivas, como en Líbano, es el objetivo primordial de Israel en el frente oriental. Iraq, rico en petróleo por una parte y desgarrado internamente por el otro, está asegurado de ser uno de los objetivos de Israel. Su disolución es aún más importante para nosotros que la de Siria. Iraq es más fuerte que Siria. A corto plazo, el poder iraquí constituye la mayor amenaza para Israel.

«Una guerra iraquí-iraní destrozará a Iraq y provocará su caída interna incluso antes de que pueda organizar una lucha contra nosotros en un frente amplio. Todo tipo de confrontación entre árabes nos ayudará a corto plazo y acortará el camino al objetivo más importante de dividir Iraq en confesiones como en los casos de Siria y Líbano.

«En Iraq, es posible una división en provincias siguiendo líneas étnicas/religiosas como en Siria durante los tiempos otomanos. De este modo, dos (o más) estados existirán alrededor de las tres principales ciudades: Basora, Bagdad y Mosul y áreas chiíes en el sur se separarán del norte suní y kurdo.»

¿Suena conocido?

Ahora concentrémonos en la realidad, 24 años después.

La guerra Irán-Iraq, de ocho años de duración que terminó en 1988, causó más de un millón de víctimas, pero no resultó en la división deseada por Yinon. Iraq siguió existiendo como una entidad fuerte y homogénea.

Iraq, sin embargo, fue severamente debilitado en 1991 como resultado de la Guerra del Golfo, provocada por la invasión de Kuwait por Sadam Husein. Pero, a pesar de todo, el país se mantuvo unificado.

Para desestabilizar Iraq y dividir el país siguiendo líneas sectarias fue necesaria la invasión de Iraq de 2003 dirigida por USA y la subsiguiente ocupación. Por cierto, su nueva constitución se basa en una federación poco firme con autonomía parcial para los kurdos del norte y los chiíes del sur, y el país está ahora plagado por conflictos sectarios, religiosos y étnicos. Hay quien dice que se encuentra en «guerra civil».

En el caso de Siria, hasta la invasión de Iraq en 2003, Siria, bajo el presidente Bashar Al-Assad, gozaba de relaciones relativamente buenas con Occidente. También hay que recordar que Siria se batió junto a los aliados dirigidos por USA durante la Guerra del Golfo. Siria también votó, aunque a regañadientes, por la resolución de la ONU que facilitó la invasión, y fue un sólido socio en la así llamada «Guerra contra el Terror».

Luego, quién lo iba a decir, Siria todo lo que hacía Siria era condenable. Repentinamente, fue acusada de todo tipo de ‘crímenes’ desde la ocultación de las míticas armas de destrucción masiva de Iraq, hasta ofrecer refugio a insurgentes y terroristas, y permitir el libre paso de combatientes y armas a Iraq.

Aplicaron considerable presión a Damasco para que finalizara su ocupación de facto de Líbano, después del asesinato del antiguo primer ministro libanés Rafik Hariri, y la ONU pasó a investigar al gobierno sirio, acusado de haber participado.

En la actualidad, USA está empeñado activamente en el debilitamiento del gobierno de Al-Assad y apoya a partidos de oposición. Si tiene éxito, los expertos predicen que Siria, como Iraq, caerá en el sectarismo y el conflicto intestino.

Líbano, que se recuperaba de una larga guerra civil y de una ocupación israelí, y que estaba a punto de encontrar un semblante de unidad, también está en peligro de ser desestabilizado al alinearse los partidos en confederaciones pro-sirias y anti-sirias.

Yinon describió el mundo árabe-musulmán como un castillo de naipes temporal montado por extranjeros y dividido arbitrariamente en estados, todos compuestos por combinaciones de minorías y grupos étnicos hostiles los unos a los otros.

Luego pasa a lamentar la renuncia al Sinaí por Israel a favor de Egipto bajo el Tratado de Paz de Camp David, debido a las reservas de petróleo, gas y otros recursos naturales del área.

«La recuperación de la península de Sinaí es, por ello, una prioridad política, que es obstruida por Camp David,» escribe. «Y tendremos que actuar para devolver la situación a la condición existente en el Sinaí antes de la visita de Sadat y del erróneo acuerdo de paz firmado con él en marzo de 1979.»

Yinon pasa luego a predecir que si Egipto es dividido y despedazado, algunos otros países árabes cesarán de existir en sus formas actuales y un Estado cristiano copto se fundaría en el Alto Egipto. En la actualidad existen crecientes problemas entre los musulmanes y los coptos de Egipto, percibidos por algunos musulmanes egipcios de la línea dura, como más leales a USA que a su propio país. Esto ha llevado a choques abiertos que a menudo han provocado muertes.

Aparte de las divisiones musulmanas-coptas, Yinon se equivocó en sus cálculos respecto a Egipto. Creía que Cairo rompería el tratado de paz con Israel, dando a los israelíes la oportunidad de irrumpir profundamente con sus tanques en el Sinaí y en otras áreas codiciadas. Sin embargo, el gobierno egipcio bajo el presidente Hosni Mubarak, pragmático en extremo, ha respetado la letra del tratado y se ha convertido con el pasar de los años en un importante aliado de USA.

La solución de Yinon al continuo problema Israel-Palestina era arrear a los palestinos al otro lado del Río Jordán y bautizar a Jordania como Estado palestino.

Rechazó el principio de tierra por paz, diciendo:

«No es posible seguir viviendo en este país en la situación actual sin separar las dos naciones: los árabes a Jordania y los judíos en las áreas al oeste del río.

«Una genuina coexistencia y la paz reinarán sobre el país sólo cuando los árabes comprendan que sin el régimen judío entre el Jordán y el mar no tendrán ni existencia ni seguridad – una nación propia y la seguridad serán suyos sólo en Jordania.»

