Señor Presidente: Con decepción hemos sido testigos nuevamente del debate general de este tema, caracterizado por la selectividad y los hipócritas ataques de unos cuantos países industrializados contra países del Sur. No sorprende que en sus intervenciones no hayamos escuchado una sola frase de autocrítica por las flagrantes violaciones de derechos humanos que cometen a […]
Señor Presidente:
Con decepción hemos sido testigos nuevamente del debate general de este tema, caracterizado por la selectividad y los hipócritas ataques de unos cuantos países industrializados contra países del Sur.
No sorprende que en sus intervenciones no hayamos escuchado una sola frase de autocrítica por las flagrantes violaciones de derechos humanos que cometen a diario en sus territorios y en cualquier rincón del planeta, especialmente en aquellos lugares donde tienen desplegadas fuerzas militares, responsables de torturas, ejecuciones extrajudiciales y asesinatos indiscriminados de civiles cuyos responsables tienen asegurada total impunidad.
No escuchamos una sola referencia a los crímenes de lesa humanidad puestos al descubierto en «wikileaks» – los falsos promotores de la libertad de asociación e información persiguen y bloquean y censuran ese derecho a Julian Assange y a otros muchos que revelan los crímenes ocultos de los poderosos. Tampoco ha habido referencias en sus intervenciones a la asignación de responsabilidades por los vuelos secretos de la CIA, ni mucho menos a la bochornosa permanencia del campo de concentración de Guantánamo, territorio ilegalmente ocupado que debe ser devuelto al pueblo cubano.
Esos países desprecian el compromiso de eliminar los dobles raseros y la politización, que asumieron al establecerse este Consejo. Peor aún, se confirma que nunca fue genuina su retórica de un nuevo comienzo y del respeto al diálogo y la cooperación.
Son los mismos países que cínicamente hablan de una supuesta debilidad del Consejo para considerar situaciones de países, y que se aprestan a utilizar el proceso de revisión para retrotraernos a las prácticas que llevaron a la Comisión al descrédito y la desaparición.
Señor Presidente:
Hace sólo unos días, el 12 de septiembre pasado, se cumplieron 12 años del injusto encierro en prisiones norteamericanas de Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort y René González Sehwerert.
Aún cuando desde el 2005 su detención fue declarada como arbitraria por el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias, el Gobierno de los Estados Unidos sigue transgrediendo el derecho internacional y arrecia su política de represión y venganza contra los Cinco.
Desde su arresto y durante todo el largo y amañado proceso judicial, en el cual se les impusieron desmesuradas condenas, estos Cinco cubanos luchadores contra el terrorismo, han enfrentado los mayores obstáculos para ejercer sus derechos y han sido sometidos a crueles castigos, incluyendo largos períodos de confinamiento en solitario y la prohibición a Gerardo y René de recibir visitas de sus esposas.
Los Cinco siguen brindando al mundo un ejemplo de voluntad y resistencia. Ninguna medida doblegará la firmeza con la que han defendido el derecho de todos los cubanos a la vida.
El pueblo cubano y los numerosos Comités de solidaridad que existen en todo el mundo, no descansarán hasta lograr que la justicia se imponga y los Cinco Héroes puedan regresar dignamente a su Patria. Desde aquí hacemos un llamado a todas las personas, instituciones y Gobiernos honestos de este mundo, a unírsenos en este reclamo de justicia y libertad.
Muchas gracias