Solo en Estados Unidos puede ocurrir semejante barbaridad: que el mayor genocida del siglo XXI, Benjamín Netanyahu, después de asesinar a más de 40 000 palestinos, hable en el Congreso de Estados Unidos y sea recibido por el presidente Joe Biden y por el ex presidente y candidato republicano, Donald Trump.
Con la mayor desfachatez y porque Estados Unidos se cree aún ser el dueño del mundo, permitió que Netanyahu salpicara de sangre el estrado donde 435 congresistas le aplaudían por haber bombardeado y arrasado sin piedad hospitales, escuelas, edificios y expulsado a casi toda la población de Gaza.
Todo esto sucede por el control y el dominio que tiene el lobby judío (AIPAC) sobre los congresistas y senadores estadounidenses.
El Comité de Asuntos Públicos Israel-Estados Unidos (AIPAC) está diseñado para transferir dólares a senadores y congresistas sin importarle que sean demócratas o republicanos cuyo propósito es favorecer la agenda sionista dentro y fuera de Estados Unidos.
El AIPAC fue fundado en la década de 1950 y utiliza diversas herramientas para apoyar las políticas israelíes aunque la principal es el dinero.
Una de las formas de comprar voluntades políticas es la de entregar cantidades de dólares para aprobar las campañas de candidatos que se proclamen pro israelíes o intentar derrocar a aquellos que cuestionan las acciones de Israelí y para eso financian a sus contrarios.
Se ha informado que este Grupo ha gastado 100 millones de dólares de enero de 2023 a enero de 2024, y medios de prensa aseguran que el AIPAC estaría dispuesto a pagar mucho más en anuncios y promociones políticas antes de las elecciones del próximo noviembre.
Si en algunos Estados no hay candidatos que quieran apoyarlos, el Grupo financia a políticos que ocupan lugares de poder como los lideres de la minoría o mayoría del Senado.
Analicemos estas cifras oficiales que dan la medida de las ataduras que tienen “personajes importante” ya sean del Partido Demócrata o del Republicano. El AIPAC en 2023 mantuvo en su nómina a sionistas convencidos como Marco Rubio que recibió 1 013 363 dólares; Nancy Peloci, 620 732 dólares; Mitt Romney, 976 493 dólares; Don Davis, 608 010 dólares. El motivo final de las entregas es para que no se olviden de ejercer su voto o criterio en alguna decisión clave.
En Estados Unidos esas ayudas son prácticamente públicas porque están amparadas por las leyes y su funcionamiento y estatutos forman parte de la lógica del sistema político institucional sobre el cual se asienta Washington.
Es decir, el Comité de Acción Política (PAC) es el nombre utilizado para designar, con independencia de su tamaño, a una organización privada que tiene el propósito de “ayudar” o interferir en las elecciones y alentar o desanimar la adopción de ciertas leyes. Están exentos de impuestos y reúnen contribuciones para campañas a favor o en contra de candidatos políticos, iniciativas electorales o legislativas.
Según el diario inglés The Guardian, los donantes pro israelíes gastaron en 2018 más de 22 millones de dólares en cabildeo y contribuciones y ya en 2023 desembolsaron 100 millones para hundir a los candidatos progresistas.
En la página Web de AIPAC se indica que en 2022 respaldó a 365 miembros y candidatos al Congreso y apoyaron al 100 por 100 a los equipos de liderazgos tanto de demócratas como de republicanos y en general entregaron 17,5 millones de dólares a candidatos que se postulaban en las legislativas.
En ese año, con las prebendas, la tasa de éxito por ese tipo de donaciones fue de 98 % de los candidatos respaldados por el AIPAC. Entre los beneficiados están importantes políticos estadounidenses.
El rey de las transferencias del lobby israelí ha sido el presidente Joe Biden que en su tiempo de legislador se calcula que obtuvo más de 4 300 000 dólares. También aparecen Hilary Clinton y Ted Cruz.
El expresidente Barack Obama asegura en su libro biográfico y de memorias,”Una tierra prometida” que durante su mandato, “A los miembros de ambos partidos les preocupaba ofender al AIPAC, una poderosa organización lobbista bipartidista dedicada a asegurar un apoyo inquebrantable de Estados Unidos a Israel”.
Según Obama, “la influencia de AIPAC se podía notar en casi todas las circunscripciones parlamentarias del país y en cada político de Washington”, incluido él mismo que tenía miembros del AIPAC entre sus seguidores y donantes más importantes.
AIPAC asegura que es una organización nacional con más de 3 millones de miembros de base que están de acuerdo con sus métodos y objetivos. El Grupo se sustenta por donaciones privadas y el gran peso económico viene dado por multimillonarios como el judío de origen ucraniano James Cut fundador de Whatsapp o David Galic nacido en Israel uno de los creadores de Home Depoe, por citar algunos.
Desde octubre de 2023 cuando se inició el conflicto en Gaza, el papel del lobby pro israelí se ha visto reflejado en los multimillonarios paquetes que la administración estadounidense y su Congreso han entregado a Israel para que continúe cometiendo el genocidio contra los palestinos. Medios de prensa y de Organizaciones independientes afirmaron que los congresistas que apoyaron las acciones del Estado sionista en Palestina, recibieron más dinero que aquellos que no lo hicieron. Lo mismo ocurre en los medios de comunicación muchos de ellos controlados económicamente por el dinero de los sionistas.
Esta es la verdadera razón por la que un genocida como Benjamín Netanyahu pueda ser recibido con bombo y platillo en el Congreso de Estados Unidos y tras su discurso racista reciba el aplauso de quienes cambian moral por dinero.
Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano, especialista en política internacional.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.