Yinon y otros de su opinión tendrán que sufrir una nueva desilusión: Jordania renunció a toda idea de panarabismo mucho antes de la muerte del rey Husein, y su hijo, el rey Abdullah, es ahora el aliado árabe más incondicional de USA en la región. Con una mayoría de dos tercios de palestinos en su país, Abdullah ha elegido el instinto de supervivencia agarrándose al carro de USA.

La idea de arrojar a 4,5 millones de palestinos al otro lado del Jordán ya no es promocionada abiertamente, aunque esta opción fue considerada en 2002 según un artículo del profesor van Creveld en un artículo en el Daily Telegraph inglés.

Un sondeo Gallup de aquel entonces mostró que un 44% de los israelíes judíos favorecían la expulsión de los palestinos al otro lado del río Jordán.

El profesor Creveld pensaba que Ariel Sharon también favorecía este plan. Citó a Sharon en su artículo subrayando la mayoría palestina en Jordania y refiriéndose a este último como el Estado palestino. «La implicación de que los palestinos deberían irse para allá es evidente,» escribió Creveld.

Si alguien piensa que la idea de que USA se pondría en peligro por cuenta de Israel es exagerada, vale la pena recordar las palabras del asesinado primer ministro israelí Yitzhak Rabin, que afirmó en su libro que el gobierno israelí fue, en realidad, responsable del diseño de la política usamericana en Medio Oriente después de la ‘Guerra de los Seis Días’ de 1967,

El ensayo de Yinon no se concentra en Irán, pero consideremos declaraciones comparativamente recientes que provienen de Israel al respecto.

Durante una visita a Washington en noviembre de 2003, dos años antes de que el gobierno de USA apuntara su fuego contra Irán – el ministro israelí de defensa, Shaul Mofaz, dijo a funcionarios de USA que «en ningún caso Israel podría tolerar armas nucleares en posesión iraní.»

Durante el mismo mes, Meir Dagan, director del Mossad, declaró a un comité parlamentario que Irán posaba una «amenaza existencial» para Israel, y aseguró a los miembros que Israel podía encarar esa amenaza.

El año pasado, la retórica proveniente de Israel fue exacerbada cuando el ministro de exteriores israelí Silvan Shalom informó a la prensa que «la idea de que esta tiranía de Irán vaya a tener una bomba nuclear es una pesadilla, no sólo para nosotros sino para todo el mundo.»

El primer ministro israelí designado Ehud Olmert continúa la tradición de inflar la amenaza iraní, con la ayuda, hay que decirlo, de la fogosa retórica del temerario líder de Teherán Mahmoud Ahmedinejad.

Un artículo en el Daily Telegraph con fecha 18 de febrero intitulado «USA respaldaría un ataque de Israel contra Irán» indica claramente que Israel dirige la ofensiva contra Irán.

El artículo cita a George W. Bush:

«Claramente, si yo fuera el dirigente de Israel y hubiera escuchado algunas de las declaraciones de los ayatolás iraníes respecto a la seguridad de mi país, me preocuparía también que Irán tuviese un arma nuclear. Y porque Israel es nuestro aliado, y porque hemos hecho un compromiso muy serio de apoyar a Israel, apoyaremos a Israel si su seguridad es amenazada.»

Un año después el gobierno de USA ya no presenta las supuestas ambiciones nucleares de Irán como una amenaza para Israel, sino como una amenaza para Usamérica. De esta manera el caso contra Irán y las posibles repercusiones que emanan de éste, pueden ser vendidos al pueblo usamericano. Repentinamente las preocupaciones de Israel se han convertido en las suyas. Es interesante comprobar que más de un 55% del público de USA dice que respaldaría ataques contra las instalaciones nucleares de Irán, según un sondeo reciente.

El columnista Doug Ireland en su revelación «La verdadera historia de la red de espionaje de AIPAC» escribe que: «Todo tenía que ver con Irán.»

«El lapsus de Bush al revelar sus verdaderas intenciones fue noticia de primera plana en Le Monde y otros periódicos europeos, pero recibió poca atención en los principales medios de USA.»

Justin Raimondo escribió en septiembre del año pasado:

«Este caso ha recibido relativamente poca publicidad en relación con su importancia. No es sólo el hecho de que, por primera vez en la memoria reciente, el poderoso lobby de Israel ha recibido una lección de humildad. Lo que ocurre es que se ha puesto al descubierto el ejército clandestino de Israel en USA, legiones encubiertas de propagandistas y espías propiamente tales, cuya labor no es sólo presentar al caso favorable a Israel sino ajustar la política usamericana para que corresponda a las necesidades de Israel y al hacerlo penetrar secretos fuertemente guardados de USA.»

Volviendo al tema de si USA realmente libra guerras por cuenta de Israel. En breve, no podemos estar seguros y tal vez nunca lo sepamos, ya que la Casa Blanca de Bush ha sellado sus grabaciones y papeles privados por 100 años.

Hay una cosa que sí sabemos. El «Plan Sionista para Medio Oriente» de Oded Yinon en 1982, se está realizando en gran parte. ¿Es pura coincidencia? ¿Fue Yinon un clarividente talentoso? ¡Tal vez! Alternativamente, nosotros en Occidente somos víctimas de un programa existente desde hace tiempo, que no hemos formulado y que sin duda no corresponde a nuestros intereses.

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Linda S. Heard es una escritora especialista británica sobre asuntos medio-orientales, basada en El Cairo. Para contactos: [email protected]

Nota: Una versión de este artículo apareció primero en la revista Al Shindagah, un periódico basado en Dubai.

http://www.counterpunch.org/heard04252006.html

Germán Leyens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.